En infancia de Moisés consignaremos lo que hay sobre el personaje en su única fuente directa (aunque no demostrable) y varias alternativas de entender este prohombre en la historia judia. Para tal menester junto dos artículos que estuvieron un tiempo en blogger pero he trasladado a esta plataforma.
La mayor parte de lo conocido acerca del individuo Moisés[1] esta consignado en el libro del Éxodo.La estructura de este libro se puede vislumbrar en el DeuteroIsaías (Isaías capítulos del 40 al 55) que ve en el futuro mediato un retorno de la cautividad de Babilonia y una re-toma de la tierra. O como cuenta Esdras en el libro de su mismo nombre, capítulos del 1 al 6, en una crónica bastante reforzada, la llegada terminó con la celebración de la Pascua al igual que dicen haberlo hecho cuando partieron de Mesopotamia. éste un libro escrito con la finalidad de demostrar, con sus artilugios teológicos y vericuetos rituales, cómo se formó la nación de Israel, desde el punto de vista de sus redactores y gobernantes.
En la descripción de la opresión descrita en los primeros capítulos se habla de setenta como el número de inmigrantes primigenios a Egipto[2], correspondiendo esta cifra con el número de naciones según Génesis 10 e inclusive con el número de divinidades del panteón cananeo (los setenta hijos de Atirá) según el poema ugarítico de Baal. El nexo se puede solidificar si reiteramos las palabras atribuidas a Moisés en Deuteronomio 32:8-9 (BJ):«Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios[3]; mas la porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad.La nota discordante se ubica en el comentario de Lucas en Hechos 7:14 (BJ), que enfatiza que fueron realmente 75 individuos. Sus razones y fuentes tendría Lucas, para reiterarlo calmadamente.En 1:9-10 se hace notar la prolífica descendencia de los hijos de Jacob y su “poderío”, causando malestar en el faraón quien decide tomar medidas[4] para contrarrestar la progresión geométrica de su población y prevenir que aliados con los enemigos de los camitas, salieran del país.
Es como si viera en la población extranjera asentada en los linderos orientales de Egipto, una amenaza de la seguridad nacional.¿Cuáles fueron las inteligentes medidas faraónicas para restarle poder a la creciente multitud israelita? Nombrarles capataces e incrementarles el volumen de trabajo a ver si la libido de los hebreos disminuía y no se reproducían tan rápido, o tal vez para que se cansaran físicamente a niveles que nos les quedara lugar a mítines ni conciliábulos , menos fuerzas para hacerle el amor a sus parejas y procrear. Pero la terapia funcionó masivamente a la inversa: el poder afrodisíaco del trabajo permitió fecundar en cantidad a los israelitas. ¡Quién lo creyera!O el faraón temía en realidad quedarse sin mano de obra y en lugar de mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores, se las empeoró, dándoles la disculpa perfecta a los hebreos para marcharse, o en medio de su astucia, pensó que con la opresión desmedida acabaría con el pueblo esclavo. ¿Qué lograría exterminándolos? Quedarse sin trabajadores (o esclavos). Un profesor de la Universidad hebrea de Jerusalén aclara: esto no es crónica, sino poesía; y lo mismo queda probado por las repeticiones ponderadas, tales como las palabras “con vigor” o las cinco veces repetidas y recalcadas “esclavizar” y servidumbre”…[5]
Otra de las medidas implementadas contra los descendientes de Jacob, fue hablar con las parteras hebreas (¿directamente o por medio de intérprete?), según el texto solamente eran dos (para una población tan voluminosa, no es consecuente): Séfora y Puá (LXX) o Sifra y Fúa (RV 95). Los nombres derivarían de los términos para designar al verbo brillar o adornar, en suma nombres artificiales, de personajes literarios e inexistentes.El mandato faraónico a las parteras era asesinar a los recién nacidos varones y dejar las mujercitas con vida.[6] Lo que no comprendemos a cabalidad es la segregación de exterminio, si es sabido que se pueden reproducir tanto un sexo como otro. ¿O temían al liderazgo militar potencial de los varones para una rebelión? En una economía basada en la esclavitud, ¿no sería normal aumentar el número de brazos? Este detalle de la muerte de los niños podría ir en contravía del relato, pero prepararía la llegada de Moisés.
