Salida de Egipto y diez mandamientos-estudio-ensayo-crítica

Vamos a estudiar un poco el tema «Salida de Egipto y diez mandamientos«, usando como material base los textos del antiguo testamento y un poco de teología crítica, aunada a algo de cultura contextual y temporal para emitir nuestro concepto.

Misión de Moisés.
El permiso solicitado (al menos intencionalmente) era de tres días de camino (por el desierto) para sacrificar a Yahvé.En el siguiente módulo, Moisés considera que los israelitas no creerán en su palabra y pide demostraciones convincentes para persuadir a su pueblo. Se le dan tres, una conversión de su cayado en serpiente (la Apophis de los egipcios) y la reversión del acto milagroso, la conversión de una mano sana en una mano leprosa ( y su respectivo “deshacer”, así como tomar un poco de agua del Nilo (el gran benefactor de Egipto), derramarla y se convertiría en sangre. Yendo de regreso a Egipto, absorto en su misión, (Éxodo 4:24-26) Yahvé pretende matar a su enviado, salvándose este, tocando los pies (léase genitales) del niño, su hijo que le acompañaba (reafirmando la propiedad del Señor sobre los primogénito dicen los exegetas). La solución definitiva (o mejor la sustitución ritual perfecta) la aporta Séfora circundando al niño, salvando de paso al hijo y al padre: tocando con el prepucio del niño los pies de Moisés(DHH). ¿Querrá decir prepucio con prepucio? ¿O que el prepucio circuncidado tocara los genitales de Moisés? La Septuaginta lo enfoca de otra manera:Y tomando Séfora piedra afilada circuncidó el prepucio de su hijo y arrojóselo ante los pies, diciendo: « ¡Esposo de sangre me eres tú!» El término traducido como esposo, viene del hebreo kjatán, que traduce pariente político. Sangre, dam en hebreo, también podría implicar jugo de uva o derramamiento de sangre. ¿Esposo homicida me eres tú? ¿Se refiere a la circuncisión o al niño? Si lo era la circuncisión, expresaba su asco por esta costumbre singular, desconocida entre su tribu (¿no supone que sus costumbres eran semejantes a las de los hebreos?). Si lo fuera el niño, tendría sentido siempre y cuando emblematizara a todo el clan, que por medio de este ritual se colocaran bajo la protección de esta divinidad. Si fuera Moisés, seguimos en ascuas (o como sus arquetipos Akenatón, casado con su madrastra y Edipo con su mamá, se referiría a que era pariente de él, aparte de esposa)… pero y si fuera Yahvé, que se interpuso entre los esposos e impuso una costumbre nacional, se podrían aclara las cosas.Superado este gran susto para la familia de Moisés, se presentan ante el Faraón él y su hermano. John Spencer (1.630-1.693), opinaba que Moisés era un hebreo «egiptizado», siendo efectivamente la cultura egipcia la que actúa como origen y modelo de la ley ritual. En el cuerpo de la leyes (rituales, políticas y morales), la ley moral es el Decálogo de semblanza imperecedera. Como intento de explicación racional de la ley mosaica, historiza su concepción, a sabiendas que todo proceso implica un comienzo y un final (de carácter temporal). Los hebreos recurren a la llamada «inversión normativa» para crear una para-legislación sobre el código egipcio, una normatividad que contraríe lo dicho por los egipcios.[1]
Entonces el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: —Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios, pero dentro del país. Moisés respondió: —No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová, nuestro Dios, lo que es la abominación para los egipcios. Si sacrificáramos lo que es abominación para los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?Iremos por el desierto, tres días de camino, y ofreceremos sacrificios a Jehová, nuestro Dios, como él nos diga (Éxodo 8:25 y 26, RV 1995).
Para los egipcios el carnero[2], el chivo y el toro eran animales sagrados y sería ofensivo si se les permitía a los judíos en el vecindario de Egipto hacer estos sacrificios.
[1] El eje central de los rituales egipcios se propone negar y vencer a la muerte, para asegurar una vida apacible en el más allá. No es gratuita la popularidad de Osiris. No así la religión judía primigenia que no quería la inmortalidad ni la posibilidad de continuar la vida después de la muerte.
[2] Era el animal de Amón y también de Khnum (dios local de elefantina).

