Religion del homo neanderthalensis

¿Cómo fue la religión del homo neanderthalesis? Deducimos de los restos antropológicos en conjunto de esta especie, que creían en el más allá, en la vida después de la muerte, por la forma intencional de enterrar a su muertos, que no solo protegía los cuerpos de los animales carroñeros sino, de cualquier otra alteración.

Habían reflexionado (sí, como suena, pensar no es monopolio del homo sapiens sapiens)) sobre el significado de la vida y de la muerte. Esto no debería aterrarnos, pues el hombre no es la única criatura que se entristece cuando pierde a los suyos. Por ejemplo, los elefantes tratan de hace revivir a u miembro moribundo de su manada, tratando de ponerle de pié. Pero solo el hombre fue capaz de prever este tipo de acontecimientos, con mucha antelación, sabiendo que es inevitable, temiéndole, resistiéndose a aceptar que este suceso sea definitivo y buscando consuelo en la creencia de una vida luego de esto.

Se ha encontrado vestigios de fuego sobre los cuerpos hallados, tal vez para mitigar el frío de la muerte. Así mismo objetos y provisiones para este largo viaje al mundo de ultratumba. Se han hallado así mismo lo que podemos considerar las primera lápidas:un trozo de piedra plana sobre sus hombros y cabezas, posiblemente para protegerle (¿o para impedirle volver a la vida?). Se especula que la posición fetal de muchos de sus cadáveres tuviera como explicación que los ataban así para evitar que volvieran a molestar a los vivos, si bien hay quien opina que en realidad lo hacían para ahorrar trabajo a la hora de abrir las respectivas fosas.

Muchos de esos cuerpos fueron sepultados en dirección este-oeste, tal vez para significar la salida y puesta del sol en términos de la existencia humana.

En otra tumba se encontraron seis pares de cuernos de machos cabríos haciendo un semicírculo  alrededor de la sepultura. ¿Sería estos herramientas para excavar? Aunque nadie colocaría y abandonaría los instrumentos de excavación usando una forma geométrica particular. Pudieran ser también trofeos de caza, orgullo por lo que fue en vida, un cazador ágil que atrapaba estos animales.

Así mismo se habla de tumbas, donde encima del foso se ponía un lecho con ramas de pinos y flores; sobre los cuerpos sus allegados colocaban abundantes, bellas y coloridas flores de distintas especies Pudiera ser asunto de engalanar al difunto; otra posibilidad pudiera ser, que, gracias a sus propiedades medicinales, esas flores pudieran servirle al «finado» para recuperar su salud en el otro mundo.

Estos ritos funerarios representan un deseo de conservación que tenemos los humanos; estos actos exequiales aseveran que algo de nosotros perdurará, en otra parte, con otra forma. Algunos practicaban la excarnación o descarnamiento, que consiste en eliminar la carne y los órganos de los muertos, dejando solo los huesos. Grupos enteros de parientes permanecían unidos aún en la muerte, que parecía ser considerada como un sueño, de acuerdo con las posturas de los cadáveres, acostados como si durmieran.

Pero eso no es todo; sabemos también que sentían y socializaban la compasión por el prójimo, incluyendo por primera vez en nuestra cultura homínida el cuidado de los ancianos y los disminuidos físicos. La mayor parte de sus acciones intentaban de alguna forma dominar el futuro; serían los inventores de la preocupación, ese mal extendido de nuestro tiempo. Al parecer, serían los primeros «seres humanos» que se comportaron como tales.

Se han hallado restos de ancianos con artritis (no podía tomar parte de las cacerías), desdentados (con dificultades para comer), que murieron a una edad avanzada, lo que nos hacen pensar que los homo neanderthalensis les daban de comer e inclusive que ablandaran estos alimentos para ellos (¿masticandolos parcialmente?).

Parece así mismo que practicaban un ritual de caza; era algo muy importante para el grupo que hubiera una caza abundante porque la supervivencia de la banda dependía de esta y, pudiera llegar el caso que fueran heridos sus miembros, que el mal tiempo perjudicara su salida, o que otras fuerzas misteriosas complicaran la labor respectiva.

Se dice que también pudieron haber practicado la caza mágica, una suerte de rituales con alguna significación para conjurar fuerzas incomprendidas. En ese contexto se entiende el culto al oso (Ursus spelaeus, oso de las cavernas, ya extinto, que podía medir hasta 2,7 metros desde el hocico hasta la cola): cráneos de este animal mirando hacia la entrada de la caverna respectiva; otros cráneos de este espécimen en nichos ubicados en las paredes de la cueva. No eran solo trofeos.

De mismo modo, las artes prehistóricas hicieron su aparición con estos seres, sobre todo las figurativas como la pintura, la escultura y el grabado por ejemplo. Esporádicamente se valían de pigmentos naturales para ir de cacería a o a una batalla, quizás para atemorizar a sus rivales o incrementar sus posibilidades de éxito. Pudieron haber usado plumas y conchas como joyas

Serían los primeros en dejar registro antropológico del totemismo o culto a los animales, como se estipuló más arriba.

Ver también: religión en el paleolítico; mesolítico y neolítico, religión

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