Jardin del Eden, huerto, biblia, donde esta, ubicación actual, significado

Jardín del Edén, estudio, ensayo, crítica, biblia, donde esta, ubicación actual, significado. Miremos culturalmente cómo se gestó el jardín del Edén o paraíso terrenal, confrontando los relatos del Génesis con los de la mitología vecina a los judíos. Post migrado desde mi sitio principal.


Como preámbulo a las posibles aclaraciones que pudiéramos hacer al respecto, bosquejemos lo que pensaban al respecto los sumerios . Basándonos en el poema mítico sumerio llamado Enki y Ninhursag[1], captamos que si bien se constituía en un paraíso no era terrenal, era hecho y arreglado para los dioses, en tierra de Dilmun[2] (posiblemente un país a orillas del golfo Pérsico),país puro, limpio y brillante, un país de los vivientes, donde no hay ni enfermedad ni muerte.
En Dilmun, el cuervo no da su graznido, /El pájaro-ittidu no da el grito del pájaro-ittidu, /El león no mata, /El lobo no se apodera del cordero, /Desconocido es el perro salvaje, devorador de cabritos. /Desconocido es el..., devorador de grano. /.......................................................................... /Aquel que tiene mal en los ojos no dice: /«Tengo mal en los ojos»; / Aquel que tiene mal en la cabeza no dice:/«Tengo mal en la cabeza»; /La vieja no dice: «Soy una vieja»; /El viejo no dice: «Soy un viejo»./....................................................................../Aquel que atraviesa el Río [3] no dice: .../A su alrededor no dan vueltas los sacerdotes sumidos en llanto,/El cantor no suelta ningún lamento,/Alrededor de la ciudad [4] no pronuncia ninguna endecha. Pero le falta el agua fresca, indispensable para los animales y las plantas.

(En esta clase de mitos de la edad de oro, se proyecta exactamente su contrario; si el paraíso es estático y los seres no cambian, entonces la vida, el mundo terrenal está en constante cambio y movimiento). Enki ordena a Utu, el dios del sol resolver este inconveniente, transformándose Dilmun en un paradisíaco rincón. Geográficamente no distaba mucho esta utopía del Edén hebreo.

Ahora bien, en tiempos de la monarquía hebrea se repetía constantemente por parte de los profetas, la amenaza fortuita de un desastre (casi siempre un destierro) por desobedecer los mandatos divinos. Aquí se proyecta como fenómeno global, donde el hombre se ubica en un entorno sugestivo, se le dan pautas que desobedece y es exiliado como castigo. Este relato del Edén no se menciona en ningún texto pre-exílico, pero a partir del periodo neo-babilónico se comienza a nombrar (Cf. Ezequiel 28:13; 31:9,16 y 18; 36:35: Isaías 51:3 y Joel 2:3). Hay una versión interesante del Edén en Ezequiel 28:11-19.
Dentro del discurso de los redactores bíblicos podemos hacer el siguiente paralelismo: Al igual que Israel el hombre será colocado en un entorno favorable, en el cual para permanecer hay que obedecer un cuerpo de normas so pena de muerte. No obstante infringir las normas se cambia el castigo por expulsión y exilio. Los cultos autóctonos seducen a Israel (como lo hace la serpiente[5]) y se reconoce la debilidad inicial de la mujer para adoptar esos cultos (el protagonismo de Eva).

Ahora, en el mito griego del jardín de la Hespérides, que era inicialmente dominio de la diosa Hera hasta cuando se casó con Zéus, los frutos dorados eran guardados por la serpiente Ladón quien sería asesinado por Heracles con el visto bueno del dios Olímpico. Perseo llegó hasta este jardín idílico guiado por la diosa de la sabiduría (Atenea).

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.El nombre del uno era Pisón[6]; éste es el que rodea toda la tierra de Havila[7], donde hay oro;y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio[8] y ónice[9].El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus[10].Y el nombre del tercer río es Hidekel[11]; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre[12], y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer[13];mas del árbol de la ciencia del bien y del mal[14] no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. (Génesis 2: 8-17, RV 1960).