Salida de Egipto.
Frente a la renuencia del soberano egipcio de permitir partir a Israel, desconociendo a la divinidad hebrea, proceden a ejecutar las famosas diez plagas. Como toda la crónica deuteronomista expuesta hasta el momento, se refiere más a fabulaciones con intención moral que a sucesos como tales, proponiéndose demostrar dentro de su interinidad el gran poder del dios hebreo subvalorado por el faraón. O mejor aún, el enfrentamiento de Yahvé contra las divinidades egipcias, teniendo Moisés y Aarón 80 y 83 años respectivamente.
En la última plaga, la muerte de los primogénitos rebosó la copa y coaccionó por fin al rey egipcio para que dejara marchar a los israelitas (eso dice la Biblia).
Se indica cuál será el primer mes del año, en base a la luna nueva: este será el mes de Abib[1] (marzo-abril), que posteriormente al exilio se llamará Nisán y que zodiacalmente corresponde al signo Aries. Parece indicar entonces que los israelitas se rigen por la luna y los gentiles por el sol, con la salvedad que cada 30 días los israelitas pedían la bendición de la luna nueva, en un ceremonial que duraba dos días y era seguido por una comida sagrada, celebración que databa por los menos del siglo VIII, ya que lo mencionan Amós y Oseas.[2]
Se trata de justificar históricamente la pascua (Pésaj), término relacionado con el verbo pasah «pasar de» o para decir que Yahvé pasa de largo. Es posible, cuenta Buber, que los más viejos semitas ofrendaran anualmente al primogénito del ganado menor (cordero) en tiempos de luna llena, festejando en comunidad con sus consanguíneos, marcando los dinteles con esa sangre, para alejar al demonio que mataba los primogénitos. Este mismo ritual fue acondicionado para el culto de Yahvé con otras connotaciones.
Pero el verbo asociado significa renquear o danzar dando brincos. ¿Al comienzo de las celebraciones de la pascua se hacía una danza ritual, con pantomimas y disfraces (de chivos), como en otras culturas?[3] Otra posibilidad barajable es que se conmemorara el paso del sol por la constelación Aries o de la luna por su punto culminante.
Originalmente existían dos festividades separadas, la de los ácimos y la pascua como tal (Éxodo 24:18), siendo la primera una práctica sedentaria (cananea en sus principios) y la segunda una práctica nómada. Como las dos festividades coincidían con el primer plenilunio de primavera, se convirtieron en una sola celebración, dedicada a Yahvé, a la cual no se le añadía ningún otro rito sacrificial ni se ligaba a santuario alguno: se le añadió una nueva interpretación.[4]
Durante esos siete días se habría de comer pan ácimo (matzot), es decir no leudado o fermentado.[5] La fiesta empezaría el 14 al atardecer (al inicio del día 15) del primer mes (el de Nisan, en pleno equinoccio de primavera), sacrificando un cordero. Durante esos días de fiesta, parte del seder (comida pascual), incluye hierbas amargas, un trozo de carne asada y un huevo (como símbolos del sacrificio pascual). La festividad duraba 7 días. (Éxodo. 12:15-23; Deuteronomio 16:1). Es sinónimo de ofrenda de libación o expiación, que en tiempos de los redactores deuteronomistas se hacía con vino y aceite (las vides y el olivo eran los productos bandera).
Se consideraba que esta era un sacrificio de sustitución de acuerdo con el Éxodo, reemplazando al primogénito que habría de morir en tierra egipcia, con un cabrito o cordero. Se celebraba en primavera, cuando se recogían las primicias de la siega; con la celebración de esta festividad empezaba el año eclesiástico.
Bajo la amenaza de dar muerte a los primogénitos de Egipto (incluyendo los animales), Yahvé promete desquitarse de las divinidades egipcias. Es esta fiesta la que recordará la victoria de la deidad israelita sobre las egipcias. Efectivamente según la leyenda así fue. El involucrar dentro del castigo alude directamente a la costumbre egipcia de zoomorfizar sus divinidades. Luego de este magno evento el faraón quedó convencido y mandó salir a los israelitas, porque él y sus familias pensaban: Vamos a morir todos. Según la exégesis rabínica, se refiere al miedo que implicaba para las mujeres adúlteras lo hijos habidos con un soltero diferente, que, siendo varios los hijos extramatrimoniales, eran varios los primogénitos que fallecerían.
La tradición, para darle peso y autoridad a la nueva saga, pone a Moisés a llevar los huesos de José de vuelta a tierra de Canaán. Para saber dónde estaba la tumba de José, se supone que Serha, hija de Aser, sobreviviente de aquella generación fue quien le indicó el sitio: dentro de un arca de metal sumergido en el Nilo.[6] Otra versión dice que se encontraba en el Valle de los Reyes.
Luego, la saga habla de la persecución egipcia, arrinconando entre el desierto y el mar a los hebreos, con 600 carros de guerra selectos. Pero los carros requerían tracción animal y los animales egipcios habían perecido según Éxodo 9:3-6. Y no podían ser cuadrúpedos de Israel porque ellos los llevaron consigo, dentro de la lógica interna y valor de verdad de sus axiomas. Ocurre a continuación el paso del mar de los juncos (rojo para la tradición), que reforzaría las creencias de los implicados, de acuerdo con el escribano. Obviamente nosotros, positivistas occidentales consideramos que si un incidente de este calibre llegare a haber ocurrido, hasta los perjudicados lo habrían comentado (y eran grandes escribientes y comentadores), pero no fue así, como tampoco pudo haber sido posible un Éxodo de la manara descrita, de acuerdo a lo estipulado en las explicaciones. Se trata de magnificar y sentar cátedra ética y religiosa para sus feligreses, no de historizar.
Llegados al capítulo 17, vemos un Moisés haciendo las veces de taumaturgo o intercesor (tampoco como sacerdote, porque llegada la ocasión estas funciones las desempeña su hermano Aarón; el aspecto litúrgico, como los sacrificios los hace su suegro), pero la labor militar la delega en otros como Josué; él es quien mantiene la línea directa con su deidad.

