Muerte de Rodrigo Lara Bonilla

La muerte de Rodrigo Lara Bonilla conmovió a un país (y a mí también lo hizo pese a que tendría 14 años). Trataré de mostrar cómo se dió y porqué sucedió de esa forma tan trágica.

El primer «error» garrafal del ministro de justicia en 1983 fue pertenecer al Nuevo Liberalismo (Llamado en sus inicios Frente de Renovación Liberal), el mismo partido que había expulsado a Pablo Escobar y a su movimiento del mismo por dudosa procedencia de fondos. Esto no lo olvidaría el capo.

Junio de 1981. El grupo político de Escobar se llamaba Renovación Liberal y adhirió entonces al movimiento de Alberto Santofimio Botero quien había estado preso por pagar honorarios con dinero de la Cámara de Representantes a empleados ficticios

El segundo gran «error» fue intentar levantar la inmunidad parlamentaria al jefe del cartel de Medellín para que fuera procesado por narcotráfico y por el asesinato de dos detectives del DAS. No olvidemos que era representante a la Cámara por Antioquia y que se le había descubierto su prontuario criminal (publicado por Guillermo Cano y el Espectador). Fue una ofensa mortal para los criminales.Esto ocurrió dos semanas después de ser nombrado como ministro.

Luego de esto suceden las mutuas acusaciones de dineros calientes en el Congreso, de un lado Lara Bonilla llamando la atención sobre el dinero del narcotráfico representado allí por Ortega y Escobar; la respuesta de estos (16 de agosto de 1983) fue acusando a Lara Bonilla de recibir un cheque por $1.000.000 de Evaristo Porras Ardila, confeso narcotraficante del Amazonas (muestran una fotocopia ilegible del mismo y una cinta magnetofónica donde Porras y Lara se entrevistan en presencia de un testigo,Gilberto Molina Hernández). Lara Bonilla se sintió ofendido en su honor por considerar esto una verdadera calumnia. Posteriormente planteó la posibilidad de que esto hubiese ocurrido en la campaña para el Senado.

Muchos de quienes lo apoyaban dejaron de hacerlo.Jairo Ortega y Ernesto Lucena fueron los promotores del debate aunque también firmó Santofimio pese a ser del Senado. El juez Julián Rojas Otálora ordenó investigar a Lara Bonilla.

El 29 de septiembre de 1983 es detectado un plan para asesinarlo en Medellín, denunciado por el Coronel Jaime Ramírez Gómez. Allí se supo que un norteamericano de apellido Rosenthal se había contactado con un Ochoa y aparentemente el primo de Pablo Escobar (Piñata, Gustavo de Jesús Gaviria Rivero) para organizar la muerte de Lara Bonilla. Se supo así mismo que los teléfonos de la DEA en Medellín estaban intervenidos por los narcotraficantes.

El 20 de enero de 1984 se sabe que los teléfonos del ministerio de justicia y de su residencia estaban «chuzados» por los mafiosos. Eran normales las amenazas telefónicas para Lara Bonilla. Los extraditables hicieron «vaca» (reunión de fondos) y juntaron 10 millones de pesos para atentar contra su vida. A Lara Bonilla pensaban darle una embajada en la extinta Checoslovaquia para darle de alguna forma «Protección» frente a los cacos. Escobar encargó a la banda de «Los Quesitos» de esta acción. Se encargó de la logística a Dagoberto Ruíz Correa (Luis Alberto Castaño Molina) alias el Chopo y de la ejecución propiamente dicha a Germán Alfonso Díaz Quintana (El Ronco). Hubo un primer atentado fallido.

El 30 de abril de 1984 Rodrigo Lara Bonilla fue asesinado (siete balas acabaron con su vida sobre las 7 y 30 de la mañana, si bien solo 3 fueron mortales) en una calle del norte de Bogotá 8la 125), siendo Ministro de Justicia en ejercicio. Se acusó como autor intelectual a Pablo Emilio Escobar Gaviria; posibles coautores, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Ochoa. El juez primero superior de Bogotá que se atrevió a llevar el juicio, Tulio Manuel Castro Gil, fue asesinado tres meses después en un taxi cuando marchaba hacia su casa.

Byron Velásquez Arenas sería uno de los gatilleros (en realidad se dice que era e conductor de la moto Yamaha 175, que el gatillero había sido Iván Darío Guizado, muerto por los agentes del Das durante el operativo) que acabaron con la vida de Lara Bonilla. Era guardaespaldas de Escobar. Este señor (menor de edad, 16 años) sería apresado luego de quedar herido en ese mismo procedimiento. Ambos llevaban chalecos antibalas,dos granadas y otras armas.

Bibliografia consultada.
Crónicas que matan. María Jimena Duzán.Tercer mundo editores, primera edición diciembre de 1992.
Los jinetes de la cocaína. Fabio Castillo, Editorial Documentos periodísticos, Bogotá 1987, quinta reimpresión 1988.
Mercaderes de la muerte. Edgar Torres Arias. Intermedio editores Círculo de lectores, Santafé de Bogotá 1995.

Ver también: orígenes de Pablo Escobar ; tranquilandia

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