Maria Antonieta de Austria-historia-biografia

María Antonieta Juana de Lorena de Austria[1] nació el 2 de noviembre de 1755 en el palacio imperial de Viena. Era hija del Emperador Francisco de Lorena y María Teresa de Austria, quienes tuvieron diez y seis hijos.
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Fue Bautizada como Maria Antonia Josepha Johanna el 3 de noviembre de 1755 siendo sus padrinos el rey la reina de Portugal. Siguiendo la costumbre de la época, fue entregada a una nodriza, por tanto su educación formal estos primeros años no fue muy acertada si se tiene en cuenta, además, que recibía más atenciones y tiempo de su padre, no así de su madre la Emperatriz[2].
No obstante la niña era inteligente, aunque algo distraída; no era pues anormal que no le gustara estudiar y debido a sus dotes, embaucara con facilidad a sus tutores fácilmente.
A los 13 años, como consecuencia de lo anterior, la jovencita María Antonieta no sabía escribir correctamente ni alemán ni francés y no tenía suficientes conocimientos de historia ni de cultura general, no los que uno esperaría de una archiduquesa y potencialmente reina de Francia. Sucedió entonces que su futuro suegro tomó cartas en el asunto; el rey de Francia comisiona entonces al abad de Vermond (doctor de la Soborna y bibliotecario del Colegio de las cuatro Naciones) para que le enseñe a hablar y a escribir el francés, la historia francesa, el conocimiento de las grandes familias así como de algunas nociones de literatura. El limitante para el abad era el tiempo. Tan solo podía dedicarle un ahora al día para dar sus lecciones a María Antonieta; hubo de buscarse espacio y tiempo en las noches junto a la familia imperial para conversar sobre los príncipes europeos y sus respectivas cortes. Pero su tutor cuidó además que María Antonieta aprendiera los usos y costumbres franceses, la moda y hasta el maquillaje en boga allí.
Desde 1761 y hasta 1766 tuvieron lugar las negociaciones para unir en matrimonio a María Antonieta y a Luis Augusto (futuro Luis XVI); dichas conversaciones llegaron a buen término gracias al ministro de Luis XV, el duque de Choiseul y a Kaunitz, asesor de María Teresa. Estas conversaciones de boda buscaba aliar a las dos dinastías reinantes en Europa, Los Habsburgo y Los Borbón.

En catalán: Maria Antonieta d’Àustria.
En inglés, alemán y en danés: Marie Antoinette.
En francés : Marie-Antoinette d’Autriche.
En italiano: Maria Antonietta d’Asburgo-Lorena.