En el capítulo 18 lo vemos impartiendo justicia (es de suponer entonces que habría una especie de código o legislación vigente) para lo cual recibe sendos consejos de su suegro.

[1] “Primavera”, “espigas verdes”. Nombre cananeo del mes en el que se ha de celebrar la pascua judía.
[2] 1 de Samuel 20: 5-18. Amós 8:5. Isaías 1:13. Oseas 2:13
[3] 1 de Reyes 18:21 (BJ) Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: « ¿Hasta cuándo vais a estar cojeando con los dos pies? Si Yahveh es Dios, seguidle; si Baal, seguid a éste.» Pero el pueblo no le respondió nada.
[4] Cuando no puedes vencer a tu enemigo, úneteles. La base popular, tan sugestionable a mitos y creencias, era en últimas quien sostenía los rituales en todos los pueblos, había que cederle espacios.
[5] En la fermentación se veía los síntomas de la descomposición, lo impuro, la muerte.
[6] MARTINEZ Sáiz Teresa, Mekilta de Rabbí Ismael, comentario rabínico al libro del Éxodo. Editorial Verbo Divino biblioteca midrásica, Navarra 1995, página 117.

Los diez mandamientos.
Los diez mandamientos compendian la religión israelita (son la ley moral) y nominalmente son un único decálogo, con variantes de riesgo. Veamos, el texto base, desde nuestra óptica es el de (BJ) Éxodo 20:1-17 complementándolo con Deuteronomio 5:6-21.
Siguiendo la tradición del Talmud, Filón, Flavio Josefo, Jerónimo, la Iglesia griega y los calvinistas, que aparentemente corresponde más a la mentalidad israelita[1], estos son los diez mandamientos:

I No habrá para ti otros dioses delante de mí. Excluye de facto, el politeísmo y el ateísmo.
II No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.
No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso[2], que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos. Se ordena el monoteísmo en una época donde hasta el mismo líder, Moisés era monolátrico y no monoteísta. Los más severos predicarían una supuesta prohibición del ejercicio artístico; los más heterodoxos veríamos la salvedad interpuesta, que menciona darles culto.
III No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
IV Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días hizo Yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahveh el día del sábado y lo hizo sagrado. Deuteronomio ofrece otra explicación por la cual guardar el sábado, para recordar la salida de Egipto.
V Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar. En Deuteronomio, textualmente seas feliz en el suelo que Yahveh tu Dios te da. Padre, involucra, en hebreo, a los abuelos y antepasados.
VI No matarás (literalmente, en hebreo, hacer pedazos, despedazar).
VII No cometerás adulterio (Esta último término también significa apostatar).
VIII No robarás.
IX No darás testimonio falso contra tu prójimo. En hebreo la palabra falso implica mentira, traición y engaño.
X No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.» El orden es cambiado en el Deuteronomio, apareciendo primero la mujer.
La palabra codiciar, en hebreo, connota deleitarse en y comprende también los siguientes significados: muy amado, amor, codiciable, codiciar, cosa, delicado, delicioso, deseable, Deseado, ser deseado, desear, estimar, preciado, precioso. A su vez, la palabra casa, implica familia, hija, huésped y linaje entre otras.
Esta ley moral fue complementada con una ley de acercamiento a Dios (ley del altar), estipulada en Éxodo 20:24-26 y 33:14-19 (desarrollada a cabalidad en el libro de Levítico) y con una Ley civil o nacional compilada en Éxodo 21:1; 23:13 y expresada a profundidad en los libros de Números y Deuteronomio.
Poseen como característica descollante la solidaridad entre sus asertos: no se requiere violar todos sus preceptos para quebrantar el pacto teocrático. Un idólatra no puede excusarse diciendo que no ha hurtado para justificar su presunta inocencia; violó una norma, por tanto aguarde su castigo respectivo. Es el rígido e inapelable silogismo hebreo.
Consideramos como altamente probable su redacción inicial en tiempo de los reyes (no antes) y su presentación final a la vuelta del exilio.Pero ya desde estas lejanas épocas, la ley era cosa muerta, figurativa, para los más “lentos”, o si no, véase como se mata en nombre de Yahvé, cómo se desea y goza la mujer del prójimo (¿o no lo son, los supuestos enemigos de Israel?), sus bienes y demás.

