Franquicia VS negocio propio, comparación

Veamos en este post una comparación entre una franquicia y un negocio propio.

Has decidido insertarte en el mundo de los negocios y deseas dar paso a ese proyecto con el que puedas marcar finalmente una diferencia. Tienes los recursos y también la motivación que se necesita, pero te topas con una muy buena pregunta: ¿Franquicia o negocio?

Esta indecisión se ha convertido en una discusión muy frecuente, por lo que es definitivamente importante repasar algunos puntos antes de tomar una decisión. Ya sea que tengas inclinaciones por una franquicia o quizás por un negocio, es indispensable valorar todos los factores inicialmente. Comencemos entendiendo en lo que consiste cada propuesta.

Franquicia: El enlace de una marca a un franquiciado

Una franquicia fue alguna vez una propuesta de negocio propio que ha logrado expandirse de una manera significativa, lo que le ha permitido articular con personas interesadas en hacer uso de la marca de este negocio para comercializar sus productos y obtener ingresos respectivamente.

En palabras muy resumidas, una franquicia es una relación que se establece entre un franquiciador y un franquiciado. El primero, dueño de la marca, vende una licencia al franquiciado para que este pueda hacer uso de su sello comercial y así contar con un negocio en un lugar y por tiempo determinados.

Negocio propio: Una propuesta desde cero

Un negocio propio es una propuesta, un plan que realizamos sobre una base tan factible como sea posible con la finalidad de insertarnos en un mercado determinado. Generalmente, un negocio propio nace con el enfoque de satisfacer una necesidad latente que, hasta los momentos, no ha sido solucionada por otros negocios.

A diferencia de la franquicia, el negocio propio no posee una base ni una propuesta muy sólida para sus primeros pasos. Es, coloquialmente, una propuesta en cero, la cual deberá ser rediseñada constantemente y tomar una dirección para desarrollarse gradualmente hasta igualar un nivel de rentabilidad óptimo.

Ventajas y desventajas de una franquicia

Nuestro propósito es acercarnos a la mejor decisión entre una franquicia o un negocio propio. Para esto, conozcamos cuáles son las ventajas y desventajas del primero de estos dos famosos contrincantes: la franquicia.

Ventajas de una franquicia

  • Control de riesgos sobre la rentabilidad: Los riesgos en la rentabilidad se verán más controlados al tratarse de una franquicia, es decir, de una marca que ya cuenta con un posicionamiento en el mercado.
  • Gestión articulada: El franquiciador posee y ofrecerá al franquiciado un esquema asertivo y eficaz para el buen funcionamiento de su franquicia. Esto facilitará la gestión de la misma.
  • Inversión controlada: Al tratarse de un negocio posicionado, la inversión en gastos operativos no será tan grande como si fuera el caso de un negocio propio.

Desventajas de una franquicia

  • Cooperativa jerárquica: El franquiciado tendrá que ajustarse a las políticas del franquiciador, siendo este el que tomará las decisiones determinantes entorno a las orientaciones de la franquicia al ser el real dueño de la marca.
  • Negocio rentado: Como mencionamos anteriormente, el franquiciado deberá pagar una licencia para poder hacer uso de la marca. En este sentido, tendrá que cancelar cada cierto período determinado de tiempo el alquiler de la marca, o en mejores términos, la franquicia.
  • Estrategias locales: En armonía con las orientaciones del franquiciador, el franquiciado también deberá implementar estrategias locales para estimular el comercio de la franquicia que resulten efectivas para su target.

Ventajas y desventajas de un negocio propio

Si te estás preparando para llevar a cabo tu propia propuesta de negocio entonces deberás conocer las ventajas y desventajas que tendrás frente a ti. Conozcamos ahora los pros y contras de nuestro segundo contrincante: el negocio propio.

Ventajas de un negocio propio

  • Diseño personal: El autor o los autores del negocio tendrán la total potestad sobre este, lo que les permitirá diseñar por completo las estrategias implicadas en el desarrollo y comercialización del mismo.
  • Control de ingresos: Al tratarse de un negocio independiente, los autores de este podrán disfrutar de ingresos propios, percibiendo un mayor porcentaje de ganancias respectivamente.
  • Mayor rapidez en adaptarse: A diferencia de las franquicias, los negocios propios –por su tamaño- pueden adaptarse más rápidamente a las necesidades del mercado, destacando en muchas ocasiones una mayor rentabilidad.

Desventajas de un negocio propio

  • Poco alcance financiero: Si hablamos de un negocio que comienza desde cero, las finanzas suelen estar limitadas al poder adquisitivo del autor del negocio. En este sentido, se requerirá de una gran y sacrificada inversión para iniciar la propuesta de negocio.
  • Implicaciones legales: Para insertarse en el mundo empresarial, el autor del negocio deberá asesorarse legalmente ante todos los conceptos y cláusulas que tendrá que satisfacer para poseer un negocio.
  • Inversión de tiempo y energía: Elaborar una propuesta de negocio y ejecutarla no es una tarea fácil. Requiere de tiempo y mucha energía –sin tener que reiterar la inversión monetaria-, por lo que deberá estar preparado para jornadas realmente exigentes.

Conclusión: ¿Negocio o franquicia?

En definitiva, ambas propuestas parecen ser bastante atractivas, y por otra parte, también desafiantes en cuanto a sus desventajas. La respuesta dependerá de las necesidades y posibilidades de cada persona. Algunas encontrarán mayor rentabilidad en una franquicia, mientras que otras en un negocio propio.

Planteemos el ejemplo de una persona con un gran poder adquisitivo, pero que al mismo tiempo carece de tiempo para elaborar planes de negocio y hacer gerencia en espacios de trabajo. Podríamos pensar que el perfil más conveniente para esta persona sería el de una franquicia específicamente.

De esta misma manera, una persona que tenga deseos y la disposición de elaborar su propia propuesta para ofrecer un producto que solucione una necesidad, calificará –al menos en función de las actitudes que presenta-, para un negocio propio.

Nuestro trabajo consistirá entonces en determinar cuál es aquella propuesta con la que más nos identificamos y encontramos mayor rentabilidad. Esto, en función de nuestro tiempo, poder adquisitivo y finalmente, nuestra filosofía propiamente. No cabe duda de que cualquiera de las dos pueden llegar lejos.

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