Usemos el encuadre para resolver problemas, usando la perspectiva para hallar un centro, para resaltar lo que valga la pena y desechar el resto o por lo menos asignarle su verdadera dimensión.
Si el objetivo es innovar, tomar ventaja de una oportunidad o descifrar una encrucijada laboral o de negocios, defina con precisión su marco, eso nos permite asignar prioridades.
Como los directores de cine cuando juegan con los dedos para hallar la escena, el encuadre preciso, para ver cómo la acción se verá en la pantalla, lo mismo podemos hacer nosotros, solo que no cambiamos la posición de las manos, varía el tiempo, las personas, los riesgos, los recursos y la misma perspectiva.
¿Cómo ser vería esto desde el futuro? ¿Cómo dentro de una semana? ¿dentro de un mes? ¿dentro de un año? ¿En un cuatrienio? ¿En 20 años?
¿Cómo lo ve un empleado? ¿Cómo un cliente? ¿Cómo un inversionista? ¿Cómo un acreedor? ¿Cómo lo asume la industria? ¿Cómo un competidor?
Explorar el inconveniente empezando desde un perspectiva conservadora hasta una agresiva en la forma y la cantidad de riesgos.
Cambiemos los recursos. ¿Que pasaría si no fuera inconveniente el dinero? ¿Qué, si lo fuera?
Ladrillo, pared o catedral; pasar del detalle a una visión macro mucho más grande y analizar como cambia nuestra forma de verlo.
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