[1] Y en oposición al pensar de Orígenes, Clemente de Alejandría , Agustín de Hipona, la Iglesia Latina y los luteranos, que juntaban los dos primeros mandamientos en uno solo y dividía en dos la prohibición de los malos deseos (mujer y bienes, noveno y décimo)
[2] El símil entre pacto y matrimonio es bien evidente: la divinidad asume posturas de marido posesivo y el pueblo ha de adoptar el de esposa condescendiente, comprensiva y ante todo, obediente. Amor se homologa a obediencia, como en toda alianza desigual.

Ver también: Freud y Moises

Egipto 1785-1500 ac-historia

En Egipto 1785-1500 AC (antes de de la era cristiana), vamos a dar un estudio global a la historia antigua de los egipcios en este periodo de tiempo, de tal forma que podamos apreciar no solo su riqueza cultural sino el modelo copiados por muchos de sus vecinos en el plano religioso y mítico.
Para comprender un poco el nudo giordano que habremos de desenredar respecto al posible Éxodo Judío, nuestro introito ha de empezar desde el año 1.785 a.C. (todas las fechas a partir de aquí y salvo que se diga lo contrario son antes de la Era cristiana).

La Dinastía XIII (alto Egipto) se instala en el palacio faraónico, con un gran número de reyes, siendo un periodo de turbulencias (un siglo) y pobreza.
Invasores de raza oscura, procedentes del este invadieron Egipto[1], quemando las ciudades y arrasando con su riqueza(los hicsos, «gobernadores de las tierras altas», que eran semitas errantes[2] que comerciaban sus productos con Egipto, o buscaban refugio, o requerían espacio para abrevar sus rebaños).

El hambre y/o los movimientos étnicos, trajeron inmigrantes semitas (nómadas y cananeos que no constituían un solo pueblo o tribu) al Delta (junto a hurritas), ingresando por el Sinaí, fundando un Estado en el Bajo Egipto (hasta Siria) y controlando sus posiciones de poder durante varios años. Que un grupo de reyes pastores tuvieran mayor preponderancia que su vasta cultura agrícola era humillante. Estos pueblos invasores son del linaje de los hebreos, que luego denostarán de su extracción cananea. Sin embargo los estudios recientes confirman que el ascendiente asiático residía en Egipto desde la anterior dinastía, actuando muchos de ellos como camareros, cocineros, sastres, etc.

Su llegada universalizó el uso del bronce, se trajeron los carros tirados por caballos, las armaduras de escamas, el telar vertical, la lira, el laúd de cuello alto y el oboe. Pagaron tributo o al menos mantenían cordiales relaciones comerciales con los minoicos y babilonios.
Gobernaron los sus estados del Delta desde Menfis en primera instancia y luego desde Avaris en el Noreste.

Los indicios sugieren que una Dinastía XIV trataba de gobernar a su vez los pueblos del bajo Egipto; este enfrentamiento entre dos caudillos y familias debilitó la estructura defensiva del pueblo egipcio y permitió su debacle. Dos linajes de hicsos gobernaron a Egipto, las dinastías XV y XVI, poseyendo nombres extranjeros como Jacob-El, Anath-her y Khyan; adoptaron nombres reales egipcios y adoraban a Ra y a Seth (Sutekh, el equivalente egipcio de su Baal). No se dispersaron demasiado ciñendo sus fronteras al bajo Egipto y a Siria. Establecieron su capital en Avaris, en la orilla noreste del delta del Nilo.

Puede que durante el período de dominación de los hicsos, entrasen en Egipto gran cantidad de inmigrantes asiáticos desde el sur de Siria (Canaán). Bajo un gobierno nativo, una inmigración de esta índole habría despertado grandes recelos y no se habría alentado su entrada en el país. Los reyes hicsos, en cambio, debieron acoger a estos inmigrantes como compatriotas asiáticos con los que podían contar para su programa de mantener a los nativos egipcios bajo control.
De hecho, la historia bíblica de José y sus hermanos tal vez refleje este período de la historia egipcia. Sin duda, el benévolo monarca egipcio que convirtió a José en su primer ministro, dio la bienvenida a Jacob y asignó a los hebreos un lugar allí (en el delta al este de Avaris), no pudo haber sido un egipcio nativo. Fue sin duda un rey hicso.»[3]

Año 1.645. Los inconformes habitantes de Tebas establecieron su propia monarquía, la llamada Dinastía XVII, que compartió estelaridad y protagonismo al coexistir con su homóloga hicsa (dinastía XVI). Durante este periodo considerado, los invasores hicsos aplacaron su voracidad guerrera, se sedentarizaron, se asimilaron a la cultura egipcia, mientras los nativos asimilaron en propiedad las novedades foráneas, incorporando por ejemplo el empleo de carros y caballos.

