Divorcio en Florida por infidelidad

Divorcio en Florida por infidelidad. El divorcio es quizás uno de los procesos judiciales más comunes en los Estados Unidos. La gran mayoría, basados en conflictos por adulterio, conformando casi el 60% de los casos tratados en tribunales en materia de divorcio, donde la pareja ahora deberá discutir sobre múltiples puntos.

Hablar de divorcio en Florida por infidelidad puede es un tema importante de análisis, puesto que las cláusulas que tributan para este tipo de casos, suscriben de manera diferente a lo que pudiéramos comprobar, es el caso de otras jurisdicciones. Es aquí donde desarrollaremos nuestros los próximos apartados, para conocer cómo procede el divorcio por infidelidad en Florida.

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La infidelidad y su incidencia en el juicio

Muchas personas sabrán argumentar que, en los casos de divorcio por infidelidad, el cónyuge que ha cometido la falta, no tendrá grandes respaldos al momento de tomar decisiones en materia de bienes mancomunados y custodia de los hijos. Inclusive, es muy común que estas personas deban asumir manutención con cantidades en ocasiones altas.

La moral figura como uno de los principales criterios al momento del dictamen el árbitro, lo que, naturalmente, incide de manera negativa en el cónyuge responsable de la falta. Esto debería de figurar de esta manera en todos los juicios, pero el caso de Florida, funcionará de una manera distinta.

La infidelidad y su incidencia en el juicio en Florida

Si lleváramos un caso de divorcio por adulterio al estado de Florida, encontraríamos que, en primer lugar, no contemplaremos la figura de un cónyuge que ha faltado al matrimonio como consecuencia del adulterio. Es decir, una persona no podrá ser precisamente sentenciada haber cometido adulterio y ser culpable del divorcio.

Aun cuando el demandante pueda presentar evidencias en contra del demandado, la corte no mostrará mayor interés en este elemento, por lo que no los litigantes no encontrarán mayores efectos por tratarse de adulterio. La discusión estará dedicada, estrictamente, a la estructuración del proceso de divorcio, más que a la discusión de sus razones.

Cuando se presenta a la corte un caso de divorcio por adulterio, las concepciones del caso no serán más que de divorcio por ‘diferencias inconciliables’. Por lo tanto, no existirán atribuciones que puedan favorecer a una parte, o, dicho de otra manera, perjudicar a una de las partes, específicamente, a la que ha cometido la falta.

¿Existen excepciones a esta norma?

En algunos casos, pueden presentarse algunos cambios en la repartición de bienes o solicitudes de manutención. Esto sucede, mayormente, cuando una de las partes solicita una reconsideración en las sentencias, requiriendo mayores porciones en la repartición de bienes, o también, en la redefinición de montos de prima por manutención.

Para que esto sea posible, deben presentarse pruebas sobre faltas de peso acontecidas en el matrimonio, como pudieran ser evidencias por violencia. La corte deberá, en pocas palabras, interesarse en las circunstancias que han suscitado el divorcio por adulterio. Pero, como podemos inferir, esto dependerá enteramente del criterio del árbitro.

¿Cómo es la división de bienes por divorcio en Florida?

La división de bienes es, en principio, equitativa. Por tal razón, las partes deberán someterse a la distribución planteada por el árbitro. La posesión de propiedades no es relevante para el juez, es decir, si una persona es titular neta de un bien, podrá igualmente ser sometida a la repartición del divorcio.

Como se explicó, la distribución es, en principio, equitativa. Sin embargo, en caso de dar prueba de comportamiento errático que resulten impactantes en la historia del caso, el juez podrá ejercer su criterio en la distribución de los bienes, determinando una repartición más “conveniente” según sea el caso.

Esto significa que la repartición de bienes puede resultar desigual para las partes, lo que va a depender de su comportamiento. Pero recordemos que, el adulterio no funge, en esencia, como un comportamiento errático en este escenario, por lo que ello no resultará un argumento válido para redefinir la repartición de los bienes.

Manutención de menores implicados

La manutención va a depender de las relaciones que hayan desarrollado los responsables de los menores. Se da especial atención a los padres que han establecido una relación sólida y cercana con sus hijos. Así mismo, son considerados aspectos laborales de cada una de las figuras que responden por los menores.

Sin embargo, ambas partes deberán dar su respaldo al niño en última instancia, sin importar cuál de los dos deba generar los aportes de manutención propiamente.

Sobre la custodia de los menores

Uno de los aspectos más complejos del divorcio por adulterio en Florida es la administración de la custodia de los menores. Aquí, se evalúa la manera en que los menores responden a sus padres, es decir, a la relación que este refleja con sus padres, de modo que el juez pueda saber cómo se lleva el menor con sus responsables.

Una de las principales prioridades del juez estará orientada al bienestar de los menores, por lo que este punto podría ser uno de los más detenidos en el caso. En algunos casos, los jueces podrían hasta consultar a los menores por sus deseos, específicamente, con quién quisieran vivir y con quién no.

La custodia estará mediada, al final, por todos estos factores, de modo que sea posible reubicar a los menores en el escenario más favorecedor para sus intereses. Los padres deberán, a su vez, comprometerse con todos los dictámenes relativos a este punto del caso.

El divorcio en el estado de Florida

Como en muchas de las jurisdicciones de Estados Unidos, Florida se rige por sus propias cláusulas, por lo que el proceder es, en todos los casos, propio de sus circunstancias. En este sentido, los casos de divorcio por adulterio estarán orientados sobre los principios antes mencionados, pudiendo variar según sean las circunstancias del mismo.

No obstante, como podemos observar, la mayoría de los casos serán definidos como divorcios por diferencias inconciliables, dejando a un lado cualquier tipo de imputación por causa de la acción de adulterio cometida, ya sea por una de las partes, o por las dos inclusive.