Boda de Maria Antonieta
En 1769 Luis XV solicita formalmente la mano de Maria Antonieta para su nieto Luis Augusto, mediante carta, proponiendo además la boda para la Pascua del año siguiente.
Empiezan los preparativos. El embajador Durfot llega a Viena a pedir la mano de la princesa (una niña de 14 años), iniciando una cantidad de celebraciones y rituales: renuncia de Maria Antonieta a sus derechos austriacos, recepciones, bailes y claro, el matrimonio per procurationem o por poderes (¡qué romántico!) en la iglesia de San Agustín, en el que el archiduque Fernando representaba al delfín. Luego vendría la entrega de la joven, justo entre las fronteras nacionales de Francia y Alemania, en una isla pequeña en medio del río Rin. La etiqueta dictaba que Maria Antonieta debía deshacerse de toda atadura a la casa de Austria; luego la delegación francesa la viste con ropas y modas francesas (camisa de seda francesa, enaguas de París, medias de Lyon, zapatos del zapatero de la corte, encajes y lazos): entraba como archiduquesa al sitio de la ceremonia y salía como la delfina.
La caravana nupcial atravesó Estrasburgo y luego tomó rumbo a Versalles; conoce a su esposo en el bosque de Compiègne, quien le dio un apasionado beso…en la mejilla y durmieron separados, cada quien en su habitación particular. Tanto le impacto a Luis Augusto conocer a su esposa que delirante de emoción escribió ese día en su diario, este largo párrafo: « Entrevue avec Madame la Dauphine».
La segunda ceremonia nupcial se celebraría el 16 de mayo, en la capilla de Luis XIV. A la boda de Maria Antonieta solo asisten seis mil nobles…como espectadores, en las tribunas. Invitados en propiedad solo hay 22 de la familia real. Para el evento la orquesta se compone de 180 miembros. El arzobispo de Reims actúa en la ceremonia. Bendice las trece monedas de oro y el anillo nupcial; el delfín le pone el anillo a María Antonieta en el dedo anular, le entrega las monedas de oro, y después ambos se arrodillan para recibir la bendición.
El mismo rey conduce a la joven pareja hasta la alcoba y le entrega su camisón de dormir a Luis Augusto, en tanto la duquesa de Chartres hizo lo mismo con Maria Antonieta. El arzobispo de Reims bendice e hisopea con agua bendita el tálamo nupcial….y ahora, por fin juntos y solos, Maria Antonieta y su esposo…
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Noche de bodas de Maria Antonieta.
La noche de bodas de Maria Antonieta…vaya, uno se deleitaría imaginando una señorita de 14 años, blanca y esbelta , rubia y bonita, ojos azules… con un cuerpo formándose mujer…por favor…algo que muy pocos hombres despreciarían…Pero el inexperto, joven y estresado delfín de 17 años se durmió enseguida, al igual que Maria Antonieta. El matrimonio no se habría de consumar esa noche (ni en las próximas 2.500 noches): ¿inexperiencia? ¿Timidez? Las cartas de Maria Antonieta a su madre, evidencian que ella esperaba… ¡Todo! esa noche de bodas. Recibe como consejo que le tenga paciencia, que lo colme de mimos. Llegado el segundo año…y nada…aún María Teresa perdía la fe en sus consejos y en la varonía de su yerno. (Se dice que Maria Antonieta tenía sus periodos menstruales regularmente, estaba alentada…en fin tenía todos los elementos para no solo ser tomada sexualmente sino para quedar encinta).
Luis Augusto le echa la culpa a algún hechizo; en su cabeza no cabe que sea impotente frente a semejante mujer. Se acude al médico real quien culpa de la negligencia sexual de Luis Augusto a una fimosis : «Quién dice que el frenillo sujeta tanto el prepucio, que no cede a la introducción y causa un dolor vivo en él, por el cual se retrae S. M. del impulso que conviene. Quién supone que dicho prepucio está tan cerrado que no puede explayarse para la dilatación de la punta o cabeza de la parte, en virtud de lo cual no llega la erección al punto de elasticidad necesaria.» Se recomienda una intervención quirúrgica. El delfín llega a ser rey, el famoso Luis XVI; pero no toma decisiones de fondo respecto a la necesidad de consumar su matrimonio. Las cortes murmuran, de la hombría del rey y de la humillación de Maria Antonieta…A Luis Augusto…no se le para… (Luego cualquier hombre galante con la reina… ¡podía ser su amante!)
Era un asunto de Estado. Había que engendrar un Borbón que perpetuara la dinastía. Así a los hermanos del rey les convinieran estos fracasos en la intimidad de Luis XVI, dándoles alguna esperanza de ocupar el solio real. Solo hasta cuando Maria Antonieta tenía 22 quedó encinta (de una hija, Marie-Thérèse Charlotte, la primera de cuatro hijos; Louis Joseph sería el nombre del segundo; Sophie Hélène Béatrice sería la tercera pero moriría muy joven y Lous Charles el nombre del otro hijo). Uno de los hermanos del rey, el Conde de Provenza, jamás perdonará que ella quede en embarazo.

Stefan Zweig ve en la debilidad viril de Luis XVI, una muestra del carácter torpe e indeciso, falto de delicadeza, poco sociable y servil frente a su mujer (para tratar de compensar su ineficacia en el lecho). En el caso de Maria Antonieta, este entregarse y no ser correspondida le despertó un alto grado de sobreexcitación y falta de dominio, de vitalidad…de insatisfacción sexual y general, que la envía en busca de diversiones: óperas, salas de juego.

