Pasabordo en Ibagué

Pasabordo estuvo en Ibague, ese fenómeno mediático con temas interesantes como cantinero y calendario por ejemplo. En la noche de ayer  20 de agosto 2010 ofrecieron una presentación gratuita convocada por la Mega (una emisora juvenil) en Multicentro. Hasta ahí parece todo presuntamente normal. Mi hijo menor de edad me pidió permiso para ir, pero siendo tan joven de edad decidí acompañarlo personalmente.

Llegamos a la hora indicada, como siempre la hora señalada para los colombianos corresponde a media o una hora después de la pactada. Un locutor con cabello tan alborotado como el de los menores de edad que acudieron al concierto, recitaba estribillos y prometía que instantes después llegaría Pasabordo. Muchachos con cortes de cabello estilo Gokú (en la película con personas no de muñequitos), patillas largas, pantalones descaderados mostrando la ropa interior (algunos) y entubados. Corrillos por aquí, corrillos por allá; adolescentes fumando y pidiendo candela para encender sus cigarrillos. Sobre las 8:30 presentaron a unos jóvenes que imitaron muchos temas de moda para los muchachos pero que cantaban terrible, eran puro ruido; subidos al escenario con gafas negras (por favor,era de noche y la iluminación bien poca) y repitiendo cada tres palabras «OK»  y que donde estaban las mujeres solteras…

Mi hijo me decía que veía alrededor varios «parches» que tocaba tener cuidado. Supuse que parche era algo así como eso de las tribus urbanas, una suerte de pandilla o algo así pero me dije que el evento parecía sano y sin problemas. De todas formas viendo a esos adolescentes beber cerveza en lata y actuar tan eufóricos y sin control de adultos (había una veintena de policías cuando mucho y unos pocos guardias de seguridad del centro comercial) me empecé a preocupar un poco. Luego de todos esos preámbulos subieron al escenario los cantantes de Pasabordo, interpretaron un par de buenos temas suyos y uno de Juanes (ese me lo sé, «Me enamora»). De repente empezaron esos parches a pelearse en medio del gentío y luego a correr a otra parte dentro de la multitud y a volverse a golpear; los policías pendientes de sus gorras intentaban inútilmente controlar a los jóvenes; quizás los guardias bachilleres lo hicieron mejor, no sé, puedo estar equivocado. Lo cierto es que un acto cultural aparentemente de sano esparcimiento, se nos convirtió en un acto de vandalismo y de temor para las demás personas. Suspendieron el evento y debimos marcharnos apresuradamente. ¿Faltó logística y seguridad? ¿Faltó cultura ciudadana? No lo sé.

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