Sexualidad en Grecia y Roma, costumbres amorosas

Vamos a ver cómo era la sexualidad en Grecia y Roma, un poco de historia, picaresca y costumbres:

Grecia

En la antigua Grecia el varón casado no tenía obligación de ser fiel a su esposa pero el caso contrario sí existía tanto en el plano legal como en el de la costumbre. Del mismo modo un tipo soltero sorprendido con mujer casado o bajo potestad de algún varón (marido, hermano o padre) era juzgado con severidad.

Ahora bien, en tiempo de Homero, el marido engañado o el varón que tuviera potestad sobre la mujer tomada sexualmente podía escoger entre dos opciones bien interesantes, para castigar al infractor: la primera era matarlo y la segunda era exigir una indemnización.

Pero el sexo, el amor y las relaciones de pareja en la antigua Grecia no terminan ahí. Sigamos señalando curiosidades.

Adulterio

Los castigos por adulterio con el paso de tiempo se fueron suavizando. En algunas regiones de Grecia se castigaba al varón infractor insertándole un rábano por el ano y depilándole las posaderas.

En otras geografías de la noble Grecia a la dama infractora se le exhibía desnuda cubierta con un velo transparente, atada a un poste de la plaza y después se le paseaba encima de un asno. Cosas del desarrollo cultural de los pueblos.

Olimpiadas

Pero la historia de sexo y de las costumbres amorosas de los griegos no acaba todavía.

En los comienzos de los Juegos Olímpicos, los atletas cubrían sus genitales con una suerte de taparrabo; luego, después del 720 A.C., competían en bola, peladitos. ¡Exhibicionistas! ¿O sería muy cómodo? Posiblemente mejoraba la aerodinámica y cortaban mejor el aire.

Las mujeres casadas estaban excluidas de las graderías, para evitar caer en tentaciones (excepto en Esparta)…Ahora bien, para participantes y acompañantes, había una alcahueta que les conseguía amantes durante el torneo.

¿Y las especulaciones científicas sobre el sexo?

Pues bien, una pildorita: Diógenes Laercio creía que el esperma se formaba en el cerebro. Pero había más, los griegos, suponían la existencia de una variante femenina; la deducción la hicieron al descubrirla existencia de los ovarios a los que le hallaron semejanza con los testículos masculinos; luego para ellos la mujer eyacularía también durante la relación sexual[1].

Hetairas

¿Y las famosas hetairas? Fue en el siglo IV A.C., cuando surgen las hetairas o heteras, aquellas artistas del sexo, las más famosas amantes que haya dado Grecia. Eran las hetairas unas amantes de lujo que eran mantenidas por sujetos poderosos y ricos para satisfacer su lujuria expeditamente.

Friné

Por ejemplo Friné fue una hetaira inmortalizada en el mármol por Praxíteles que la representó como Afrodita. Esta mujer toda una pionera del strip tease. Durante las fiestas de Neptuno descendía las escalinatas del templo despojándose una a una de sus prendas de vestir. Al quedar en cueros, corría a la playa, se sumergía en el mar y a semejanza de Afrodita, emergía de la espuma.

Lais

Otra famosa hetaira fue Lais de corinto que también modelo para esculturas y fue amante de gran parte de la potentada sociedad de la Atenas de su tiempo.

Y hubo una hetaira filósofa y educadora. Se llamaba Aspasia y puso una escuela para educar a las jóvenes aspirantes en el arte de amar, estudiando entre sus materias obligatorias, filosofía, para hacerlas buenas conversadoras e interesar a los cultos de la sociedad. Tan útil le resultó el método que logró seducir a Pericles, tanto que abandonó a su esposa por esta mujer[2].

Otras prácticas

Sigamos. En la historia sexual de Grecia, cuenta Herodoto que en Lidia, las jóvenes en edad de casarse completaban su ajuar alquilando sus cuerpos.

En la época clásica se disociaba la pasión y el cariño; generalmente el enamoramiento era cosa de mujeres; a la libido solo se le podía dar largas solamente por fuera del hogar y el sexo era una obligación para engendrar hijos, no un acto de deseo o de amor.

Pero también acostumbraban algo denigrante desde nuestra óptica actual. Las mujeres helenas solo cumplían años después de la fecha de la boda. Esto nos dice del machismo imperante en dicha sociedad.

Pero eran coquetos los griegos y posiblemente inventaran los piropos (o mejor que sepamos por fuentes escritas nosotros actualmente); al pasar una bella fémina elogiaban su trasero en voz alta.

Bueno, avancemos un poco más sobre la historia del sexo en Grecia.

Locaciones

Las casas tenían un sitio destinado a los varones, el andrón; allí se reunían los hombres de la casa y sus amigos varones, tenían sus orgías y pasatiempos eróticos propios de varones.

Pero también existía el gineceo, la parte de la casa destinada a la mujer: Era una habitación destinada para el encierro casi perpetuo de la mujer, para que no la vieran otros hombres. Generalmente el gineceo no tenía ventanas a la calle. Solo hasta cuando la mujer tuviera cierta edad que ya no se le viera como mujer deseable se le permitía salir libremente a la calle.

