Rodrigo de Bastidas-historia-biografia

Rodrigo de Bastidas, escribano de Triana (un barrio de Sevilla, España) en el año 1500, capitula o contrata con la Corona la conquista del sector del litoral Caribe que se extendía desde el Cabo de la Vela[1] hasta la desembocadura del río Atrato.
Los antepasados de Rodrigo de Bastidas eran descendientes directos del Conde de Oviedo, don Diego Ruiz de Asturias, cuya esposa fue la infanta Jimena; una hija de ellos, también llamada Jimena, habría de casarse con Rodrigo Díaz de Vivar, el cid campeador.

Sale de Sevilla con sus naves hasta el Cabo de la Vela donde fue recibido por los aborígenes pacíficamente, estableciendo relaciones comerciales de trueque (“rescate”) con los indios. Rumbo a occidente, descubrió la desembocadura del río Magdalena[2], que desde entonces se llamó Río Grande, y la ensenada de Urabá.
Luego de llegar a un punto cercano al actual puerto de Colón en Panamá, continuó hacia La Española, naufragando en el camino, perdiendo gran parte de lo “comerciado” con los aborígenes. Desde Santo Domingo se dirigió Bastidas a España donde tuvo que enfrentar a los acreedores que habían patrocinado su expedición; superado este inconveniente, volvió a América y se estableció en Santo Domingo, donde se convirtió en un próspero negociante y arrendador de rentas reales.
Es en 1524 cuando el viejo y enriquecido Rodrigo de Bastidas, capitula la gobernación de Santa Marta[3]. (Resulta rescatable de estas capitulaciones es que la corona no adquiría obligaciones y el contratante fundaba pueblos, traía colonos, semillas, granos y ganados, a cambio de un título y la promesa de réditos).
En 1526 se establece Bastidas en su gobernación. Llevaba solo un año cuando se rebeló la mayoría de capitales y soldados, quienes únicamente pretendían seguir las prácticas usuales de la conquista, despojar a los indios de su oro y esclavizarlos, frente a las intenciones de Bastidas, que eran establecer una colonia permanente.
Bastidas fue atacado una noche por su hueste y, gravemente herido, fue expulsado de su gobernación, muriendo en Cuba a consecuencia de sus heridas, sin poder alcanzar Santo Domingo.[4]

[1] Llamado así por Alonso de Ojeda, un día a la caída de la tarde, cuando creyó ver en él la semejanza con la vela de un navío perdiéndose en la vasta lejanía.
[2] Descubierto el día de Santa Magdalena (22 de julio)
[3] Que aún no se llamaba así, por supuesto; mejor sería decir el territorio entre el cabo de la Vela hasta la desembocadura del Río Magdalena, con la correspondiente “tierra adentro”. Santa Marta fue fundada el 9 de julio, día que la iglesia conmemoraba a Santa Marta (Santoral).
[4] Bibliografía consultada:
FRIEDE JUAN, La Conquista del Territorio y doblamiento, en Nueva Historia de Colombia, Bogotá Planeta Colombiana Editorial, 1989, tomo 1.
Friede Juan. El adelantado Don Gonzalo Jiménez de Quesada. I Estudio biográfico. Carlos Valencia Editores, Bogotá Colombia 1979.
GALVIS MADERO LUIS. El Adelantado. Ediciones Guadarrama, S. L., Madrid, 1957.

Los sucesores de Bastidas.
Los sucesores de Rodrigo de Bastidas en la gobernación de Santa Marta, los capitanes Rodrigo Álvarez Palomino y Pedro de Vadillo, prosiguieron su continuo guerrear con las tribus aledañas para quitarles su oro y esclavizarlos, arreciando con estas acciones aún más el odio de los aborígenes hacia los ibéricos.
Después de la visita de Hernando Pizarro[1], quien se dirigía para España llevando las nuevas de la gran riqueza de aquel país, Palomino decide ir hacia el Perú por tierra, figurándose más corta la distancia del continente suramericano. Sin embargo, murió ahogado en el río que porta su nombre.
Las autoridades españolas recapacitaron y decidieron entonces disponer que mejor alguien perteneciente al estamento civil, fuera nombrado gobernador. Es escogido como tal, entonces, García de Lerma, banquero de profesión, de quien se esperaba una labor más colonizadora y menos conquistadora. Siendo gobernador dicho señor, se descubrió una vía al río Magdalena, rodeando la Sierra Nevada; de la misma forma, se logró navegar el Magdalena desde su desembocadura hasta Lebrija. Lo trillado de estas expediciones consistió en que eran solo “salidas” rápidas para tomar riquezas y regresaban nuevamente a la placidez de su campamento. Como consecuencia de estas labores bandoleras, las tierras circundantes a Santa Marta fueron arrasadas de población aborigen y los pocos que quedaban no mantenían relaciones amistosas con los conquistadores.
Estando las cosas de este talante, la Real Audiencia de Santo Domingo designa temporalmente al doctor Rodrigo Infante como gobernador, pero este dejó que sus capitanes y soldados continuaran su sistemática rapiña con los indios, hasta tal punto que al no haber aborígenes que cultivaran la tierra y aprovisionaran la colonia, esto llevo a la total ruina de la misma. Aunado el anterior factor al hecho que no volvieron a arribar las embarcaciones al empobrecido puerto, acabó de empeorar las cosas.
Mientras tanto el Perú ya enviaba remesas de oro a la madre patria; se sabía que el Magdalena se adentraba en el continente y prometía ser una vía terrestre y fluvial hacia el sur, tal vez hasta el Perú, no se sabía.Al morir García de Lerma, España confió la gobernación a un viejo y avezado soldado, don Pedro Fernández de Lugo.[2]
[1] Hermano del reconocido Francisco Pizarro.
[2] Friede Juan. El adelantado Don Gonzalo Jiménez de Quesada. I Estudio biográfico. Carlos Valencia Editores, Bogotá Colombia 1979.
GALVIS MADERO LUIS. El Adelantado. Ediciones Guadarrama, S. L., Madrid, 1957.

Ver también: Historia de Colombia

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