Un poco antes de 1.570, Iah-Hotep, «el dios luna está en paz» hija del rey Taa I y de la reina Tetisheri, originaria de Tebas, comienza la campaña de resistencia para expulsar el poder invasor. Su valiente esposo, el rey Seqenenre-Teo, «el que ve aumentado su valor por la luz divina» conducía las tropas, muriendo en el frente de batalla. Iah-Hotep quedó viuda y con dos hijos, Kamosis y Ahmosis.

Kamosis (Kamoses, «Ha nacido la potencia), príncipe Tebano, retoma la bandera de la libertad agitada por su progenitora y empieza la liberación egipcia del control extranjero; no obstante fue un hermano menor suyo, Ahmés (Ahmosis o Ahmose)[4]«el de las grandes transformaciones, el toro en Tebas, el que reúne las Dos Tierras, la luz divina (Ra) es el señor de la fuerza»quien logró terminar la emancipación,tomando Avaris, la capital de los foráneos y expulsando a los hicsos[5],quienes según Manetón emigraron a Siria y se establecieron definitivamente en lo que ahora se conoce como Judea.[6]

También, según este autor egipcio (conocemos una cita indirecta), por lo menos doscientos cuarenta mil hombres salieron de Egipto y fundaron Jerusalén.[7]
Hizo también Ahmés una excursión militar[8] a Fenicia y Siria (que eran una confederación inconexa de varias naciones en pugna permanente) agrandando los límites de Egipto bajo su audaz égida. Reforzó el control sobre el flujo de emigrantes de Canaán al Delta, estableciendo un sistema de fuertes a lo largo de la frontera oriental del Delta, apalancado en tropa y funcionarios.
Doblegó a la siempre ambiciosa nobleza y restableció e poderío egipcio en el norte de Nubia. Se casó con una mujer excepcional Ahmés-Nefertari «nacida del dios-luna, la más bella de las mujeres», quien fue la encargada de fundar una nueva institución económica y religiosa, un colegio de sacerdotes y sacerdotisas de Amón. Es el inicio de la Dinastía XVIII, la más importante de la historia egipcia, con ella adviene el Imperio Nuevo.
Al parecer algunos asiáticos se quedaron en calidad de esclavos, despojados de todo poder e influencia[9] (como medida defensiva a futuro, de la potencial retaliación de los hicsos[10]). Es el posible origen de las leyendas israelitas post-José.

Año 1.545.
Amenhotep I (Amenofis)[11] asciende al trono del faraón[12] y gobierna por 21 años. En sus años de infancia, gobernó como regente su mamá Ahmés-Nefertari, quien fue una mujer longeva (vino a fallecer bajo el reinado de Tutmosis I).Consolidó las posiciones egipcias en el Sinaí y avanzó considerablemente al Oeste del Nilo (actual desierto del Sahara, que en estas fechas tenía reductos fértiles y población considerable; habían viñedos, olivos y ganados), dominando a Libia[13]. Este movimiento estratégico, de ubicar contingentes de sus tropas en estos territorios, acabó con las hordas de asaltantes que robaban las comunidades agrícolas del Nilo.
Es el primero en encontrarse a los hapiru en Canaán, llevando a algunos de ellos cautivos para ponerlos a trabajar en proyectos de construcción en Egipto.
La pobreza a que estaban sometidos los reyezuelos cananeos de Palestina ha dejado muy pocos testimonios de un arte totalmente condicionado por el Egipto del Imperio Nuevo, tanto en importaciones como en imitaciones, como las halladas en Beisán y Lakish.»[14]

Pasados veintiún años, Tutmés I, gobierna Egipto y su mandato dura 19 años (6 dicen otras fuentes). Llegó hasta la cuarta catarata y también conquistó las costas orientales del Mar Mediterráneo (Siria y Palestina), llegando incluso hasta Karkemish, sobre el alto Eufrates. Es considerado el mayor guerrero de Egipto.
Artísticamente se empiezan a construir colosales estatuas y enormes templos en Tebas.

