Filosofia medieval

Hablemos ahora de la filosofía medieval, un periodo que corresponde en la historia de la filosofía, desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V hasta el renacimiento en el siglo XVI. Aunque a nivel ideológico pudo empezar en el siglo II.

La filosofía de la edad media, como proyecto de investigación filosófica, empezó en Bagdad en el siglo VIII y en Francia, terminando ese siglo, con la corte itinerante de Carlo Magno. Se define en parte, por el proceso de re descubrir la antigua cultura desarrollada por griegos y romanos en la época clásica, y en parte por la necesidad de abordar los problemas teológicos y de integrar la doctrina sagrada con el aprendizaje secular.

La historia de la filosofía medieval se divide generalmente en dos grandes periodos de estudio:

  1. Hasta el siglo XII, cuando las obras de Aristóteles y Platón fueron preservadas y cultivadas.
  2. La edad dorada, desde los siglos XII hasta el XIV, que en el occidente latino fue testigo de la recuperación de la filosofía antigua, sumada a los comentaristas árabes y a importantes contribuciones en el plano de la filosofía de la religión, la lógica y la metafísica.

La época medieval fue tratada con desprecio por los pensadores del renacimiento que lo veían como un periodo de barbarie intelectual intermedia. En la actualidad se considera que sí hubo desarrollo filosófico aunque muy marcado por el pensamiento cristiano.

Los problemas tratados a lo largo del periodo, cobijan temas como la relación de la fe y la razón, la existencia y la simplicidad de Dios, el propósito de la teología y la metafísica, los problemas del conocimiento, de los universales y de la individuación.

Historia

Filosofía cristiana medieval temprana

Los límites de la temprana edad media es cuestión de controversia entre los estudiosos. De todas formas podemos afirmar que con San Agustín (354-430) empezaría formalmente esta fase de la filosofía.

El pensamiento cristiano primitivo, en particular el periodo de la patrística es relativamente intuitivo y místico, menos dependiente de la razón y de la argumentación lógica, ponía más énfasis en las ideas de Platón que en las de Aristóteles. Buscando una comprensión más racional de los evangelios, recurren a los esquemas y términos filosóficos. Así pues, hablan del logos, del nous

Como ya hablamos en otro apartado sobre Agustín de Hipona, quien fuera uno de los ejes filosóficos fuertes,es preciso mencionar a Boecio (480- c 525), cuyo nombre completo era Anicio Manlio Severino Boecio, un filósofo cristiano nacido en Roma, en el seno de una familia influyente. Tradujo muchas obras de Aristóteles, sobre todos de lógica.Fue importante para el desarrollo de la filosofía por esta actividad y por los comentarios a las obras de dicho autor.

Pero la primera gran sacudida de la filosofía medieval, vendría de la mano de decisiones políticas de Carlo Magno por traer estudiosos de Inglaterra e Irlanda a su corte. Es aquí cuando el aporte de Juan Escoto de Eriúgena es vital.

Alta Edad media

Desde el siglo XI hasta mediados del siglo XIV, se conoce como el periodo de la Escolástica. Se impone una filosofía eminentemente teológica, en virtud del dominio de la Iglesia sobre la vida del hombre, cuya vida solo era un tránsito hacia su devenir sobrenatural. La fe es la base de la filosofía, siendo la metafísica la doctrina del ser de Dios, quien sería la causa primera que actúa a través de las causas segundas.

Algunos de sus más dignos representantes fueron:
Anselmo de Canterbury (1033-1109), famoso por ser el creador el argumento ontológico sobre la existencia de Dios; su estilo no estaba tan cargado de tecnicismo como otros autores del mismo periodo pese a manejar un estilo argumentativo. También escribiría sobre la importancia de la dialéctica en la filosofía y la teología.

Duns Escoto

Pedro Abelardo

A lo largo de este periodo inicial, nos encontramos con

 Santo Tomás de Aquino

Guillermo de Ockham  

Y muchos otros. Es claro el protagonismo cobrado por los pensadores árabes como Avicena , Al-FarabiIbn Tufali y Averroes, por ejemplo.

Se critica de muchos pensadores medievales, que para poder exponer sus doctrinas, muchas veces tuvieron que re-interpretar a pensadores paganos y cristianos para presentar su ideas en un contexto de autoridad; muchas de sus citas están por fuera de contexto (costumbre heredada de los textos sagrados).

Algunos problemas teológicos abordados: el problema del mal, el problema de la compatibilidad de los atributos divinos,el problema del libre albedrío.

Algunos temas metafísicos destacados para este periodo: problema de los universales,el hiloformismo, la existencia y la causalidad, explicarnos como individuos.

Otros temas: la iluminación divina, teorías de la demostración, representaciones mentales, etc.

Fronteras geográficas y filosóficas

Quienes hablan de Edad media generalemente tienen en mente al Occidente latino, el área, en términos generales del catolicismo romano. Pero resulta que la filosofía medieval fue permeada poderosamente por las ideas del oriente griego, la tradición filosófica judía y musulmana. Visto lo anterior, no pudiera delimitarse entonces a la Europa conocida, sino al Asia Menor y Norte de África aún.

Principales ingredientes 

Hablando como quien prepara una receta de cocina, podemos juntar la filosofía pagana clásica, sobre todo griega y romana, con la religión cristiana; adobar con elementos aromáticos de la tradición judía e islámica; revuelva y cocine a fuego lento durante 1.300 años. Esta receta produce diferentes tipos de sabores y olores, pues, no nos mintamos, la doctrina cristiano no encaja al 100% en los esquemas filosóficos donde se pretende justificar. Solo para mencionar un par de ejemplos: la encarnación y la doctrina de la trinidad.

Tal vez por eso en principio la tradición platónica fue la mejor vista para justificar los postulados cristianos, por aquello de dedicar abundante espacio a hablar del alma y su desarrollo moral, que llevaría al ser humano a reunirse con la divinidad cara a cara (el platonismo sostenía que el alma era capaz de existir independientemente del cuerpo más allá de la muerte), muy conveniente para los cristianos que creían en una vida futura. Pero venía un problemita nada despreciable. Y era la resurrección de los muertos en el fin del mundo. El platonismo consideraba la reencarnación aunque, siendo el cuerpo la prisión del alma y, siendo la obligación del filósofo «aprender a morir» para liberarse de las imperfecciones corpóreas, el cristianismo tenía complicado hacer deseable esta reencarnación.Pero tampoco se podía justificar convenientemente por el aristotelismo, pues, siendo muy nebulosas sus ideas al respecto, muchos interpretan que en dicha doctrina filosófica esto se niega de plano, la inmortalidad del alma. Solo por citar algún ejemplo de incompatibilidades estructurales y contradicciones.

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