Luego la narración dice que las parteras desobedecieron al faraón por temor a Dios (¿a cual?, si aun no se había revelado con nombre propio a los hebreos. Aparentemente temían a Elohim).Ante el reclamo real por dejar con vida a los varones, responden que las hebreas son fuertes y paren antes que ellas lleguen a atenderlas. El gobernante reitera su voluntad de aniquilación, ordenando echar al río a los niños varones.
Está creado el escenario para que irrumpa la actuación estelar del héroe central del Pentateuco: Moisés.
[1] Los profetas raramente lo mencionan (Ezequiel ni una vez) y cuando lo hacen mencionan la época de Moisés pero no al personaje mismo. Es como si la tradición de este señor se hubiera creado en propiedad después de ellos (del exilio). Es así como solo el Libro de Eclesiástico 45:1-6, magnifica el nombre del sujeto en estudio.
[2] Génesis 46:27 y Éxodo 1:5.
[3] Referido tal vez a los ángeles o seres angélicos. Según el número de los hijos de Israel (NC) (NVI) (RV 1865) (RV 60) (RV95).
[4] (RV1865)…Ahora pues, seamos sabios para con él, porque no se multiplique: y acontezca, que viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. (LXX) Venid, pues: suplantémosles; no sea que se multipliquen, y, cuando nos sobreviniere guerra se pasen éstos a nuestros enemigos y guerreen contra nosotros y salgan de la tierra».
[5] BUBER Martín. Moisés. Ediciones Imán, Buenos Aires, 1949, página 54.
[6] Según BJ, había que mirarle las dos piedras (eufemismo para designar a los genitales)
…
Diez breves versículos se dedican a su infancia.Se dice que los padres fueron Amram[1] («pueblo elevado») y Yokébed («glorificada de Yahvé» o «Yahvé es impetuoso)[2], siendo Yokébed tía de Amram y ambos de la tribu de Leví. Éxodo 6:20 y 2:1. Obviamente el amaneramiento de los nombres sigue reafirmando la artificialidad de la epopeya.Nacida la criatura, lo escondieron durante tres meses -no por amado sino por hermoso[3], según 2.2 (BJ)- y luego imposibilitados de ocultarlo por más tiempo lo metieron a una cesta[4] impermeable y lo echaron al Nilo [5]; una hermana mayor del criatura (Miriam, o María)[6] fiscalizó que no le pasara nada malo por el camino, hasta cuando fue recogido del río Nilo por la hija del faraón. Nos preguntamos, ¿por qué habría de recoger un niño hebreo, pueblo condenado al exterminio por su padre? ¿Por lo bonito?
La hermana de la criatura le sugirió una mujer hebrea (la madre natural del infante) para que lo amamantara. También nos controvertimos, ¿Era su hebreo lo suficientemente fluido como para hablar con una judía y luego además, darle un nombre aparentemente hebreo al niño?
La princesa acepta que la señora hebrea lo críe (en el sentido de darle pecho y levantarlo hasta tanto camine) y cuando ha crecido lo lleva a la presencia de la hija del faraón quien lo recibe como hijo propio, y le llamó Moisés, diciendo: «De las aguas lo he sacado.» (Éxodo 2:10 BJ)
El nombre de Moisés[7] (Mosheh, en hebreo), encontró en un principio una explicación etimológica desde los tiempos de Filón y de Josefo, como si fuera procedente de la lengua copta (Mo=agua y Ušedh= salvar) y significaría salvado de las aguas (en hebreo mashah, significa sacado)[8].