[1] Fue realmente un proceso gradual de inmigración cananita a Egipto; no una campaña militar conjunta. Las excavaciones arqueológicas en Avaris lo confirman y desmienten la versión «acomodada» de Manetón que es la usada por la historia oficial.
[2] Adoradores del dios Seth, que en la mitología tradicional egipcia encarna las turbulencias de la tempestad y el poder hostil del desierto (Hadad o Baal). Baal-Seth, es el nombre del culto impuesto por estos invasores.
[3] ASIMOV Isaac,Historia de los Egipcios, Alianza Editorial, Madrid, 1993., página 76.
[4] «el de las grandes transformaciones, el Toro en Tebas, el que reúne las dos tierras, la luz divina (Ra) es el señor de la fuerza»
[5] Que en realidad constituían una alianza tenue de tribus semíticas de Siria y sus alrededores a donde volvían, dejando de existir como hicsos, pero continuando sus existencias como cananeos, amorritas y fenicios, para seguir disputándole a Egipto los territorios adyacentes al Mediterráneo Oriental.
Habría un choque con la cronología propuesta en la Biblia que en 1 de Reyes 6:1 considera que el Éxodo (cien años después de la expulsión de los Hicsos), tuvo lugar 480 años antes de iniciarse la construcción del Templo de Jerusalén (1.440 a.C.) en el cuarto año del reinado de Salomón. El tema se complica si tomamos a pie juntillas la construcción de la ciudad de Ramsés (Éxodo 1:11) previo a su salida. El primer faraón llamado Ramsés existirá hasta el año 1.320 y la ciudad concreta de Pi-Ramsés («La casa de Ramsés») se construyó en tiempos de Ramsés II (1.279-1213 a.C.)
[6] ASSMANN Jan, Moisés el egipcio. OBERON Historia, Grupo Anaya S.A., Madrid 2003, página 45.
[7] JOSEFO Flavio, Contra Apión, en AUTOBIOGRAFIA. CONTRA APION, biblioteca básica GREDOS, 189, Madrid, Editorial GREDOS 1994, página 191.

[8] El ejército egipcio tenía a su favor el fervor nacionalista, el estar bien adiestrado y la moral elevada. Además había incorporado a sus fuerzas, carros y caballos.
[9] Trabajaban en las minas, las canteras y la construcción en general.
[10] Tenían buenas relaciones con los líderes de las poblaciones de Palestina.
[11] Quizás era el rey tipo, propuesto por el relato del Éxodo que habla del faraón «que nada sabía de José».Había pasado mucho tiempo, el faraón procedía del sur y desconocía la historia reciente del periodo hicso.
[12] Ya no solo eran sacerdotes y hasta dioses, ahora eran grandes generales, enalteciendo su soberanía ante los ojos del pueblo, mudándolo en un símbolo de poder más efectivo. En el imperio nuevo el rey obtuvo un nuevo título. Hasta el momento se referían a él indirectamente. Es a partir del Imperio nuevo que el título faraón se empieza a usar; la confusión de uso parte del anacronismo empleado por los escribas del Éxodo, que citaban a los gobernantes egipcios anteriores como faraones.
[13] Nombre que se daban a sí mismos una tribu aborigen. Los egipcios generalizaron con este nombre a todo el norte de África al Occidente del Nilo.
[14] OCHOA José, Atlas histórico de la Biblia, Antiguo Testamento, Acento editorial;Madrid 2003, página 88.

Leer también: Abraham y Sara; Antiguo Egipto para turistas y viajeros, que visitar

Mitologia en Menfis Antiguo Egipto rey menes, Namer,Ptah, Atum, Naunet, Horus,Thot

Mitologia en Menfis Antiguo Egipto rey menes, Namer,Ptah, Atum, Naunet, Horus,Thot. Veamos algo de la mitología desarrollada en Menfis Egipto por allá sobre el año 3.000 aC.

De Namer, Nármer o Nimrod, podemos decir que es el primer gran conquistador postdiluviano, fundando la ciudad de las blancas murallas (Inb Hdj o JikuPtáh[5], “monumento conmemorativo del diluvio o Muro de la profecía”, capital dedicada a Path) que luego tomaría el nombre de Memphis, emprendiendo amplios proyectos de irrigación, que junto con el crecimiento de la población denotaba una economía próspera.

Para los sumerios fue llamado Enmerkar (o Balih), el inventor de la escritura. También podría corresponder a Ninurta, el dios de la caza, de la luz y del viento sur; hijo de Enlil y Ninmah. Su devoción particular por el dios Path lo hizo establecerlo como la religión oficial bajo su mandato.

