Job egipcio

El Job egipcio alude al precedente literario más antiguo de la popular historia bíblica (que es muchísimo posterior en el tiempo) y que se dice fue compuesta en el llamado periodo intermedio. Periodo intermedio.

Estudio introductorio

Ensayo

Se llama así a las épocas oscuras entre grandes dinastías, donde la división y los enfrentamientos internos en Egipto eran recurrentes. De este periodo maltrecho, resplandece como un alto exponente de la literatura profana egipcia, el Diálogo de un cansado de la vida con su alma o La Lucha del desesperado de la vida con su alma, un claro progenitor literario también del Job bíblico.

Suicidio, muerte

Compuesto a fines del Imperio Antiguo, antes de la Dinastía XII (1.900 a.C.) cuando las circunstancias de anarquía política y la ruina estaban a la orden del día y donde el suicidio era una vía valedera de escape; en este escrito se plantea el dilema ante el suicidio:

En esto abrí la boca y hablé para responder a lo que mi alma había dicho: «Es hoy un grave acontecimiento para mí el que mi alma no quiera hablar conmigo. Mi alma se va cuando debiera estar a mi lado…En el día de la desgracia huye…
«Mi alma se indigna contra mí porque no la he escuchado y porque me arrastro hacia la muerte antes de llegar el tiempo y me arrojo al fuego. Yo deseo que esté a mi lado el día de la desgracia y que a falta de otra persona se halle en el lugar del duelo.

Alma mía, es insensato querer contener al que está triste por la vida. Acompáñame a la muerte y hazme agradable a Occidente[1]. ¿Es algo tan malo? Desecha tus propósitos de abandonarme. Pero el desgraciado subsistirá, Toth, el que satisface a los dioses, me enjuiciará; Chone, el escriba del derecho, me defenderá; Ra, el que guía la nave del Sol, escuchará mi discurso; Isdes me defenderá. Mis amarguras pesan sobre mí y me arrastran. Los dioses apartarán el secreto de mi cuerpo.»
He aquí lo que respondió mi alma: «No eres un hombre eminente y, sin embargo, solicitas la bondad de los dioses como si fueses rico en tesoros.»

Resignación

Yo dije: «No me iré, mientras mi alma se encuentre sobre la tierra. Te llevaré conmigo. Tu suerte es morir mientras tu nombre continua viviendo, y el reino de los muertos es el lugar del descanso. Si mi alma me escucha y su corazón coincide conmigo, será feliz. La llevaré al Occidente, lo mismo que el alma de uno que es enterrado en pirámide y a cuyo entierro acude algún pariente…
Podrá despreciar a otras almas por frías, porque tú no pasarás frío. Podrás despreciar a las almas que tienen calor, pues beberás agua en la fuente y también despreciarás a las almas que tienen hambre. De este modo tendrás que acompañarme a la muerte; de lo contrario, no habrá para ti manera que reposes en Occidente. ¡Sé buena, alma mía, hermana mía! Sé tú mi heredera, hazme los sacrificios y está al pie de la sepultura el día del entierro, para prepararme el lecho del destino.»

Sepelio

Entonces mi alma abrió su boca para responder a lo que yo le había dicho: «Pensar en el entierro es pensar en la aflicción, es provocar las lágrimas, es sacar de su casa al hombre para arrojarlo a la colina funeraria. De ahí no se sale nunca, ni se vuelve a ver el sol. Algunos edifican sobre granito y hacen una cripta en la pirámide y labran hermosos trabajos. Pero un vez que los señores, los reyes se han convertido en dioses por virtud de su muerte, quedan sus lápidas vacías y su suerte es como la de la del hombre desvalido que muere en la orilla, sin heredero que le atienda; el río lo abandona y los peces y el sol destrozan su cadáver. Escúchame, que al hombre le conviene escuchar. Sigue el día gozoso, olvida tus penas.»

I

Mira; mi nombre es maldito. /Mira; más que le hedor del estiércol/En los días de verano cuando el cielo abrasa. /Mira; mi nombre es maldito. /Mira; más que el olor de los pájaros, /Más que la colina de los gansos./…/Mira; mi nombre es maldito. /Mira; más que el de la mujer/ De quien se cuentan mentiras al marido…/

II

¿A quién hablaré hoy?/Los hermanos son malos. /No es posible querer a los amigos de hoy. / ¿A quién hablaré hoy?/Reina la avaricia. /Todos se apropian de los bienes ajenos. / ¿A quién hablaré hoy?/Ha muerto la dulzura. /La arrogancia anida en todos los hombres. / ¿A quién hablaré hoy?/Cuando un hombre se indigna por alguna maldad,/Tórnase objeto de irrisión para las gentes./¿A quién hablaré hoy?/Se roba hoy./Todos se apropian de los bienes ajenos./El desgraciado se consuela con el desgraciado,/Porque el hermano se ha convertido en enemigo./¿A quién hablaré hoy?/Nada ya se acuerda de ayer./No se hace anda por quien hizo antaño el bien./¿A quién hablaré hoy?/Los hermanos son malos./Los buenos son tratados como enemigos./¿A quién hablaré hoy?/Los rostros son invisibles./Todos bajan la vista ante el hermano./¿A quién hablaré hoy? Los corazones rebosan de codicia. /El hombre en quien se busca apoyo no tiene corazón./¿A quién hablaré hoy?/No hay justos./La tierra está llena de maldades./¿A quién hablaré hoy?/No hay en quién confiar./Y los amigos nos tratan como a desconocidos./¿A quién hablaré hoy?/Nadie está contento./El que iba a su lado, ya no está allí./¿A quién hablaré hoy?/Camino por el mundo cargado de miseria./Y no tengo un amigo./¿A quién hablaré hoy?/El pecado, la plaga del país,/No tiene fin.

III

Hoy está ante mí la muerte, /Como un enfermo que ha sanado, /Como un enfermo que sale de la enfermedad. /…

IV

Quien está allí[2] será uno/ Que…como Dios vivo; /Y castigará los pecados y al pecador. /Quien estará allí será uno /Que navegue en la nave del sol/Y allí ofrendará al templo lo mejor que posea. /Quien estará allí, será un /Sabio y nadie le impedirá la entrada; /
Él suplica a Ra con sus palabras. /Mi alma me dijo: «Deja las lamentaciones, hermano mío. Yo permaneceré contigo mientras estés aquí. Cuando hayas alcanzado el reino de los muertos y tu cuerpo se adhiera a la tierra; cuando descanses en la tierra, reposaré yo también y tendremos una misma tumba».[3][4]

[1] Se designa así al reino de los muertos.
[2] Eufemismo que designa a los muertos.
[3] VERSON Raúl, Literatura egipcia, en Introducción al estudio de los pueblos de oriente, en NOGUERAS Luís Rogelio (Editor), Literaturas antiguas orientales, Editorial Pueblo y educación, La Habana, 1977, página 69-74.
[4] Tomado de Ortiz H. Angel E. Fundamentos Culturales del Judaísmo I, páginas 82-84.

Ediciones 2011-18-20

Ver también: Tebas-mitologia; Moises esposas y teofania

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