Diferencia entre depreciación y amortización

¿Cuál es la Diferencia entre depreciación y amortización? Depreciación y Amortización son conceptos que, en ocasiones, son empleados para la misma función. De hecho, en áreas como la contabilidad, suelen ser confundidos con frecuencia, pues a pesar de su similitud, existen pocas, pero importantes diferencias entre depreciación y amortización.

En este artículo vamos a aclarar este punto, entendiendo, en primer lugar, el concepto de cada uno de estos dos términos, y finalmente, en qué se diferencian. ¿Conoces la diferencia entre depreciación y amortización? A continuación, te lo explicamos.

Regresión del valor de un activo

O, en otras palabras, el cambio en el valor de un activo por diferentes factores, mayormente relativos al tiempo de uso, operatividad, aunque no todo el tiempo se debe a esto. Puesto que no hablamos, en todo momento, de activos tangibles. Pero sí podemos indicar que la depreciación y la amortización explican, básicamente, el cambio en el valor de los activos fijos y activos intangibles.

En este punto, solo necesitamos entender que se trata de dos conceptos que, refiriéndose a un procedimiento para calcular el valor actual de un activo, nos permitirán determinar el precio que este ha pasado a poseer tras cierto período de tiempo. Comencemos entendiendo en qué consiste la depreciación, para luego insertarnos en la amortización.

Depreciación: Para los activos fijos o tangibles

La depreciación consiste en la manera en la que el valor de un determinado producto material disminuye de manera periódica. El estudio de la depreciación se realiza sobre un activo tangible, y para ello, son valorados tres principales puntos: el grado operatividad que este posea debido su uso, su tiempo de vida y el período durante el cual ha estado operando.

La depreciación es desempeñada en la contabilidad para especificar el coste que poseen las inversiones que una empresa realiza. A través de la depreciación, la empresa logra obtener un valor representativo del activo que adquiere, obteniendo sucesivamente el precio real de la respectiva inversión.

Podemos encontrarnos con dos activos tangibles.

Ejemplo

Planteemos el ejemplo de dos hornos en un negocio de comida, los cuales serán vendidos a una empresa. Si bien estamos hablando de dos hornos de la misma marca, probablemente comprados en el mismo momento, es posible que luego de la depreciación, estos sean valorados, por lo menos, sobre un precio ligeramente diferente.

Esto ocurre debido a que la depreciación permite reconocer el desgaste que un bien ha sufrido debido a su uso. Es algo natural en todos los bienes que han sido empleados para generar ingresos, generando un regresivo en su tiempo de vida útil hasta que este pueda llegar a ser inutilizable respectivamente.

Amortización: Para los activos intangibles o gastos inferidos

La amortización, por su parte, no dista mucho del concepto de la depreciación. De hecho, la amortización, al igual que su homólogo, la depreciación, consiste en el cambio del valor de un activo con el paso del tiempo. Sin embargo, el caso de la amortización hace referencia específicamente, a los activos intangibles y también a los gastos inferidos.

Cuando hablamos de activos intangibles, nos referimos a los bienes que, pese a no ser materiales, forman igualmente parte del aparato productor de una empresa. Inversiones que la compañía realiza, a fin de afianzar sus operaciones. Algunos ejemplos más típicos de activos intangibles son: patentes, concesiones, erogaciones, licencias, marcas, etc.

Si bien estos activos no se ven afectados, precisamente, por un desgaste físico, contemplan igualmente un tiempo de vida. Este período dependerá de las características del activo intangible propiamente. Por ejemplo, cuando hablamos de licencias -en el contexto de la franquicia, nos referimos a un período específico de permisión para el disfrute de un derecho.

Estos activos intangibles, pero definidos sobre un determinado período, son analizados en función del avance y disposición útil conforme este período ya ha avanzado. Pero, algunos activos intangibles no poseen período claro, obteniendo la denominación de “vida indefinida”. En estos casos, se analizan otros factores como su obsolescencia técnica o costo de mantenimiento, etc.

Gastos inferidos o anticipo de gastos

Otro de los instrumentos que son amortizados son los gastos inferidos o también llamados anticipo de gastos. Son aquellas inversiones que, si bien no incidirán inmediatamente en el proceso de producción y/o proyecto de la empresa, serán necesarios a largo plazo. Un ejemplo típico de estos son las primas, gastos que incidirán en la operatividad de la empresa no de manera inmediata.

Estos también serán amortizados. Sin embargo, deberán ser deducibles según la actividad o ejercicio que destaquen, en tanto estos presenten en comprobante fiscal que explique el anticipo pagado del efecto que contemplen en la empresa. Dicho documento también deberá detallar el período sobre el cual se ha de efectuar.

Entonces ¿Cuál es la diferencia entre depreciación y amortización?

Técnicamente, podemos afirmar que el proceso que contemplan es el mismo: determinar el precio actual que, tras el paso del tiempo y ciertos factores, un activo presenta actualmente. Entonces, la mayor diferencia no reside en su procedimiento, sino en el tipo de activo con el cual cada uno de estos procede.

Lo hemos observado, pero quizás no fue tan evidente como en este punto. La depreciación aplica para los activos tangibles, mientras que la amortización, para los activos intangibles y los gastos inferidos. De esta manera, cada uno de estos procesos son aplicados en una empresa, por lo que su diferencia no resulta en una relevancia muy importante en la contabilidad.

De hecho, en esta ciencia, son contabilizados de la misma forma, es decir, como un gasto deducido, respectivamente. En tal sentido, tanto la depreciación y la amortización son procesos necesarios para que una empresa pueda sostener un registro contable factible, el cual le permita evitar cualquier desbalance en sus inversiones, garantizando su propia integridad financiera.

Finalmente, la diferencia consiste en el activo tratado, y naturalmente, en los procesos implicados para el análisis y cálculo del valor de cada uno de estos. Entenderemos que cada activo, por sus características, será analizado de manera diferente. Por lo tanto, esta es otra diferencia que podemos destacar al respecto.

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