Janucá

La fiesta de los tabernáculos[1], por estos años de los Macabeos caía siempre junto con la festividad de dedicación del templo, Janucá o Hannukah. Tuvo su origen en Números 7:11[2] Y dijo el Señor a Moisés: «Un príncipe un día, un príncipe otro día, ofrecerán sus dones para la dedicación del altar. En 2 de Crónicas 7:5 (Septuaginta) «Y sacrificó el rey Salomón el sacrificio de becerros: veintidós millares; de ganado ciento veinte millares; y dedicó la casa de Dios el rey y todo el pueblo».
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Según Esdras 6:16, Los israelitas – los sacerdotes, los levitas y el resto de los deportados – celebraron con júbilo la dedicación de esta Casa de Dios. Esta festividad fue instituida después de la victoria de los sirios (165 a.C.), recordando la purificación y consagración del templo y la erección de un nuevo altar de los holocaustos. (1 de Macabeos 4:54)[3] (2 de Macabeos 2:20 y 10:6). También llamada fiesta de las luces (Hannukah), porque se re-encendía el candelabro del templo (Hannukah -Menorah, candelabro de ocho brazos)[4]
[1] El judaísmo tardío, años 100-150 antes de la Era cristiana, re-interpretó Levítico 23:40 en el sentido que cada feligrés debía hacer ramilletes (ramos) de palma, sauce y otros árboles frondosos; los ramos se llevaban en la mano derecha y se agitaban en procesión diaria dándole vuelta al altar de sacrificio. (2 de Macabeos 10:6)
[2] Septuaginta.
[3] «Precisamente fue inaugurado el altar, con cánticos, cítaras, liras y címbalos, en el mismo tiempo y el mismo día en que los gentiles la habían profanado». (Biblia de Jerusalén)
[4] El Templo había sido destruido; cuando fue recuperado solo había aceite para un día pero en realidad quedó aceite para iluminar las lámparas durante 8 noches, tiempo en el cual pudieron purificar aceite suficiente. Es el número de días que dura la festividad. La lámpara (Menorah) de Hannukah es llamada también “chanukiyah”.
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