Nietzsche y el Nihilismo

Friedrich Nietzsche es quien mas se asocia al nihilismo, pues para este pensador alemán, no hay más orden objetivo o estructura del mundo que la que cada quien da o asigna, descubriendo con asombro que los valores tradicionales no tienen sentido, son infundados y que la razón no solo no es suficiente sino impotente.(Muchos autores, en este contexto definen nihilismo como ausencia de valores altruistas- nihilismo moral asociado a relativismo moral-)

Según lo expresa en su libro La Voluntad de poder, todo lo que creemos o lo que consideramos cierto, es falso, porque no hay un mundo verdadero.De ahí que sea preciso rechazar los valores impuestos; para él, nihilismo se trata de la voluntad de destruir (de poder) las mentiras y falsedades. Colapsan los significados, las creencias, motivaciones y propósitos de la mayoría.

Según se deduce de su pensamiento, Nietzsche busca afanosamente las explicaciones de porqué llegamos a este estado de duda, de desconfianza; luego tratará de describir cómo salir de dicha situación. Podemos ser felices y satisfechos de nuestra precariedad, de vivir en un mundo aparentemente sin sentido.Lo aterrador no es que Dios esté muerto (algo necesario y conveniente para la sociedad), es que la gente en general no se de cuenta. Sin un eje supremo, los ideales propios de esta filosofía se van al traste. Pero el asunto es mucho más que anclarnos en las creencias o en su negación.

El nihilismo es reactivo (los valores existentes se describen como de dos clases,reactivos y activos), protegiendo el deseo de auto preservación humana. Lo que es reactivo es una respuesta a lo que es activo (relaciones de dominación y subordinación), se subordina a fuerzas dominantes pero no por falta de energía sino como una forma de obtener mayor poder.

Digamos que estos son los argumentos por los cuales muchos estudiosos confinan a Nietzsche como nihilista.

Esta forma de pensar fue asimilada o aprendida por Oswald Spengler en su obra la Decadencia de Occidente (1926) para confirmar que el nihilismo colapsaba civilizaciones. Cuando las tradiciones de cualquier índole (religiosas, políticas, artísticas o literarias) se debilitan y son derrotadas, el orden de las cosas se trastorna.

Según Heiddeger (1927) el nihilismo era el estado natural del ser humano.

Sin embargo hay quienes piensan que Nietzsche no fue nihilista, por cuanto no reduce la vida a la nada, a una vida sin moral, a un cristianismo sin Jesús o a un moralista sin moral. Consideraba el pensador alemán que esto era tan solo una transición hacia otra tabla de valores, hacia un mundo más objetivo, más afianzado en la vida y en sus ciclos. Tal vez este erudito clásico hablara del nihilismo mas no abogara por él.

Apelación a la emoción-logica

La apelación a la emoción o argumentum ad passiones, es una falacia lógica que utiliza la manipulación de las emociones del receptor, en lugar de la lógica válida, para ganar en una discusión.

En realidad se aportan muy pocas pruebas fácticas (hechos) para apoyar las ideas principales de nuestro razonamiento. Por tanto, la validez de las premisas no puede ser verificable.

Algunas de las emociones que se usan en este tipo de falacia pueden ser: ira, miedo, dolor, amor, indignación, lástima, orgullo, sexualidad, simpatía, alivio,etc.

Puede catalogarse dentro de lo que se suele llamar cortina de humo y abarca varias especies por así decirlo:

  1. Apelar a la piedad
  2. Apelar a la culpabilidad
  3. Apelar a las consecuencias
  4. Apelar a la adulación
  5. Apelar al ridículo
  6. Argumentum ad odium
  7. Optimismo a ultranza

Ejemplo  de este tipo de argucias puede ser, «Piense en los niños», una excusa para justificar porqué algo debe o no debe hacerse. Cuando se utiliza en un alegato a favor de la compasión pudiera incurrir en un fallo del razonamiento, mientras que si se utiliza como un recurso de simpatía hacia los miembros más débiles de la sociedad, puede constituir un argumento en favor de la justicia social generalmente aceptada. ¿En qué circunstancia puede ocurrir? Como justificación de la censura, los prejuicios o también para eludir el debate lógico.