Era todo lo que originalmente quería contar respecto a María Antonieta. Pero como un resumen sumario de sus posteriores actos les dejo estas otras líneas. 21 de septiembre de 1792 fue encarcelada la familia real, con Luis XVI a la cabeza. Meses después de la ejecución de su esposo le correspondería el turno a Maria Antonieta de morir, esta vez en la guillotina, el 16 de octubre de 1793 (falleció a los 37 años, siendo acusada de traición.»L’Autre-chienne» o «l’Autrichienne» le llamaba el pueblo francés acusándola de libertina y de sentir preferencias por Austria frente a la lealtad que debería sentir por Francia.

Ver también: JEAN JACQUES ROUSSEAU, revolución francesa
[1] Más conocida como María Antonieta de Austria.
[2] Lastimosamente su padre falleció en 1765, cuando María Antonieta solo contaba con 9-10 años.
Bibliografia consultada:
Muñoz Francisca. María Antonieta. Serie Mujeres en la historia. Editorial EDIMAT, ISBN 84-9764-753-X.

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Napoleon preso

Vimos, en el capítulo anterior a Napoleón en Tolón ascendiendo vertiginosamente; pero ahora aquí lo veremos, injustamente, preso.

Napoleón, gracias a su ascenso y mejora en sus ingresos, cambió de domicilio y se pasó a un sector más agradable, tomó criados a su servicio. Pero su odisea continuaba. Por una indelicadeza en el planteamiento de reconstruir las fortalezas y los emplazamientos de los cañones en Marsella sufre arresto domiciliario hasta cuando demuestra que no había mala voluntad en ello.
En el verano de 1794, gracias a su amistad con uno de los hermanos de Robespierre fue asignado para valorar la capacidad defensiva de la ciudad de Génova, labor que cumplió con altura. Pero como el régimen del terror se llevó entre sus fauces a los hermanos Robespierre que también fueron guillotinados, se asumió que todos los amigos de ellos eran contraproducentes para la República. Napoleón es encarcelado en el fuerte Carré, en las proximidades de Niza[1]. Sus papeles han sido confiscados. Su acusador, Saliceti, el diputado corso. A Napoleón sus amigos le sugieren fugarse. El espeta convencido: “Los hombres podrán ser injustos conmigo, pero a mí me basta con ser inocente. Mi conciencia es el tribunal ante el cual hago comparecer a mi conducta. Y cuando la interrogo, esta conciencia permanece tranquila…” Además fugarse equivaldría a confesarse culpable. Para el 20 de agosto, ya habiendo pasado el pánico inicial, su mismo acusador, sintiendo que su cuello no corría peligro alguno, empeña su palabra respecto a la inocencia de Bonaparte. “Además, el ejército lo necesita” según cierra su declaración. [2]
Ver también: Destierro Buonaparte , revolución francesa
[1] Desde el 10 de agosto se hallaba en arresto domiciliario. Las autoridades se cuestionaban sobre qué estaba haciendo un general en Genova, un país extranjero…y bueno, siendo amigo de los traidores…todo se podía esperar…y si fuera de eso portaba todavía un apellido italiano (Buonaparte, que vendría a traducir algo así como buen partido, refiriéndose al periodo de sus mayores que apoyaban al Emperador de Italia contra las pretensiones papales) a sabiendas de la guerra entre Francia y ese país…la cosa se pone delicada.
[2] Ludwing Emil. Napoleón. Editorial Juventud, S.A., Barcelona, 1929.
Cardona Castro Francisco Luis (director de la obra). Napoleón. Colección grandes biografías. Edimat Libros. ISBN: 84-8403-871-8.
Cronin Vincent. Napoleón Bonaparte, una biografía íntima. Ediciones B, S.A., 2003 para el sello Javier Vergara Editor Bailen, 84 – 08009 Barcelona (España).


Angel Eulises Ortiz

pcweb.info

Napoleon y Tolon-historia-biografia

Dejemos el destierro Buoaparte y sigamos a Napoleón hasta Francia.