Empecemos con la antigualla (dentro de la línea de tiempo sugerida por el curso de narración; nosotros, desde fuera, sabemos que el Éxodo fue escrito primero y que dentro de esta cronología de escritura el Génesis vendría a continuación: no es tan a-lugar[15]) que significa el uso del nombre propio de Dios según el antiguo Testamento (Jehová o YWHV), cuando sabemos que el nombre propio de Dios solamente es revelado a Moisés en Éxodo 6:1.
El huerto del Edén, se supone, era un lugar real al oriente del actual Israel, entre Mesopotamia y Arabia. Para los egipcios quedaría en la Isla de Llamas (Heliópolis), donde existía el árbol de la vida. Pero tenemos problemas metodológicos: 2 ríos corresponden al Sur de Egipto y dos ríos al Asia. ¿Cómo se comunicarían estos ríos con uno único? Estas contradicciones son el resultado de sobreponer historias babilónicas con historias egipcias.

Los árboles, parafraseando a Eliade Mircea, representaba para la mentalidad religiosa semítica lo real y sagrado por excelencia. Un árbol de la ciencia del bien y del mal tendría algún sentido definiéndolo como referido a la palabra moral, en tanto, que «eticidad de la costumbre», o prejuicio. La hierofanía del árbol representaba un espacio sagrado que posteriormente se sublimará en la erección de templos. El árbol, como la montaña (o el zigurat o la escalera de Jacob) unen la tierra y el cielo. Además los árboles se regeneran permanentemente (en ciclos de nacimiento y muerte, como la vida misma).El árbol entonces simboliza la vida, el Cosmos, la juventud, la inmortalidad y la sabiduría.
Fuera de esos elementos, connota la fuerza vital, los genitales masculinos. Efectivamente aquí se menciona el árbol de la vida. Como en Mesopotamia, donde se suponía que crecía en algún recóndito lugar (diferente a lo aquí contado), fuera del alcance de los hombres y solo los dioses pueden comer de dicho árbol. La sabiduría, según Proverbios 3:18 (BJ), es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que la abrazan. Cf. Proverbios 13:12 (11:30 y 15:4) que lo identifica como un deseo cumplido. PRE (12:1) dice que se refiere a la Ley. ¿El hombre en un principio como ser inmortal? ¿Un único árbol en conclusión? ¿Dos fuentes contradictorias respecto al número de árboles “clave” dentro del Edén?. No sabemos, lo que sí sabemos es que menciona el árbol de la ciencia del bien y del mal, como existente en la mitad del huerto (Génesis 3:3) y como prohibido siquiera tocar so pena de muerte.
Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.» (Génesis 3:4-5 BJ).

La atmósfera legendaria estaría cargada de implicaciones sexuales, al menos eso decían los exegetas rabínicos. PRE (21:1) interpreta jardín como mujer y el fruto prohibido estaría en medio del cuerpo de ella. Es entonces a través del sexo (inducidos por la inclinación malévola del orbe, sugiere) que supimos las tablas de valor o descubrimos su conveniencia. Lo que se ha traducido como dioses, Elohim, o Dios mismo en este pasaje, dependiendo de la versión, también puede transliterarse como rey. Juntemos piezas: de las relaciones carnales entre seres humanos surgieron situaciones complicadas que para resolverse, implicaron crear un código moral, un manual de convivencia que nos hará luego legislar sobre otras cuestiones más globales, cual harán los reyes. Es una prolongación del sentir moral del Gilgamesh. Puede equipararse el astuto animalito a Enki (simbolizado por la serpiente), revelándole al hombre la ciencia del bien y del mal para que la humanidad pueda ser como Enlil.

