Montreal desarrollo urbano

Montreal fue fundada en 1642 por Paul de Chomedey de Maisonneuve, bajo el nombre de Ville Marie de Montreal.

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El emplazamiento primitivo se localizaba entre la actual calle Craig y el río. La violencia de la corriente del lago de Laprairie, los rápidos de Lachine, Prairies y del río Mille-Iles, obstaculizaban el acceso directo por vía fluvial del lago Saint-Louis y del lago de Deux-Montagnes. Montreal fue primero centro de comercio de pieles y punto de partida de misioneros y aventureros hacia la región de los Grandes Lagos; pero la hostilidad de los iroqueses obstaculizó durante mucho tiempo la expolotación de esta región del Canada.

Montreal adquirió cierta importancia después de la «conquista» a fines del siglo XVIII debido a la llegada de los comerciantes ingleses y escoceses y a la colonización del Alto Canadá y de los cantones del este, es decir, de una región que ofrecía productos manufacturados importados a cambio de cereales y madera. Otro factor determinante fue la excavación del canal de Lachine en 1825, que permitió a la navegación fluvial evitar los rápidos y asegurar el relevo de la navegación marítima.

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Desde 1820, Montreal sobrepasó en población a Quebec (19.000 habitantes contra 15.000). La ciudad se extendió al principio de forma paralela al río y posteriormente lo hizo en profundidad.

El Monte Real, que dio el nombre a la ciudad, se encontraba entonces alejado del centro urbanizado. El notable crecimiento de Montreal en el siglo XIX, fue el resultado de la voluntad de los hombres y de circunstancias favorables. En primer lugar, gracias al espíritu de iniciativa de los hombres de negocios anglosajones, la ciudad se conviritó en el nudo ferroviario hacia el este de Canada. Hacia 1870, las relaciones por tren entre el Alto y el Bajo Canada, y entre estas y Estados Unidos, se hacían a través de Montreal.

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Para asegurar el acceso al puerto de los grandes barcos, se emprendieron trabajos en el río; gracias a dragados incesantes, la profundidad del canal natural fue aumentada de 4 metros en 1851 a 9 en 1907 (10,5 actualmente).

Hacia 1870, Montreal tenía ya relaciones marítimas no solo con las islas británicas y Estados Unidos, sino también con Europa continental y los países del Pacífico. Exportaba cereales y harina, mantequilla y queso. Importaba productos alimenticios exóticos, materias primas y productos semiacabados, requeridos por una industria en plena expansión, así como también artículos manufacturados.

Apoyada en el desarrollo de los transportes ferroviarios y marítimos, la revolución industrial favoreció la creación de fábricas de harinas, cerveceras, azucareras, hilanderías, empresas de confección, fábricas de zapatos, industrias tabaqueras, de la madera, astilleros navales y fábricas de material ferroviario. Gracias también a su posición dominante en transportes, Montreal obtuvo grandes beneficios con la colonización de las Prairies: puerto de entrada de inmigrantes, proporcionó equipamento y bienes de consumo a las nuevas provincias y se convirtió en intermediaria de sus exportaciones. Por último, la industria de Montreal se benefició del crecimiento económico de los Estados Unidos, con los cuales se anudaron estrechos lazos financieros, técnicos y comerciales.

Este desarrollo industrial y comercial entrañó una vigorosa expansión urbana. La población pasó de 58.000 habitantes en 1851 a 107.000 en 1871, a 267.000 en 1901 y a 500.000 en 1911. Los barrios industriales s extendieron a lo largo de las vías férreas, del canal de Lachine y de las instalaciones portuarias, mientras que los barrios residenciales rodearon la terraza de Sainte-Catherine a partir de 1850 y la terraza de la calle Sherbrooke en los años 1880-1890. En vísperas de la Primera Guerra mundial, las construcciones se continuaron a lo largo de dos ejes mayores de crecimiento, el bulevar Saint-Laurent y la calle Sherbrooke, y se comenzó a construir al pie del Monte Royal al noroeste (Outremont) y al sur (Westmount).

Exceptuando la interrupción producida por la crisis mundial, que atestó un severo golpe a su economía, Montreal conoció a partir de la Primera Guerra Mundial una expansión que se aceleró después de la segunda guerra mundial y dio nacimiento a nuevas ramas industriales, sobre todo en los sectores metalúrgico, mecánico y químico.

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