Path se representaba con una figura humana vestida con apretadas ropas de momia de la que sobresalían las manos aferrando un cetro, de cabeza rasurada y barba postiza. Según la mitología local es el creador del mundo el soberano de los dioses, inventor de las técnicas y patrón de los artesanos. Al ser elevado a la cumbre del panteón, absorbió características de los otros dioses, incrementando su poder y eficacia sobrenatural.

Irrumpe bajo su gobierno lo que se dio en llamar “la teología sincrética menfita”, que se fundamenta en la concepción de Ptah como creador del país de Egipto y de sus elementos; está rodeado de ocho dioses (la Enéada) creados a su vez por Ptah para ultimar detalles del mundo y del ordenamiento territorial. Estaba Influida poderosamente por la teología hermopolitana. Los dioses locales se unen en uno solo, que reúne rasgos de todos. Su epicentro fue Menfis.

Ptah (en el bajo Egipto) era el dios supremo y creador, representando su nombre el significado de moldeador o diseñador. «El que crea vida en torno de un alfarero» «El que se unió al sol», dios de la magia y del artesanado que escucha las oraciones individuales.[6]

También tuvo hijos con Tefnet y en tanto que su consorte fue conocida como Neit, la «diosa guerrera» y «tejedora de formas».
Sería el autor de toda la creación por medio del pensamiento consciente y la mágica fuerza de su voz. Dentro de las posibilidades de comparación mitológica hormaría con la descripción de Ea o Enki.
Como dios joven desplaza y subordina a los más viejos (algo natural entre las civilizaciones del medio oriente):

« [Rey del Alto y Bajo Egipto] es este Ptah, que es llamado por el gran nombre: [Ta-te] nen [Sur de su Muro, Señor de la Eternidad] — [el unificador] del Alto y Bajo Egipto es él, este unificador que se alzó como Rey del Alto Egipto y se elevó como Rey del Bajo Egipto. (5) Perdida (6) —‘autocreado’, así dice Atum: ‘quien creó a los Nueve Dioses’.[7]

(48)[8] Los dioses que vinieron a la existencia de Ptah.
(49a) Ptah que está sobre el Gran Trono,… quien creó a los dioses
(50a) Ptah-Nun[9], el padre que [engendró] a Atum.[10]
(51a) Ptah-Naunet, la madre que dio a luz a Atum.
(52a) Ptah el Grande que es el corazón y la lengua de la Enéada.[11]
(49b) Ptah… de quien nacieron los dioses
…(53) Allí tomó forma, en el corazón [de Ptah],[12] y allí vino a la existencia, en la lengua [de Ptah],[13] algo en la forma de Atum, porque Ptah es el Grande que infundió la vida a todos los dioses y a sus kas por medio del corazón en el que Horus tomó forma y por medio de la lengua en la que Thot tomó forma,… (54) Como [una manifestación de Ptah].»[14]

Cuatro dioses (elementos) primigenios: Atum («el completo». Creado a sí mismo, articulando su propio nombre.), Naunet (esposa de Nun), Horus y Thot[15]. Ptah es padre y madre.

Hasta el momento los egipcios nos demuestran como concepción religiosa inicial un politeísmo que tiende, de alguna forma insistente hacia un dios supremo, asimilando los dioses locales, por conveniencias políticas o territoriales. Como en un comienzo su religión fue propia de pueblos cazadores, tendían a adorar a una especie de dios animal(al menos en parte), de tal forma que ese dios les fuera propicio y hubiera gran abundancia del animal que este dios controlaba, y, si estos eran peligrosos se minimizaban los daños.

De ahí que sus dioses llevaran, por ejemplo, cabezas de halcón, chacal, hipopótamos, etc. Al ir evolucionando culturalmente hacia la sedentarización agrícola (O al ser invadidos por hordas semitas que creían en divinidades antropomorfas), sus creencias se sublimaron también; tenían la creencia natural al sol, como dador de calor y de luz, como controlador del ciclo vital de río Nilo (deducible porque las crecidas siempre sucedían en el momento en que el sol alcanzaba una posición determinada entre los demás astros), siendo su nombre más conocido como Re o Ra.

Según parece, este concepto solar influyó en las nociones cíclicas de la vida, la muerte y el renacimiento (las asociaciones mentales podrían ser así: el sol nace por el Este, alcanza su cenit al medio día, la madurez hacia el Oeste y luego se pone, muere, para regresar de nuevo, remozado a la mañana siguiente).
Este cúmulo de comparaciones tenía semejanzas con el periodo de germinación del grano, que al madurar muere pero renace de sus semillas.

Se desarrolla la escritura jeroglífica y se comercia activamente con Oriente; obtenida la unificación egipcia, se da comienzo a la primera dinastía. Esta peculiaridad de identificar y numerar a los miembros de una familia real se le atribuye a Manetón, un historiador egipcio. La palabra deriva de un término griego que significa «tener poder».