O en su defecto, la serpiente también es símbolo de Apophis (con el tiempo simbolizaría al dios Seth), la fuerza oscura que Ra combate durante el día y mantiene a raya. No obstante las comparaciones no se pueden deterge ahí. En el mito pelasgo de la creación, la serpiente (haciendo las veces de principio masculino), fue creado por Eurínome, la diosa de todas las cosas para procrear el universo; terminado el oficio, se establecieron en el Olimpo (El Edén de los dioses) y allí Orión (la serpiente) empezó a creerse el autor del universo, siendo desterrado a las profundidades del universo. Estas declaraciones extra-testamentarias, ¡no negarán que aderezan la escueta instantánea que dan los hebreos! Estos trocitos dispersos, juntados, darán toda la teología sobre el diablo, el famoso angel caído por sentirse igual a Dios, que luego competiría con su mecenas por captar almas.
Pero, ¿Cómo pasar inadvertida la flagrante contradicción de estos conceptos condenatorios contra la serpiente con la descripción de Moisés en Números 21 portando una serpiente[16] de bronce (ardiente según algunas traducciones) en un mástil y donde todo aquel que contemplase el emblema ofídico, vivía…? Era tan fuerte esta imagen (la de la serpiente de bronce) para el pueblo, que más adelante el rey Ezequías la hizo pedazos porque los israelitas le quemaban incienso (2 de Reyes 18:4). A un dios único no lo conviene tener más dioses rivales, máxime siendo seres de su creación. TgN enfatiza que Edén había sido plantado desde el principio, mientras que TgPsJ aclara el término indicando que Edén había sido plantado antes de la creación del mundo. 
[1] Donde engendran a Ninmu, quien a su vez engendra con Enki, una nieta, Ninkurra; de la unión carnal de Enki con su nieta nace Uttu (otra niña).De estas hijas se dice que eran hermosas, como «las hijas de los hombres» según el texto bíblico. ¿Algo que ver con Génesis 6: 2-4? Los indicios apuntan a que Enki buscaba un heredero varón a toda costa. [2] Tilmun. La actual isla de Bahrein. Genéricamente el Sudeste de Persia, compartiendo la geografía del Edén Hebreo. [3] Sin duda el Río de la Muerte, que había que atravesar para llegar al mundo de los Infiernos. [4] A menudo la necrópolis se hallaba en el exterior de las murallas, en la ladera de la colina sobre la que se erigía la ciudad. Debe tratarse aquí de lamentaciones emitidas alrededor del cadáver sepultado. [5] Un curioso animal hablando lenguaje humano (mejor aún, hebreo antiguo). [6] TgN puntualiza que este río rodeaba la tierra de la India. [7] Podría corresponder a Arabia. La contradicción viene cuando en Génesis 10, Havila resulta ser hijo de Cus (Etiopía). [8] Según la Biblia Dios habla Hoy: resina fina, aromática y amarillenta. [9] Piedra cornerina. Variedad de ágata, muy fina, notable por las bandas de diversos colores que presenta. [10] Etiopía. [11] Según TE, 2000: Tigris. Así lo confirma la versión Dios Habla Hoy. [12] TgPsJ dice al respecto que «El Señor Dios cogió a Adan de la montaña del culto, lugar de donde había sido creado y le hizo morar en el jardín de Edén para que trabajase en La Ley y para que guardase sus mandamientos». [13] Eufemismo referido a la actividad sexual. Véase Proverbios 6:30 y 30:32. [14] No figura en las literaturas extra-bíblicas conocidas. [15] Sobre todo si tenemos en cuenta que viendo realidades políticas y hechos consumados los hebreos trataron de encontrar retrospectivamente, explicación mítico-religiosa a sus eventos y por ahí se introdujeron deslices como el cometido aquí. [16] Serpiente, en tanto que sisea. Pero también puede entrañar, susurrar un conjuro mágico, pronosticar.

Unas conclusiones: Lección de economía política, el deseo produce escasez y no al contrario como creemos en la actualidad. La primera necesidad es de orden sexual pues es una forma de rechazar la soledad. La eternidad, la conciencia de sí, la duda o la sabiduría son privilegios de Dios, no le competen al hombre. Para no desear, el hombre no debe conocer la extensión de su ignorancia ni la finitud de su ser. Luego de su yerro, el hombre deja de ser algo vago y se vuelve concreto, existe solo como un errante para llegar a un fin, restaurar el paraíso perdido, recuperar la inocencia. Es aquí donde se entiende la función de la economía, como un marco material del exilio que contribuirá a hacer desaparecer el error.
Ediciones 2010-11-13-14-15-19

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