El marketing de coca cola y los nombres comunes ha dado resultado, no solo porque las personas ven sus nombres respectivos en muchos idiomas en las botellas exhibidas en las tiendas, sino aun mediante una aplicación.
Pese a que la edición es limitada, sus alcances son notables.La campaña «comparte una coca cola» ha sido un hit.La intención es que el usuario compre la suya con su nombre y otra para un amigo, también marcada.Este nivel de personalización en masa ha sido contundente, pues llega no solo a los consumidores habituales de la bebida gaseosa, también, a personas que tan solo quieren tener el producto con su nombre en los anaqueles o encima de algún mueble para este fin.Para los nombres difíciles, sin tocayo o complicados, la compañía sacó una aplicación que online muestra estos particulares nombres propios en una botella, como para guardar el gráfico y compartirlos con los amigos.
La experiencia lo es todo, la sed es nada.Se trata de ir más allá de los beneficios funcionales de un producto o servicio.
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