Es por año 2.800 cuando se adopta el calendario solar egipcio, bajo la égida de Djer (o Khent)[16]:
El Año se llama renpet, una palabra que deriva del verbo renep, “ser joven, rejuvenecer”; este año se subdividía en las tres grandes fases de las actividades agrícolas (inundación, crecimiento de las plantas y cosecha).

Cada estación comprende cuatro meses de treinta días y cada día del mes es numerado del 1 al 30, para un total de 360 días, a los que se les añadían otros cinco días suplementarios. El comienzo de año lo marcaba la estrella Sirio (Sothis o Spedet) apareciendo en el horizonte justo antes de la salida del sol.

Fue una excelente mejora en la manera de computar los años, pero actualmente asimilamos el año solar con una duración de 365 días y cuarto, quiere decir que cada cuatro años el año solar egipcio llevaba un día de adelanto sobre el año astronómico. Al cabo de 120 años el adelanto era de un mes y solo después de 1.460 años volvían a coincidir los días. Este descubrimiento nos ha permitido ajustar y saber las fechas más exactas para los acontecimientos reseñados.[17]

[5] Es posible que los griegos hicieran derivar de este nombre el de «Aigyptos», y nosotros, de éste, el de «Egipto». Más adelante la ciudad se llamó Menfe, por lo que el lugar llegó a ser conocido por los griegos como «Menfis», nombre que habría de conservar en la historia.
[6] El pueblo lo invocaba, no directamente sino mediando el buey Apis como heraldo y oráculo. El animal escogido debía reunir una serie de características especiales como: debía ser de pelo totalmente negro, con una mancha blanca en la frente, en forma de diamante. O En la espalda, también debía tener una mancha blanca pero con la forma de un buitre con las alas extendidas. O Los pelos de la cola debían terminar separados en dos direcciones. El ritual de su culto incluía que no podían haber dos Apis al mismo tiempo; entre la muerte de uno y la consagración del otro debían pasar 60 días, porque, un Apis tan solo nacía la morir el anterior.

[7] A la Enéada. Como se verá, a pesar de que Ptah es dios supremo no se descartan las otras cosmogonías, sino que se integran en su propia creación.
Este número nueve, implica el término de una fase espiritual y la asimilación de experiencias para iniciar un plano superior; cierra el ciclo de los dígitos simples y se contrapone al uno, significando ya no unidad sino universalidad. Solo tiende a dispersarse y a volver a sí mismo, pero unido a algo, en este caso a Ptah, adquiere sentido.

[8] Aquí comienza el relato propiamente de la teología menfita. En esta sección Ptah es declarado dios supremo y todos los dioses no son sino manifestaciones suyas.
[9] Cuantos más nombres y formas se atribuyen a un dios más poderoso e importante es a los ojos de los mortales.
[10] Nueva integración en la cosmogonía menfita de las ideas de Heliópolis. Atum aparece aquí como dios creado por Ptah, frente a la idea de auto-creado de los textos heliopolitanos.
[11] El corazón concibe (representa la voluntad) y la lengua crea por medio de la palabra.

[12] El corazón representaba el conocimiento, la conciencia y era el responsable de los actos.
[13] La lengua era la encargada de llevar a cabo, por medio de la palabra, los deseos del corazón. Entre ambos daban origen a todas las cosas, que no existen si no tienen nombre. El nombre era uno de los elementos primordiales del ser humano, junto con el Ka, el Ba, el cuerpo y la sombra. Ni lo animado ni lo inanimado podía existir si carecía de nombre.
[14] Trascripción de la llamada piedra de Shabako (Estela de chabaka según otros autores), única copia de la teología menfita que se encuentra en el Museo Británico, encontrada en la página Web La Tierra de los Faraones http://www.Egiptología.org/Mitología/Leyendas/creacion_path/

[15] Estaba encargado de vigilar el peso del corazón en el juicio de los muertos. En él hallamos el caos formado por la materia líquida que contiene los gérmenes de las fuentes de la vida, mientras que en el sol (Ra) está el espíritu difuso a través de la materia.
[16] Los sumerios consideraban su año numerando el periodo de tiempo entre dos novilunios (meses de 28 días), completando doce periodos semejantes y una fracción, de tal forma que habían años de doce meses y años de trece meses. (El año litúrgico judío conserva esta manera de medir el tiempo)
[17] Tomado de Ortiz H. Angel E. Fundamentos Culturales del Judaísmo I, páginas 67-71.

Ver también: Cosmología en Heliópolis Egipto; Antiguo Egipto para viajeros y turistas, que visitar

Ediciones 2011-13-15