En fenomenologia existencial hablaremos un poco sobre una línea de pensamiento en Paul Ricoeur, el ilustre filósofo francés.
Los primeros trabajos de este pensador se dedicaron al estudio de la voluntad humana desde la fenomenología.
Él trató de combinar los temas existencialistas de Gabriel Marcel (la existencia encarnada) y Karl Jaspers (situaciones límite como el nacimiento,la guerra y la muerte), con el rigor metodológico de Husserl y la fenomenología. El resultado es una propuesta en tres volúmenes sobre la filosofía de la voluntad:
La libertad y la naturaleza:el voluntario y lo involuntario (1950, Philosophie de la volonté. I. Le volontaire et finvolontaire); el hombre falible (1960, L’homme faillible); el simbolismo del mal (1960).Estas obras forman el núcleo de la antropología filosófica de Paul Ricoeur. Se hablaba sobre otro volumen que pudiera llamarse algo así como poética de la voluntad, pero nunca sería escrito (o al menos publicado).
Algunas conclusiones que pudiéramos sacar del primer libro pudieran ser:
La experiencia de nuestros cuerpos nunca es directa; podemos interpretar los aspectos involuntarios de nuestro cuerpo como signos o muestras de nuestra voluntad; la voluntad es la realización de la libertad y la recepción de la necesidad; el acto de la voluntad tiene tres momentos: yo decido, muevo mi cuerpo para lograrlo y, estoy de acuerdo con ello.
Del segundo libro mencionado pudiéramos decir que Ricoeur trata de superar la tendencia existencialista a sobrevalorar la trascendencia humana y a devaluar la finitud humana.
Cree que el error de Sartre y de Heidegger radica en equiparar la finitud (nuestras inevitables y necesarias limitaciones) con la culpa (una indeseable experiencia de limitación). Tal vez exista una gran desproporción entre nuestras limitaciones finitas y las infinitas posibilidades.
Esta brecha entre nuestra limitada bios (cuerpo, pasiones y deseos) y logos ilimitado (nuestra razón capaz de captar los universales), nos vuelve frágiles y falibles. La voluntad fracturada de esta forma, puede recurrir entonces al llamado mal, la tentación o el pecado.
No incurrimos en el mal por naturaleza sino que tenemos la capacidad de elegir gracias a esta desproporción en nuestra voluntad. Siguiendo a Kant, Ricoeur analiza el significado existencial de nuestra falibilidad en términos de imaginación (límite del conocimiento), carácter (límite de la voluntad) y sensación (límite de nuestra emoción).
En el tercer volumen señalado, Ricoeur plantea una especie de fenomenología de la confesión, que describe la transición de nuestro potencial para el mal a sentirse realmente mal.Según este autor, la confesión deriva de tres fuentes: la corrupción (estado objetivo de impureza), el pecado (estado social) y la culpa (interiorización psicológica del pecado).
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