No al spam

No al spam, esa práctica que muchos consideran toda una estrategia de marketing válida pero que a un usuario promedio cuya cuenta de correo se le satura de correo no deseado, le parece insufrible.
En el argot técnico, a quien remite esta clase de spam o de correos no deseados (que van a ser deseados si no los conocemos como remitentes, no sabemos a qué en realidad se dedican, si obtienen por medios fraudulentos nuestras cuentas de correo) se les conoce como spammers. Pero para que la cadena funcione hay normalmente un intermediario, llámese persona , institución o software que captura estos para revender o emplear estos mails enviando publicidad sobre pornografía, productos para burlar la seguridad informática, agrandar el pene, prolongar el orgasmo, volverlo el amante más insaciable y potente, drogas antidepresivas, viagra, etc.

No al spam. Porque no tiene el mínimo de delicadeza y robotiza los envíos masivos a usuarios desconocidos, porque no le importo realmente como posible cliente estable, sino como un sujeto a estafar y a quien robarle su dinero.

Afortunadamente hay programas de seguridad y antivirus  empleados por los proveedores de correo para implementar poderosos sistemas anti-spam, que buscan combatir esta práctica delictiva, creando listas negras con base en una ip sospechosa. Pero que no se nos vaya la mano y resulte que nuestro sistem anti-spam catalogue correo personal, normal o saludable como correo indeseado. Luego hay que tener en cuenta también las listas blancas.

Pero así como odio el spam, me agradan esas compañías proveedoras de correo cuyos servicios incorpora técnicas heurísticas que nos permiten enseñarle al producto, qué deseamos y qué no deseamos de los e-mails que a diario recibimos. Son los filtros anti-spam. El asunto es que también los atacantes y spammers aprenden de estos sistemas y los adaptan de tal forma que recurrentemente logran engañarlos y meterse a nuestra bandeja de entrada. Todo este asunto de la adaptación (puede remitirnos a la teoría de la evolución si se quiere y a los postulados de Darwin donde quien no se adapta perece), nos remite a Thomas Bayes(*), ese pensador del siglo 17 quien sentó las bases de la heurística dinámica; afortunadamente las herramientas de software actuales emplean estas estrategias matemáticas y son hasta capaces de prever comportamientos sospechosos en los mail enviados y recibidos. ¿Su antivirus cuenta con analizador de e-mail? Porque esto del spam es cuestión de seguridad informática.

* Ese señor que hablaba de la probabilidad subjetiva (número entre 0 y 1), de aprender de la evidencia como ajuste cuantitativo.

Leer también: promocionar su página web

Amaya web editor

Amaya web editor, un post que hace gala de las bondades de Amaya 11.3 como editor web.

Como webmaster, es menester no solo dominar lenguaje de programación, desde el fundamental html, sino algo de java y otros lenguajes que nos facilitan el entendimiento y diseño de páginas web efectivas. Aunque uno no puede negar la ventaja de usar editores web wysiwyg y en mi entorno uno se queda anclado específicamente en el dreamweaver, pero debido a los costos del software, las versiones que se suelen emplear son ilegales. Pero eso se acabó.

Desde que descubrí Amaya 11.3, un software libre (open source), que nos permite editar nuestras paginas web para hacerlas no solo bellas, sino efectivas y válidas (esto último es muy importante porque se aplican los estándares del w3c). Es compatible con html, css y xml (y con aplicaciones xml como mathml y SVG). Posee la opción de muchos idiomas entre ellos el castellano; su interfaz es amigable, los colores suaves, con unas barras de herramientas muy sencillas de emplear.

Lo primero y tal vez lo que más me llamó la atención de Amaya, es que descubría errores de sintaxis e inconsistencias de mi lenguaje de programación, que muy posiblemente condujeran a incompatibilidades con algún navegador web, en detrimento no solo de la percepción de calidad respecto a mis contenidos por parte de algún cibernauta, sino del tráfico mismo de mis sites.

Así mismo Amaya me agrada mucho porque me permite editar codigo fuente y ver el resultado en pantalla, también puedo habilitar la vista de estructura o la de solo enlaces, algo que facilita mis labores de revisión web. Recomiendo mucho a Amaya como un potente editor web, muy sencillo de usar y sin temor a licencias piratas o a permisos de uso vencidos.