Vemos a Ada Lovelace en la novela la máquina diferencial, 1990, de William Gibson y Bruce Sterling.
Aparece tangencialmente, no como un personaje central, debido a su idea de las tarjetas perforadas usadas para ganar en los juegos de azar o las apuestas, proyecto en el que trabajo la insigne matemática. En la ficción relacionada, Babagge crea, la máquina diferencial y la máquina analítica, logrando un desarrollo tecnológico la sociedad victoriana, bastante notorio. Se producen ordenadores de manera masiva.
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