Métodos de planificación

Pero como toda cultura que pregonaba el placer tenía temores frente a la paternidad no deseada. En el siglo I A.C., Dioscórides, para que los hombres planificaran y no fecundaras a sus amantes, sugería que estos ingirieran durante 36 días, extractos de la Lonicera periclymenum (una madreselva de los bosques).

Sostén

También son las griegas quienes inventaron el predecesor del sostén o sujetador para sus pechos. Las mujeres ricas de Grecia acostumbraban usar un pedazo de tela llamado strophium para resaltar la forma de sus senos; posiblemente fueran ellas también quienes inventaran los tirantes en forma de X, costumbre que excitaba poderosamente a los varones de su tiempo.

¿Cómo sabían las mujeres que eran correspondidas? Ponían en la palma de la mano, pétalos de flores como el teléfilon y aplaudían; si salía una palmada sonora había chance de conquista; en caso contrario, mejor, fíjese en otro.

¿Y la virginidad?

Pues las damiselas griegas permanecían en general vírgenes hasta su matrimonio, aunque para paliar su ardor podrían recurrir al sexo rectal como sustituto en tanto le llegara la hora de desposarse.

¿Se depilaban las griegas?

Pero claro y esto agradaba notablemente a los varones. No obstante no era sencillo, primero porque eran velludas genéticamente en general y segundo porque el sistema de depilarse era muy tortuoso. Se ponían ceniza caliente, chamuscaban el vello con la ayuda de una lámpara caliente y/o arrancando la pilosidad con pinzas. Con el tiempo se impondría la navaja de afeitar.

¿Eran pederastas los griegos?

Si. Era una costumbre muy placentera para ellos, sobre todo en Esparta y Creta, donde se tomaban sexualmente a los adolescentes, siguiendo todo un ritual de propósito pedagógico.

Pero había otras formas de relaciones entre el mismo sexo; allí se elogiaba al homosexual activo y se denostaba del pasivo, del que se dejaba penetrar. Platón por ejemplo era un homosexual reconocido. Pero mire estimado lector como son las cosas.

El lesbianismo era mal visto por los griegos y quienes sostenían este tipo de relaciones debían mantenerlo oculta. Las lesbianas eran llamadas tríbadas. Una lesbiana (creo que mejor, bisexual) famosa fue la poetisa Safo, que se enamoró de una de sus discípulas pero no fue correspondida, como tampoco fue correspondida por el señor Faón; convencida de su fracaso para ser amada, se suicidó.

Y ya para terminar este post, recordemos que era ideal que el marido tuviera al menos 10 años más que su potencial esposa; no sin olvidar que la noche de bodas era toda una tortura para las damas que se casaban puesto que la costumbre era desflorarlas brutalmente, no que ellas experimentaran placer.
Y eso es todo por ahora sobre la historia del sexo en la Antigua Grecia.

Notas

[1] Y eso no es nada, Aristóteles creía que la condición femenina era un defecto natural. Creía don Aristóteles que el cerebro del varón era más grande que el de las mujeres; que el cuerpo de la mujer estaba inacabado porque le faltaba el esperma (o sea que era como un hombre estéril); del mismo modo afirmaba que la mujer envejecía más pronto que el varón dado el pequeño tamaño de su cuerpo. Decía este ilustre filósofo que era el padre y no la madre quien insuflaba el alma y el género en el feto. Por último señalemos que según este pensador las mujeres no piensan y si lo hacen no es con cerebro sino con la matriz, la hystera (de ahí proviene la frase de mujer histérica)
[2] Y Oh paradoja, las mujeres de bien eran preferibles incultas y bien analfabetas a más no poder.

En Roma

La historia del sexo en la antigua Roma, o al menos durante la época del Imperio romano está salpicada de curioso apuntes.

Piercing

Empecemos hablando de los piercing entre los esclavos; sí, como lee, a los pobres servidores se les ponía un gran pasador o una anilla en el prepucio para que no sostuvieran relaciones sexuales con amas, hijas e inclusive con las esclavas. Luego suponemos que juzgaban esto como muy normal.

Edad

El derecho Romano aseveraba que una mujer a los 12 años ya era oficialmente matrona, es decir una esposa honorable con todas las prebendas. La idea era que las relaciones sexuales precoces ayudaran a la niña a llegar a su pubertad (a los 14 años estipulaban ellos) y a regular sus ciclos menstruales. No era raro por tanto que en Roma, una niña de 9 años en adelante ya estuviera casada y desflorada.

Curiosidades

En tanto algunos de nosotros jugamos al sexo aplicando el coitus interruptus, en la antigua Roma se desaconsejaba porque retener la eyaculación al final del coito, perjudicaba los riñones y la vejiga.
El sexo en Roma tenía sus matices simpáticos. Por ejemplo, se pensaba que literalmente la matriz[1] absorbía el esperma después de tener sexo. Entonces las damas involucradas en estas peripecias físicas, se levantaban rápidamente para evitar tal absorción o, corrían a lavarse las partes íntimas.