Napoleón y sus familiares llegaron el 14 de junio de 1793 a Tolón. Francia tenía ya un nuevo gobierno, el Comité de Salud Pública, con doce abogados como miembros representativos del pueblo, uno de los cuales era Maximiliano Robespierre, un “teórico libresco y puritano, que creía que los hombres son naturalmente morales y buenos”. Todos estos sujetos tenían en común su fe en el republicanismo, todo lo demás era deplorable y debía desaparecer. Este comité de salut[1] Publique en noviembre de 1793 suprimiría el calendario cristiano, con sus domingos y días festivos, en favor de la décade, un período de diez días, y los meses fueron designados con los nombres de las estaciones. La República, no la Encarnación, fue el punto de referencia, y el 22 de septiembre de 1792 del antiguo calendario fue considerado el comienzo del año I. Mejor dicho, descristianizaron el calendario, cambiaron los doce meses habituales por diez nada más. Cargaban bronca contra los girondinos y moderados, contra todo lo que oliera a nobleza o monarquía, originando el llamado régimen del terror. Pero no todos estaban de acuerdo con el orden de cosas impuesto; para la muestra un botón: Lyon y tolón se rebelaron junto a varios departamentos, en total diez, contra el radicalismo implantado así como contra la carestía reinante. Luego el régimen tenía guerra, contra cinco países en el frente exterior y contra provincias rebeldes al interior. Vaya panorama tan halagüeño.
Napoleón se instaló junto a su familia en Marsella, en el cuarto piso de una casa confiscada por el Estado a un aristócrata que ha sido guillotinado. Lo único que tiene a su favor la familia Buonaparte es que se les considera “patriotas perseguidos” y esto hace que la comandancia de la plaza les suministre parte de su manutención.
Napoleón es asignado con su regimiento a Pontet, cerca de Aviñón, para servir a las órdenes del general Carteaux[2]. Los choques contra los civiles le disgustaron hondamente y pidió ser trasladado al ejército del Rhin.
Deseaba luchar contra los enemigos de Francia, no contra los franceses, y antes de que terminase el mes se le ofreció la oportunidad, aunque no del modo que él había previsto. Los 28.000 habitantes de Tolón durante un tiempo habían alzado el estandarte de la rebelión contra el gobierno. Cuando Aviñón y Marsella cayeron, llegaron a la conclusión de que la única esperanza de Francia estaba en un rey Borbón y en sus aliados. El 27 de agosto de 1793 enarbolaron una bandera blanca adornada con flores de lis, proclamaron rey al niño Luís XVII y afirmaron que «el año 1793 era el primer año de la regeneración de la monarquía francesa». Al día siguiente abrieron el puerto a las naves inglesas y españolas, y las puertas de la ciudad a las tropas inglesas, españolas e italianas. Unos días más tarde Napoleón estaba encargado de sofocar a los rebeldes de Tolón[3]; en un enfrentamiento de dos horas el segundo de los Bonaparte pudo desplegar su astucia y tomar el fortín de la ciudad, ganándose no solo una herida encima de la rodilla[4] sino el grado de brigadier general[5] (22 de diciembre)[6], con una paga de quince mil libras anuales. Napoleón puso en fuga a los ingleses (18.000 para no exagerar) para algazara general de los franceses. Su jefe inmediato, Jacques Coquille Dugommier, en un informe a sus superiores dice del corso ilustre: “Pues, si se fuera ingrato con él, ascendería por sí solo”.[7]

Ver también: Nacimiento de Napoleón
[1] Término que implica salud, seguridad, pero también salvación.
[2] Que había sido pintor en la corte muchos años y su generalato lo había obtenido a sus 42 años.
[3] Aplicando sus conocimientos de artillería y uso adecuado de cañones y emplazamientos. Como decía Napoleón, hay que dividirse para vivir, y hay que concentrarse para combatir
[4] La herida recibida es de lanza o de lo que llamaban media pica. También en el fragor del combate pierde de un disparo su caballo. Estaba tranquilo, su teoría era: «Si ha llegado la hora, carece de sentido preocuparse.».
[5] O a general de brigada, como se prefiera.
[6] El 19 de octubre había sido ascendido de Capitán a Mayor, pero nuestro corso quería más.
[7] Ludwing Emil. Napoleón. Editorial Juventud, S.A., Barcelona, 1929.
Cardona Castro Francisco Luis (director de la obra). Napoleón. Colección grandes biografías. Edimat Libros. ISBN: 84-8403-871-8.
Cronin Vincent. Napoleón Bonaparte, una biografía íntima. Ediciones B, S.A., 2003 para el sello Javier Vergara Editor Bailen, 84 – 08009 Barcelona (España).


Angel Eulises Ortiz

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