¿Cómo se percibían y valoraban los perros en la Antigua Mesopotamia o Babilonia ?
En la Epopeya de Gilgamesh los perros aparecen en un papel elevado como fieles compañeros de una de las diosas más populares de la región, Inanna; son siete los animales de caza que están con ella.
En el texto llamado el descenso de Inanna la diosa desciende a los infiernos, donde su marido Dumuzi posee en su séquito real a varios perros domesticados.
El nombre sumerio de los perros era Ur-gi, mientras que su versión acadia o semítica era Kalbu (ambas son transliteraciones, pues no olvidemos que su escritura original clásica era cuneiforme); ayudaban a cuidar los rebaños y a proteger a sus dueños. Por lo general eran compañeros de los dioses terapéuticos o que curaban, como la diosa Gula (patrona de los médicos y curanderos)*. Esto pudiera explicarse debido a que la saliva canina se asume como curativa, pues los mismos canes lamen sus heridas y estas cicatrizan prontamente.
La ciudad de Nin-isina era una especie de ciudad de curación, de peregrinaje, donde los enfermos iban en busca de curación. Una de las características era que se hacían rituales y conjuros en presencia de perros ladrando
Ver también: Mascotas en el Judaísmo; Sumerios y Acadios; Astrología en Babilonia
* La diosa Gula era hija de An /Anu y su consorte, dependiendo de la ciudad, podría ser, Nin-urta, Nin-Grisu, etc. Sus siete hijos incluían el dios sanador, Damu, así como el dios del inframundo y curador, Nin-azu. Esta diosa también podía infligir las enfermedades.