Adulterio en la mente. El adulterio ocurre cuando una persona comprometida en sagrado matrimonio sostiene relaciones con una persona que no sea su cónyuge. Esto supone una ruptura al pacto de monogamia, lo que denota como una traición al juramento realizado a la iglesia, a los testigos, y, sobre todo, a su pareja misma.
Religiones como el cristianismo y el catolicismo rechazan de manera contundente el adulterio, siendo este un acto desobediente ante la ley de Dios. En este punto, podemos preguntarnos ¿en qué momento podemos considerar que una persona ha cometido adulterio?, ¿es estrictamente considerado adulterio cuando se consuman relaciones extramaritales?
¿Es posible cometer adulterio con el pensamiento?
Muchas personas podrían responder que no, argumentando que el adulterio es netamente un acto y no un pensamiento en esencia. En esta etapa, podríamos conllevarnos a una discusión sobre los márgenes que nos permitan saber cuándo una persona comete adulterio o no.
Para hacernos de una referencia en este tema, podemos recurrir a la biblia, donde, en Mateo 5:27-30, podemos hacer la siguiente lectura:
‘27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno’
Partiendo de esta lectura, entenderemos que el adulterio nace y se consciente en la mente misma, por lo que el neto acto de mantener este tipo de pensamientos, traza el pecado. Toda persona que codicia a otra como debería hacerlo con su pareja, puede considerarse como adúltera.
Podríamos decir que el adulterio comienza con un pensamiento y termina con el acto adúltero. De allí que podamos concebir que las personas que cometen tal acto, lo hacen desde el instante en el que consienten estas ideas con su mente.
¿Está mal pensar en otra persona que no sea nuestra pareja?
Todo va a depender de las acciones detrás de cada pensamiento. Una persona que se ha jurado su amor a su pareja en sagrado matrimonio, debería aprender a deshacer este tipo de ideas y dejar de consentirlas. Suponemos que una persona que decide casarse con otra deberá mantener su pacto por siempre, a menos que decida separarse formalmente de su pareja.
Es comprensible que una persona pueda llegar a tener pensamientos impuros, pues su verdadera responsabilidad reside en lo que esta decide hacer con los impulsos de su cuerpo y su mente propiamente. Pues, aun en el pensamiento, cada quien debe hacerse responsable de lo que decide en última instancia.
Otro punto a considerar son los acuerdos que cada pareja se plantee, aunque en la ley de Dios, cualquier práctica que trace el adulterio, sea en el pensamiento en la acción misma, será repudiada de manera inmediata.
Los mandamientos de la ley de Dios
Otra revisión que podemos hacer para apoyarnos en este análisis nos remite a la lectura de los mandamientos de la ley de Dios. Al respecto, su 9no mandamiento suscribe que:
‘No consentirás pensamientos ni deseos impuros’
Una persona que obedezca la ley de Dios no deberá consentir pensamientos o deseos impuros. El desear a otra persona es, en este sentido, un pecado ante los ojos de Dios. Toda pareja que llegue a tener este tipo de pensamientos, deberá reflexionar y corregir el curso de sus ideas.
Por otra parte, el 6to mandamiento nos indica:
‘No cometerás actos impuros’
Los pensamientos impuros son, bajo la lectura de este mandamiento, un acto rechazado en la ley de Dios. Toda persona que considere siquiera la idea del adulterio, está pecando ante Dios y la iglesia. Por esto, el adulterio es un acto negativo desde su mera consideración.
Los acuerdos de la pareja
Mucho hemos comenzado a leer estos días sobre varios términos como el poliamor o las relaciones abiertas. Entre tanto, sabemos que la pareja puede definir sus márgenes y sus acuerdos respectivamente. Sin embargo, el caso de los matrimonios católicos o cristianos no es el mismo caso al respecto.
Fuera de este contexto -de las religiones cristianas y católicas-, los acuerdos de la pareja son elementales para entender de qué manera esta va a delimitar sus límites. Con esto, podemos encontrar que algunas relaciones son capaces de recibir a un tercero en sus intercambios sexo-sentimentales.
En este tipo de escenarios, podemos notar que el adulterio no figura de la misma manera que lo haría en el mapa de un matrimonio católico. Son, en este sentido, los acuerdos de la pareja, lo que les permitirá saber cuándo un acto pudiera considerarse como adulterio, o en palabras más simple, una violación a sus acuerdos.
Conclusión
El adulterio puede ocurrir en la mente, como parte de los pensamientos que una persona puede llegar a experimentar. La tarea, en este punto, es reflexionar sobre lo experimentado y entender si estos pensamientos convergen o no con sus principios. Si se trata de una persona que obedece a la ley de Dios, deberá, cuanto antes, anular todos estos pensamientos.
Puede haber adulterio en la mente, aunque esto dependerá, primeramente, de los principios que la persona tenga con respecto al tema. Algunos casos podrán no tener problemas con tener este tipo de pensamientos, entendiendo que podemos sentir atracción por alguien, pero que existe una gran brecha entre lo que se siente y lo que se hace.
En cualquiera de los casos, el adulterio en la mente es una concepción tratada, de la cual podemos encontrar múltiples interpretaciones al respecto. Lo importante, en todos los escenarios posibles, en entender cuál es el margen que representa nuestros intereses, y sobre esto, aprender a relacionarnos con la pareja que seleccionemos para nosotros respectivamente.
Referencias:
https://en.wikipedia.org/wiki/Adultery
Leer más: ¿Qué es el adulterio en la biblia?; Adulterio en Florida; ¿Qué es cometer adulterio?
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