Pero las costumbres sexuales de Roma legaron también otros interesantes apuntes a la historia de la humanidad[2]. ¿Sabía usted que el verbo testificar proviene de allí? Claro, los romanos juraban decir la verdad, tomándose los testículos con la mano derecha.

Burdeles, aborto y prostitución

Ahora bien, a algunos lo prohibido les es muy, muy llamativo, dígalo sino Calígula, que se acostaba con sus tres hermanas: Livila, Agripina y Drusila. Dos de ellas además hacían parte del burdel imperial que estaba ubicado junto al palacio.

El aborto entre los romanos era penalizado siempre y cuando muriese la mujer embarazada. Luego si el aborto era un “éxito”, no pasaba nada. La dama quedaba lista para el otro embarazo. Pero si fracasaba por intervención quirúrgica o mecánica, se consideraba asesinato; si moría la paciente por ingerir una pócima, era envenenamiento y por tanto un crimen.

Quien habría de reglamentar la prostitución en Roma fue Marco Aurelio quien les exigía una suerte de licencia de funcionamiento, serían vigiladas por los censores públicos[3] (cuantos no cobrarían a sus vigiladas, favores en especie) y estos les cobrarían un impuesto diario equivalente a la octava parte de sus ganancias.[4]

Velos, procreación, viudas y divorciadas

En Roma, si las damas usaban velo, decían implícitamente a todo el que se encontrara: “dama distinguida, no propasarse o atenerse a las sanciones”. Mujer que anduviera con su cabeza destapada no estaba protegida por las leyes de posibles agresores. Durante la República, inclusive sus esposos podían divorciarse si ellas salían a la calle sin velo.

Para los romanos el matrimonio no tenía otro fin que la procreación, generalmente entre las libres, el número de hijos promedio (recomendado) eran tres.

Siguen los apuntes picarescos del sexo en Roma. Durante el tiempo de Augusto, las viudas no debían pasar más de un año sin marido y las divorciadas tan solo seis meses.

Besos, justicia, amantes

Habían entre los latinos tres tipos de beso: el osculum que se daba en la mejilla, el basium, en los labios, y, el suavem que era el tipo de besos que solo se daban los amantes.

Para no transgredir el decreto que prohibía ejecutar mujeres vírgenes, Tiberio ordenaba que los verdugos las violasen antes de hacer justicia. Este mismo emperador se aprovechaba sexualmente de las ajusticiadas más bonitas, la noche previa a su ejecución, fueran o no vírgenes, y era de los que disfrutaba ver cómo torturaban a los presos golpeándolos en el pene.

Entre las clases altas y desde tiempos de la República, las comprensivas damas no le veían reparo a que sus cónyuges se entretuvieran con jovencitas, es más, ellas mismas le buscaban las amantes para sus maridos. Por ejemplo Livia, le buscaba vírgenes a su amado esposo.

Fornicar, desnudez

El término fornicar, viene del latín fornice, que significa curvatura interior de un arco, aludiendo a los noble servicios que prestaban las lupae.
En la estricta Roma Republicana las mujeres no se empelotaban completamente delante de sus esposos y solamente tenían sexo con ellos en la noche o sitios oscuros.
Y por último, no olvidemos que Mesalina, esposa de Claudio, tenía bastante reputación creada y experiencia con la guardia del palacio.

Notas

[1] Como si fuera poco los médicos creían que la matriz era una víscera más y hasta le recetaban vomitivos a la misma para curar sus males.
[2] Fueron ellos también los primeros en llamar al extremo del pene, glande, que quería decir, bellota.
[3] Como los famosos Chulos.

[4] En la época de Trajano habían unas 30.000 prostitutas censadas que vivían en las afueras de la ciudad.
En la Roma antigua, habían varias clases de busconas: las meretrices, que estaban registradas en las listas públicas y pagaban impuestos; las prostibulae que accionaban clandestinamente para evadir impuestos; las ambulatarae, que lo daban en la calle o en el circo (es decir prestaban el servicio, no el impuesto); las lupae, que esperaban a sus clientes bajo los arcos y puentes; las dorae que iban desnudas, mostrando sus virtudes (hombre, el que exhibe, vende); las bustuariae, que entregaban el servicio en los cementerios; las noctilidae que únicamente laboraban en las noches, las famosae, o sea las hijas de familias adineradas que se metían a este oficio (¿alguna similitud sonora entre famosae y famosas?)y, por último estaban las copae, que atendían en tabernas y bares.

Bibliografía consultada:

El sexo y el amor en la historia. Suplemento de la revista Muy Interesante No 278, Mayo del 2004. G y J ediciones, Madrid.

Ver: Hera , diosa madre; cómo es Grecia tan famosa
Ediciones 2013-18-21

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