Prehistoria del Computador

Prehistoria del computador era un post que tenía ubicado en mi viejo blog de Biografía e historia y que ahora por motivos de afinidad temática migro hasta este sitio:

(Los antecedentes lejanos de un pentium 4 de 2.8 ghz, 80 Hd, 1 Gb Ram, tarjeta de televisión, 256 de VRAM,etc).
Que la necesidad es la madre de toda invención algunos lo seguimos comprobando en nuestras existencias casi a diario.Corría el año de 1980 y teniendo 10 años pues ya me empezaban a gustar las vecinas, el lío consistía en ser uno un individuo serio y “ratón de biblioteca”. ¿Cómo abordarlas? ¡Claro, lo tengo!, con un poemita. Pero había un problemita menor, mi caligrafía era horrorosa: ni la regla de la profesora Ligia ni los llamados de atención del Director habían sido suficientes.

¿Qué hacer? Pidiéndole moneditas a papá me quedé mirando una máquina de escribir Olivetti línea 88, una cosa pesada como una arroba, pero que podría alivianar mis angustias enamoradizas.A partir de esa tarde, con papel copia del directorio liberal municipal que coordinaba papá, resulté practicando mecanografía (al comienzo chuzografía, ese arte de escribir usando solo dos dedos, los índices de cada mano). Nadie, ni siquiera él sospechaba de mis “rojas” intenciones. “Tan lindo mi muchachito cómo desea superarse”.

Empecé una rutina de practicar y transcribir poemas para mis vecinas. Obviamente moviendo semejante carro (la tecla enter de los procesadores de palabra) tan pesado para mis extremidades, pues se me empezó a marcar el tríceps del brazo izquierdo (pesas además de mecanografía).Entrando a estudiar ese mismo año a hacer mi primer grado de secundaria, pues nada ni nadie me salvó de caer en las hordas de la profesora Zilia Méndez (Hoy por hoy debo reconocerlo, maravillosa persona y excelente docente)…”a ver señores empecemos: asdfgñlkjh, 40 renglones sin mirar el teclado….suela- suela- suela, 500 veces)”…

Sí, me avergüenza reconocerlo, dígito actualmente en mi computador empleando esas maravillosas técnicas para maquinas de escribir de hace 30 años-y lo que es peor ¡cómo me rinde!-. Bueno, pues uno de los requisitos elementales era que tocaba pagar el servicio de la sala de mecanografía (la versión sala de computadores de los años 80 en un pueblito), quien no lo hiciera pues debía llevar máquina de escribir. Y ahí venía Edgar con su máquina de escribir Remington, como quien diría en el siglo XXI, “con su portátil”, pavoneándose delante de los míseros mortales que debíamos rentar el servicio.

Todo transcurría en perfecta normalidad en mi mundo hasta cuando debí emigrar a Cali, en el Valle del Cauca y volver a rehacer los pedacitos rotos de un adolescente dependiente de un padre fallecido. Pues tocó Colegio San Luís Gonzaga afortunadamente.Bueno pues allí había en realidad (año de 1986), una sala de sistemas provista de computadores Apple Macintosh. “Fuepucha”, tremenda interfaz gráfica (con los años sabría que Microsoft imitó esa interfase para ponerla en sus Pc, con su sistema Windows), Mouse y toda la cosa. Ingresé al mágico mundo de los computadores, sin anestesia, directo a la yugular, brincando de mi consentida máquina de escribir al Macintosh y a los lenguajes de programación– Basic-.Bueno, pues toda esa locura de los algoritmos (defina algoritmo: conjunto finito de pasos lógicos para lograr una solución de un problema) y variables, propició que en el examen final de sistemas en décimo (Mayo de 1987) sacara 10 con mi bandera de los Estados Unidos de Norteamérica –tremenda baladronada, cuando hoy en día se tiene de mil maneras distintas o en paint se diseña rapidito)…

Pasa el tiempo y los avatares del destino condujéronme de nuevo a la provincia, allí en 1991 conocí un computador 8088, de esos que se arrancaba con disquetes de 5 ½ o “de arepa” como les decíamos nosotros. Hermano pues a aprendernos toda esa jeringonza del D.O.S. (Disk Operating System) y su cantidad de comandos: CLS para borrar pantalla, DIR para ver el contenido del directorio, etc…

Pero hasta ahí seguía de amores con las máquinas de escribir…hasta cuando supe de los tales procesadores de palabras y el mejor de los mejores: el Wordstar. Con Wordstar aprendí los mismos comandos que funcionan con el Microsoft Word: Control G graba, Control J justifica…me las aprendí todas de ese procesador de textos y pues me buscaban para digitar porque bueno…la escuelita de mecanografía…Pero también me le metí a una cosa novedosa y rara, las hojas electrónicas y la estrella del momento: el Lotus 1-2-3….Guaooooo…para un ser sencillo como quien escribe pasar de la calculadora a esta maravilla…

Vino a continuación un IBM Pc XT y fue la “machera”, lo más novedoso en el pueblo con su Súper-disco duro de 10MB (Que conste que cronológicamente la aparición de estos computadores personales ocurrió así para el autor mas no es así para la industria en general), luego lo desplazó la IBM PC AT, el famoso 286 de la jerarquía de Microsoft: bus de 16 bits, HD (hard disk o disco duro) de 20 Mb y 512 kb de memoria RAM (Random Acces Memory, memoria de acceso aleatorio), llegó así mismo el Windows y abrió una ventana a mi vida.En este estado de evolución tecnológica pues ya dominaba el qpro (competencia de Lotus), el Word perfect (competencia de WordStar) y hasta supe del tal Logo (y su tortuguita por aquí y de la tortuguita por allá).

Me sentía, valgan las comparaciones, como un Bill Gates (que dicen se debe pronunciar como «Bil geit»,diferente de vil gay -léase vil gey-) con varios años de retraso. Cacharreaba y cacharreaba en computadores ajenos (¿Qué hacer si en la casa de mis abuelos lo más tecnológicamente avanzado era una grabadora con cassetera?) y llegado un 386 al municipio “me ordené” en las ciencias ocultas de los computadores personales: formateé mi primer equipo…y fue por error. Me dejaron cuidando un dichoso apartamento y que por favor usara lo que necesitara pero que lo dejara en sitio…pues nada, me puse a practicar como sacar copias de seguridad y habian como 30 disquettes de 3/2 pulgadas…ni corto ni perezoso hice los backups correspondientes y (no me pregunten cómo), a algo que preguntó el sistema le di enter y ya… ¡carajo! Y ahora que hacía, pues amanecer poniendo en práctica lo aprendido en cartillas y libros amarillos que Javier Enrique me facilitaba…4 de la mañana y voila, quedó, listo p´a pintura. Uff que susto tan guapo. Seguí el camino de la evolución y «dio papaya» un 486 con 32 MB de Ram y con Quake instalado (y Princesa de Persia)..lúdicas tardes ganando partidas y rebuscando moneditas, digitando trabajos y tesis de grado.

Nota: para buscar antecedentes en la creación de los computadores actuales, procesos previos a su aparición, leer por favor: Informática siglo 19

Ediciones: 2011-13-14

This post is also available in: Español