Dia de descanso según el Antiguo testamento

Algunos apuntes sobre el dia de descanso en el Antiguo Testamento.

Dentro de los días de los escribas hebreos, vinimos a la existencia en el día seis. Este número según la cábala judía representa dos veces tres, configura la imagen de las relaciones entre el cielo y la tierra, es el símbolo del equilibrio, del antagonismo entre el bien y el mal.¿Qué pasó en el día siete según ellos?

«Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.» Génesis 2:1-3, (RV 1960).

Pero si concluyó la obra el día seis, creando a los humanos, ¿por qué acabó el día siete según este texto “editado”? Es decir, ¿Por qué trabajó en el día de descanso que habría de estatuir? ¿Habría una edición anterior del proceso de la creación donde efectivamente el hombre haya sido creado el día siete? Alguien estaba tratando de manipular (la escuela sacerdotal post-exílica) la historia para introducir el concepto del šabbat, el día séptimo.
Según las notas explicativas de la Biblia de Estudio Dios Habla Hoy (1998), la palabra Descansó, en hebreo, significa terminar o cesar (no necesariamente dejar de actuar sino darse por satisfecho con las diez obras hechas), de donde proviene el término abbat o Shabat, nuestro día sábado o día de reposo para los hebreos.

Este día sacro para la cultura semita, antes del destierro era un día festivo dedicado al culto divino, se visitaban los santuarios y se consultaba a los profetas. Destruido el templo y pasmado el culto, se volvió uno de los distintivos de Israel entre las demás naciones. Los cristianos, herederos directos de la religión judía, optan por “guardar” el domingo, mientras los musulmanes lo hacen el viernes. En ese día séptimo los judíos ortodoxos actuales no trabajan, escriben, cocinan o viajan: ese día es de oración, de lectura en la Torá y se recibe con las mejores galas. No es en propiedad un día de descanso sino de regocijo y fiesta.

Los redactores hebreos anclaron aquí la explicación y su ritual del día de descanso y del culto como tal en una semana de siete días.
Encajaron a la perfección el concepto de descanso con el simbolismo del número siete,[1] que implicaba como vimos, para los mesopotámicos el concepto de totalidad.[2] .

El poema babilónico de la creación quizás esté dando pistas sobre la procedencia de la cuestión del día de reposo entre los judíos:[3]
«Hizo ser a la luna, (le) encomendó la noche, /La designó como emblema de la noche, para significar los días: /“Cada mes sin cesar, forma dibujos con una tiara. /En el comienzo de mes, al levantarte sobre el país, /Resplandece con cuernos, para significar seis días. /En el séptimo día, sé una [media tiara].»[4].

Mientras que los babilonios relacionan la creación con el ciclo anual y la vinculan al año nuevo (y tenían por nefastos los días 7, 14,21 y 28; eran días en los cuales no se debía desempeñar ningún trabajo), los escribas de la Biblia la reducen al ciclo semanal y lo vinculan al sábado (su festividad). En el Enuma Elish, efectivamente los dioses descansan luego de crear a la humanidad.

En el relato hebreo no hay nada todavía sobre la abstinencia humana a trabajar ese día; tal costumbre ingresaría en el siglo VII a.C., cuando la época del rey Josías (quien observando que no estaba clara la justificación del sábado como día de descanso para los humanos impone la explicación aristocrática que debía ser un día de fiesta general porque el creador había terminado su gesta y que era un ejemplo a seguir, añadiendo que era un recordatorio de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia.), ¿por qué razón? Veamos:

«Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.[5] Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo».

En la escuela Menfita, «el dios descansa tras haber cumplido su labor. La imagen del dios en reposo es sintomática para la acabada revolución histórica; su función está satisfecha con ello.»[6]

Hera y Cronos eran los titanes del séptimo día, jornada durante la cual “descansaban” los sacrificios humanos que le eran dedicados (morían dando gusto a las divinidades respectivas).

[1] El mes lunar empleado por Mesopotámicos y hebreos tenía 28 días; el número siete estaba contenido cuatro veces en esta división temporal (correspondiendo a cada cuarto lunar). La gestación del feto dura 126 días o 18 semanas de siete días; el parto ocurre a los 280 días o 30 semanas de siete días (10 meses lunares de 28 días). Siete eran las divisiones la división del firmamento en las noches egipcias y siete las almas del faraón.
[2] La idea la refuerzan hablando de siete estrellas (los cinco planetas más el sol y la luna), que están al servicio de los siete días de la semana. Estos elementos a su vez sirven a las doce constelaciones (que corresponden al mismo número de meses), las cuales, con sus leyes, fueron creadas en la obra de principio para regir el mundo. PRE (6:2). Más adelante este mismo texto dice que las constelaciones le sirven a su vez a la luna (¿Israel?).
[3] ¿Noción latina tardía?
[4] ANONIMO, Enuma Elish , el poema babilónico de la creación, poesía en el mundo colección de la asociación de estudiantes de arquitectura del tecnológico de Monterrey, a cargo de Manuel Rodríguez Vizcarra, México 1961, tablilla V, página 39.
[5] Éxodo 16:23-30. La explicación ofrecida por los relatores del Éxodo para guardar el sábado fue: que era una señal entre Dios y el pueblo Judío, «para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico»; ese día es santo y quien no cumpla morirá. Por si las moscas les recuerda las hazañas de la creación. Ver Éxodo 31:12-17 (RV 1960)
[6] BELTZ Walter, Los mitos egipcios, Editorial Losada Buenos Aires, 1990, página 29.

Ver también: Pentateuco y griegos

Ediciones 2011-18

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