Hace días me daba vueltas este tema de la prostitución sagrada, religiosa o del templo, que alude a los ritos sexuales practicados en el antiguo cercano Oriente.
En los templos de Inanna, Astarot y Afrodita, por ejemplo, las mujeres (virgenes casi siempre) eran ofrecidas sexualmente a desconocidos. A veces los templos eran atendidos por tales servidoras sagradas (en la antigua Grecia, hidórulas), siendo sus actos, componentes rituales del culto a la diosa en cuestión.
En el Código de Hammurabi se habla de un castigo que se impone a las prostitutas rituales que van a las tabernas (burdeles en este contexto). Así mismo sabemos que las devadasis o cortesanas femeninas de la India del Templo tenían prohibido andar por las calles, como una mujer normal.
En la antigua Babilonia la diferencia entre la prostitución cultual y profana era muy marcada. No así en las escrituras hebreas donde eran equiparables y aun más, se extendía la connotación lingüística como sinónimo de apostasía, para referirse a los politeístas que aborrecían la figura del dios único propuesto por los creyentes en Yahvé. De todas formas sabemos de la existencia de este tipo de prostitución sagrada hasta en el Templo de Jerusalén, tanto por parte de hombres (qodesh) como de mujeres(qedushah).Esto sería exterminado después del año 600 aC. Eliminar la actividad sexual cúltica era primordial para establecer la religión monoteísta. Este tipo de acciones veneraban una fuerza vital misteriosa y cíclica, concebida como femenina y siguiendo los ritmos de la naturaleza; esta concepción se oponía a la veneración de una deidad masculina que se revela en momentos concretos de la historia. Sin embargo no desapareció del todo en la cultura judía pues sobrevivió de forma mística en la Shekhiná,la presencia femenina de Dios.
Recordemos que en la antigua Mesopotamia a Inanna (Ishtar) se hablaba de esta como la hieródula de An (dios supremo) y disponía de abundantes prostitutas en los templos de la diosa. Posteriormente , con la conquista acadia de Sumeria, Inanna se transforma en Ishtar y las mujeres que llevaban a cabo estos ritos religiosos eran llamadas ishtaritu, que eran como la realización viviente de la diosa, vinculadas al bienestar (el placer erótico hacía parte del mismo), representan el auspicioso estado de la casada (por eso ambas portaban un velo) y encarnan la sexualidad activa de la mujer no-viuda. En el párrafo 127 del Código de Hammurabi se dice que la hieródula debe ser protegida del abuso sexual lo mismo que una mujer casada. Vivían en sus propias casas y al parecer eran versadas en danza, música y literatura.
El rey era el garante de la fertilidad de la tierra y de su gente; para llevar a cabo esta función debía recibir este don de una mujer. De esa forma explicamos el matrimonio sagrado (hieros gamos), unos rituales de los que sabemos que era una relación sexual ceremonial y pública entre el rey y una sacerdotisa o representante de Inanna. El punto de esta relación carnal no es la procreación sino garantizar cosechas abundantes y recibir la aprobación de la diosa respecto a la capacidad del rey para gobernar.
Por supuesto que también habían hombres dedicados a este oficio, eunucos, que representaban a los consortes de Dumuzi, vestían con ropa femenina y practicaban la homosexualidad cultual.
Ver también: Imperio de Babilonia; Antiguas ciudades babilónicas: la vida bajo el gobierno de Hammurabi