Londres, la capital británica, está viva y culturalmente más vibrante de lo que ha estado en años.
Los sonidos de la música más reciente envuelven a las tabernas victorianas, por doquier se hace teatro experimental reconstruyendo las obras de Shakespeare por ejemplo, los chefs se esfuerzan en reinventar los platos típicos de las madres londinenses para hacerlos más universales e inclusive, la tendencia de las clases pudientes de Londres es vestir ropa de marca como Christian Dior o Givenchy. Tanto en ropa, cine, moda como en comida y todo lo demás, Londres sigue a la vanguardia. Pero continúa existiendo la ciudad de Londres tradicional; si es el cambio lo que te preocupa, la costumbre del té y el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham continúan inmunes al paso del tiempo.
Descubrir Londres a su propio ritmo puede ser laborioso y máxime si su tiempo es limitado.
La ciudad real de Londres comprende unos 2,6 kilómetros cuadrados de bienes inmuebles costosos alrededor del banco de Inglaterra (Bank of England).
Todo el resto de la gigantesca ciudad se compone de distintos pueblos, municipios y corporaciones, cada una con su propio alcalde y su propia administración. Juntos, sin embargo, constituyen una metrópolis inmensa.Pero afortunadamente, si buscas la casa de Dickens o la tienda principal de la diseñadora Vivienne Westwood, tan solo el centro debe preocuparte.Pero aun así, el centro de Londres sigue siendo uno de los lugares más fascinantes de la tierra.
Londres es un cúmulo de contradicciones.De un lado es una ciudad decididamente real, con vistosos palacios, jardines de la corte, escudos de armas y toda la parafernalia regia; sin embargo es también el hogar de la segunda democracia parlamentaria más antigua del mundo (la primera es Islandia).
Actualmente Londres crece, menos inglesa y más universal; el gentleman con el sombrero de hongo quedó en el ayer: fácilmente un londinense actual puede tener un turbante, un mohawk o incluso una gorra de béisbol.
Cada vez es más sencillo encontrar un café con leche y un croissant, tanto como un bollo y una taza de té.
La ciudad de Londres es hogar de miles de inmigrantes y refugiados, ricos y pobres, de todas las latitudes del mundo.
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Bueno, esta es la introducción a lo mejor de Londres…¿vienes conmigo?
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