Via Láctea

La vía láctea es nuestra galaxia; saber un poco sobre ella nos ayudará a entender mejor nuestro mundo.
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Vimos en el Big Bang el posible origen de nuestro universo. Ahora pretendemos seguir el recorrido deductivo, pasando de lo general a lo particular, luego nos correspondería saber detalles del proceso formativo de la vía láctea.
Empecemos diciendo que Vía láctea significa “camino de leche”.
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Asumimos que su proceso formativo empezó hace unos 6.000 millones de años y se formó posiblemente porque había una concentración local de materia superior al promedio, entonces la fuerza de gravedad permitió concentrar mayor cantidad de materia. Normalmente en el centro[1] de dicha atracción (en este caso en dirección a Sagitario) se formaría una estrella y alrededor de esta los demás cuerpos celestes.
Los estudiosos afirman que nuestra galaxia, la vía láctea, contiene unos 400.000 millones de estrellas, siendo de tamaño intermedio dentro de las galaxias conocidas. Su forma es espiral y nuestro sistema solar esta situado en la parte externa de uno de los brazos espirales, distando aproximadamente 30.000 años luz del centro de la galaxia. Afirman los astrónomos, que vista desde el exterior, la vía Láctea aparece como un gran disco (tal vez mejor, como un gran lente) de 100.000 años luz de diámetro, más denso en el centro[2] que hacia los bordes. Tiene un movimiento de rotación, con una velocidad angular que nos permiten a quienes vivimos en el sistema solar, tardemos de 225-250 millones de años en dar un circuito completo[3] (por dar una idea más clara, imaginemos que cuando comenzaban a aparecer los primeros dinosaurios, estábamos aproximadamente en esta misma posición relativa que tenemos hoy).[4]
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[1] El centro de la Galaxia (que encierra la mayor parte de la masa de ésta) resultó tener una masa 100 mil millones de veces mayor que nuestro Sol.
[2] Su espesor puede llegar fácilmente a 2.000 años luz. Este centro parece estar cubierto por enormes nubes de polvo y gas que no nos permitirían ver el centro de nuestra galaxia más brillante que sus bordes como hacemos actualmente.
[3] Una velocidad cercana a los 225 km/seg
[4] Bibliografía consultada: Asimov Isaac. Introducción a la ciencia, primera parte: ciencias físicas. Plaza y Janés S.A. 1973.
VELEZ ANTONIO. Del Big Bang al Homo sapiens. Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, 1998.

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