Preparando mi viaje Ibagué-Bogotá-Madrid, relato y anécdotas

Hola. He estado preparando mi viaje Bogotá Madrid, aunque debiera decir Ibagué Madrid en realidad.
Fui afortunado al ser seleccionado por Google para ir al encuentro de expertos en España este año, la razón nos fue dada en mayo si no me engaña la memoria. Tenía la ilusión de ser convidado pero, para ser honesto, tenía la expectativa o el chisme que iríamos a ciudad de México. Cuando nos dicen, inicialmente en el foro de inglés que el habla hispana estaba asignada al viejo continente, no me lo podía creer.Compartí el dato con varios colegas de habla hispana que no sabían nada y, preferían esperar. Con el paso de los días, el dato fue confirmado, guao, pamplinas, iba a conocer a la que se suele llamar en estos confines, la madre patria… literalmente por todo lo alto (esto hace alusión y contraste a que, como no, debo ir en avión aunque también, a que, digamos que iríamos de placer y no por obligación o necesidad).

Aún recuerdo cuando hace algunos años atrás una novia de quien estuve muy enamorado, se marchó a territorio español, cómo hasta una rifa hice soñando con irme a trabajar allí, así fuera recogiendo fruta o sirviendo mesas (oficios que no desmerecen en lo absoluto pero que no representan lo que estudio y practico a diario en mi oficio como consultor). Decisiones viscerales alejadas del cerebro. Bueno, eso fueron otros tiempos, otros escenarios y afortunadamente ya pasaron.

Por supuesto lo primero que fue preciso hacer fue averiguar detalles respecto a los requisitos de los colombianos para ingresar a España. La visa Schengen, de alguna forma nos favorece pero igual, valdría la pena juntar un mínimo de Euros para justificar los gastos. Por supuesto, Google nos pagaría Hotel, vuelos y comida durante el evento. ¿Pero ir hasta Madrid y no poder andar un poquitico? ¿Quedarnos con ganas de ir al Museo del Prado? ¿De ver por vez primera Cibeles, la puerta de Alcalá y quizás el estadio Santiago Bernabeu así fuera por fuera? No, habría que hacer algo.

Como tenía pasaportes de los mecánicos, debía actualizar dicho documento. Ingresé a la página de la cancillería colombiana (ministerio de relaciones exteriores), registré mis datos y solicité cita presencial en la oficina local para estos trámites.Me la asignaron para el mes de Junio, a finales, es decir casi un mes después. Algunos amigos me dijeron, hombre, aquí en Bogotá o en Cali, madrugas y el mismo día te lo dan. Igual por comodidad, hice el proceso. Quedé cachetón (mejillas gordas) en la foto pero ni modo, las camaritas no hacen milagros, sacan lo que hay detrás del objetivo. Bueno, ya tenía un trámite menos.

De la agencia de viajes comisionada por Google para el evento me pidieron inicialmente la confirmación de mis datos que coincidieran con el pasaporte. Ok, sin problemas. Luego me pidieron las fechas de ida y de vuelta. Me tomé un par de días y luego de consultarlo con la almohada decidí correr 2 días más el vuelo de regreso, pensando por supuesto en hacer el papel de turista en España. A continuación me propusieron unos horarios y vuelos (no había mucho de donde elegir sobre todo porque en ciudades pequeñas no abundan los vuelos) así que acepté sin chistar cambios.Luego nos confirmaron la estadía en un hotel de 4 o 5 estrellas, de nuevo un hotel de la franquicia NH Group.
Llevaba las cosas andando aunque inconclusas.Me faltaban varios detallitos. Por ejemplo, dinero, y alojamiento para los días extra.

Salí varias veces a comprar Euros a las casas de cambio y me pedían un cojonal de dinero, como $400 por encima de la tasa representativa del mercado y solo si compraba más de 500 Euros. Están locos, me dije.En otra ocasión, en varios locales comerciales de estos me dijeron que sencillamente estaban escasos, que no habían. Me la jugué por comprar dólares, un primer ahorro, justo luego del Brexit, cuando tambaleó la moneda común frente al dólar. Por supuesto, teniendo esto en mente los compré.Al siguiente mes otro poco y en el siguiente aún más. Calculé que tendría cómo moverme, tal vez no como rico pero sí con suficiencia para no aguantar hambre o privarme de ir a un par de los sitios mencionados.

Ahora, recuerdo cuando fuí a Buenos Aires y compré pesos argentinos, que por supuesto tenía miedo de los nuevos billetes, temor que fueran a salir falsos, etc etc. Nada de eso sucedió afortunadamente. Ahora, el terror eran los dólares. Me parecían como billetes de monopolio o de Tío rico, esos juegos de mesa donde muchos soñamos alguna vez con tener dinero y manejar un emporio económico. Preferí comprarlos en una Compañía de Financiamiento comercial, por garantía (además los marcan con tinta invisible), aún a riesgo de que su tarifa fuera superior a otros lados. Decía mi abuela, más vale malo conocido que bueno por conocer. Y eso era justo lo que necesitaba, garantías. Claro, como soporte extra, dinero plástico pero solo como plan B (por aquello de comprar en euros y que nos cambian a dólares-y a la tasa más alta posible- mas comisiones…todo resulta más caro)

¿Y el hospedaje para esos días adicionales?
Eva, mi amiga virtual me había ofrecido su casa (operación colchón en el piso, sofa cama o dormir junto al perrito), entonces le solicité averiguar el trámite para que esto fuera posible. Preguntó en una comisaría de policía y que debía pedir cita… se la dieron para septiembre. Como dice la canción, ya para qué. Además dicho permiso costaba unos 100 euros aproximadamente más trámites y tiempo. No sonaba nada halagüeño.
Contacté una amiga de juventud que vive por allá. Aparte de la alegría de oirla después de muchos años, le plantee el asunto y ratificó lo dicho por mi otra conocida.
Le dí muchas vueltas a esto en la cabeza, hasta cuando en el foro privado los muchachos planteaban muchas opciones relativamente económicas para hacerlo, hostales y cosas así.Preferí postergar esta decisión unos días.

De repente, un día, yendo hacia una de las dependencias de un cliente me hablaron de una app, yo le digo la Uber de los alojamientos, airbnb, me registré y empecé a ver muchas cosas interesantes. Por supuesto tenía algo de desconfianza pero como alguien con experiencia previa la había usado, digamos que no me daba tanto susto. Pensando en lo que quería recorrer, reservé y cancelé el servicio. (Bueno aquí surgió algo mas: insistí a mi “combo de trabajo”, a Carlos al cuadrado y a Andrés, que era prioritario solucionar esto y no coincidíamos en tiempo, así que decidí unilateralmente asegurar mi alojamiento).
To be continued.

Ver también: la especialización es crucial para las agencias de viajes; viaje Lima-Buenos aires en avión y con turbulencias; ¿intimidado por las agencias de viajes online?

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