Predecir los terremotos

Predecir los terremotos, no como acto de videncia sino empleando la más moderna tecnología, debería ser posible. Lo que los hace tan devastadores es su accionar imprevisto, cuando pocos están o estamos preparados.

El 6 de febrero 2013 tembló muy fuerte en las Islas Salomón (magnitud 8.0); el 9 del mes hubo un terremoto de magnitud 7 en Colombia. Ambos tiene en común que ocurrieron en zonas de subducción (cuando dos placas tectónicas chocan entre sí y una se sumerge bajo la otra).

La idea que ronda la cabeza de los geólogos y sismólogos en general consiste en creer que luego de cada temblor se libera toda la energía acumulada (el estrés tectónico si se quiere) a lo largo de las fallas en un momento dado. Es como si fueran, en este modelo, las placas, unos objetos de goma que crean tensión y luego rebotan en sentido contrario liberando toda la energía acumulada.

Derivaciones del modelo sugieren que entre más tiempo pase desde el último terremoto en una determinada falla, más fuerte será el sismo siguiente en la misma placa. ¿Y si luego de un temblor quedará un remanente acumulado de energía acumulándose con otros picos resultantes de terremotos anteriores? ¿Y si de pronto le diera el capricho a la naturaleza de soltar de una buena vez por toda tanta efervescencia, dando como resultado lo más cercano a un super-terremoto? Este tipo de planteamientos teóricos sugieren que tal vez hayan ciclos de años y superciclos entre cada episodio sísmico. Por ejemplo, por estos días en los círculos de los expertos se dice que la zona de subducción de Cascadia (desde el norte de California hasta la Columbia Británica) dentro de un superciclo, lo que la haría eventualmente candidata a que en dicho territorio ocurriera un terremoto muy grande y fuerte en los próximos años.

Leer también: origen de la tierra y el hombre

Ediciones 2013-18

Terremoto de Avezzano 1915

El terremoto de Avezzano sucedió el 13 de enero de 1915;también es llamado el terremoto de L’Aquila o terremoto de Marsi (della Marsica).

Se dice que afectó toda la zona de la Marsi, en Abruzzo y al sur de Lazio. El epicentro fue en Fucino, siendo uno de los sismos más catastróficos sucedidos en territorio italiano, con más de 30.000 víctimas, de un total de 120.000 que vivían en la zona del desastre. Ocurrió a las 7:48 de la mañana y llegó al undécimo grado de la escala de Mercalli (aproximadamente 8.1 en la escala de Richter), sintiéndose el sismo desde el Valle del Po y hasta Basillicata. Quedaron grietas en el suelo, volcanes de lodo, deslizamientos de tierra, cambios en la topografía y cambios fisico-químicos del agua. Terminaría a las 7:53.

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Que son las Fumarolas

Trataremos de precisar que son fumarolas y cuáles sus variantes.
Cuando el magma logra acercarse a la superficie, son los gases los primeros en anunciar la inminente erupción. Si se acumularon a grandes presiones dentro de una cámara sellada, puede ocurrir una explosión violenta, no obstante lo más común es el surgimiento de fumarolas y solfataras.
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Las fumarolas con grandes columnas de humo y vapor blanco compuestas principalmente de agua y gas carbónico. Dichas fumarolas provienen del calentamiento de las aguas subterráneas por el magma. Esta clase de eventos como las fumarolas y las aguas subterráneas están asociadas a las aguas termales ya los géiseres.
Las solfataras[1] son fumarolas que contienen principalmente dióxido de azufre que brota y se esparce por extensas zonas en las que no habrá vida vegetal pareciendo paisajes primigenios o extraterrestre si se quiere. A la salida de las solfataras suelen formarse cristales de azufre.
Otra variante de las fumarolas son aquellas columnas de humo ricas en dióxido de carbono y que son llamadas mofettes[2][3]

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Véase también:  Volcán nevado del Tolima, Volcán nevado del Ruiz
[1] El término solfatara viene del italiano y significa Lugar de azufre.
[2] Mofette o moffette, viene del francés y significa humos nocivos. Tienen una temperatura muy por debajo del punto de ebullición del agua, aunque por encima de la temperatura del aire circundante, y que en general es rica en dióxido de carbono y tal vez metano y otros hidrocarburos.
[3] Bibliografia consultada:
STEVEZ BIANCHI TOMAS, CEBALLOS LIEVANO JORGE LUIS Y GOMEZ DURAN CAMILO. VOLCANES EN COLOMBIA. I/M editores, Santiago de Cali 1997.
Fumarole, solfatara, mofette. (2008). Encyclopædia Britannica. Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopædia Britannica.