Tal vez correspondería a una interpretación forzada donde se percibe a Moisés como quien sacó a Israel de las aguas (oleaje ruidoso, mar, río grande como el Nilo, Occidente o inclusive hasta sur)[9]. Pero la palabra posee raíces egipcias.La egiptología propone dos variantes. Una en que el nombre deriva de la raíz que significa dar a luz (Cf. Ramsés, Tutmosis, etc.) y entonces poseería un nombre compuesto con Ptah o Amón y en el fluir del cauce del tiempo se perdió el patronímico divino (o para la conveniencia de algún sector religioso); otra en que surge de la raíz ms (mose)=hijo. Una alternativa interesante puede ser la procedencia del término, de una raíz sumeria mus, que significa serpiente.El nombre de Moisés habría de ser compuesto como «Amen-mose», es decir, «niño de Amon», o «Ptah-mose», «niño de Ptah», nombres que a su vez son abreviaciones de apelativos más largos: «Amon (ha dado un) niño», o «Ptah (ha dado un) niño»; la tradición quizás suprimió su primer nombre, que debió ser teóforo. La “s” al final del nombre procede de su traducción griega del antiguo testamento.
[1] Del cual se dice que vivió 137 años.
[2] Puede sonar anacrónico el nombre de la madre, porque sólo es a su hijo Moisés a quien se le revelará el nombre de la deidad semita; es decir, es después de Moisés que se debería usar este nombre, si nos ceñimos a la veracidad del relato bíblico.
[3] tob; de 2895; bueno (como adj.) en sentido más amplio; usado igualmente como sustantivo, tanto en masc. como en fem., sing. y plur. (bueno, cosa buena, bien, hombre bueno, mujer buena; el bien, cosas buenas, bienes, hombres o mujeres buenas), también como adv. (bien):-abundancia, acepto, acertado, agradable, agradar, alegrar, alegre, alegría, amigablemente, benéfica, beneficio, benevolencia, benigno, bien, bienestar, bondad, bueno, contento, cosa, dichoso, éxito, favor, feliz, fértil, fino, gozar, gozoso, gusto, hermoso, humanamente, mejor, misericordioso, parecer, placer, prosperidad, rebosar, suave, tesoro.Según la mitología griega, el bebé Adonis (del fenicio adon: señor) fue hábilmente ocultado dentro de un cofre por Afrodita, quien pidió a Perséfone («la que trae la destrucción», la reina de los muertos, que lo mantuviera oculto. La curiosidad traicionó a Perséfone, quien abrió el cofre y quedó prendada de la belleza de Adonis, tanto que decidió criarlo en su palacio, como hará la hija del faraón según la narrativa judía. Pero siguiendo el mito griego, ella lo cría y se hacen amantes.
[4] Caja, cofre o arca. Así como el ataúd de José. ¿Cuál será la simbología inserta?
[5] Que resultó profetisa (no podía ser menos); un hermano líder político de su pueblo, Aarón líder religioso, ella no podía ser inferior al compromiso. Son descendientes de Leví dicen los textos en cuarta generación, mientras que Josué, contemporáneo de ellos, descendiente de José en la catorceava generación. La cosa no encaja.
[6] Su veracidad literaria incluye rasgos de Hammurabi, Akenatón. El uso de nombres genéricos como Madián y Moisés permiten contar una narración doble. No corresponde a una biografía sino a un ciclo épico.
[7] Los términos en hebreo suenan semejantes.
[8]Isaías 63:11 (BJ) Entonces se acordó de los días antiguos, de Moisés su siervo. ¿Dónde está el que los sacó de la mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en él su Espíritu santo…Se translitera el vocablo yam, como mar.
Nota: De Sargón de Akad o de agadé (sobre el 2500 aC), se decía que era hijo ilegítimo de una sacerdotisa;ella dio a luz en secreto y puso a su hijo en una canastilla de juncos en el río; fue encontrado el bebé por un personaje que lo crió como propio. Nótese el parecido mítico con el posterior Moisés.
Ediciones 2011-13-15-17-19