Las ventajas de pensar negativamente

Cierta vez, salía del Sena y caminaba con dos compañeros los cuales conocía del colegio: una muchacha muy extrovertida, un tanto excéntrica, y por otro lado un muchacho que parecía ser un poco más tranquilo, sin embargo, no estaba muy lejos de tener ese tipo de habilidades sociales que en algún momento de la vida cualquier persona como yo, habrá querido tener.

En todo caso ahí estábamos, haciéndonos compañía mientras caminábamos esperando que pasara rápido la buseta. No había un solo tema que tuviéramos en común, exceptuando que habíamos estudiado en el mismo colegio, que teníamos que esperar la misma buseta y que ahora estudiábamos en el Sena. Y cualquier persona que me conozca sabrá que esos no son temas suficientes para que yo quiera estar con todos mis sentidos allí (más allá de la necesidad social). Así que mi participación fue apenas notable, y el muchacho, (cuyo nombre clave será: “Arturito” a partir de ahora), me dice:

-Daniela, ¿usted por qué siempre es tan callada?… Uno tiene que hablar y decir cosas. (Su fuerte no eran los sinónimos, claro).

Entonces, muy acostumbrada a la misma pregunta… No tuve tiempo de idear una brillante respuesta, porque sentí que debía decir algo (lo más obvio aquí es que me deje provocar). Pero, por acción divina quizá, respondí:

-¿Por qué siempre hay que hablar? todo el mundo tiene que ser así.

Lo sé, lo sé. No es la respuesta impresionante o la frase de película. Puede sonar mucho a cliché, y no tengo justificación para ciertas expectativas que cualquiera pueda tener de mi.

¡Pero!

Aquí viene lo interesante, Arturito se quedó callado… Por mi parte, sentí una paz interior, un equilibrio con la vida… sentí que por fin me podía anotar un punto (así no estuviera orgullosa de mi respuesta). Sí, me gusta dejar a las personas calladas, aunque sean solo 2% de casos de éxito. Lo que importa aquí es que se sintió bien ser Daniela, se sintió bien aceptar que no siempre uno es lo que todos esperan, ni la mitad de ello. Y quizá decirlo en voz alta también es liberador, aunque para ser honesta, no me importa expresar esta sensación infantil. Estaba muy bien siendo yo en ese momento.

Ahora bien, después de esta larga introducción y de mis problemas para resumir, llegó el momento: “Justificación”.

¿Por qué sumergirse en su propia miseria tiene un lado bueno? O ¿por qué pensar negativamente tiene sus ventajas? O ¿por qué ser un ser despreciable lo va a ayudar a sentirme mejor consigo mismo?

En primer lugar, quiero aclarar que Arturito no es una mala persona, solo es él. Y a su modo hace lo que quiera con su vida, y elige ser quien quiera cada día. Y la otra chica, (que no recibió ni nombre clave) solo la nombré como para construir el contexto. Y es que si dejáramos de pensar todo el tiempo en Bullying, dejaríamos de cultivar la habilidad de victimizarnos.

1. Nadie nunca será lo que uno espera.

2. Hay que aceptar que TODOS criticamos casi al ritmo en que respiramos.

3. TODOS somos la “gente mala” de otros.

4. Y por último y no menos importante, he llegado a pensar que estamos todos condenados a imitarnos, y en el proceso a despotricar unos de otros por igual.

Luego de aclarar lo que nunca quedará resuelto, puedo continuar.

Lo siguiente son mis opiniones, situaciones que me suceden a diario, cosas que me funcionan a mí (de algún modo inexplicable) y que no tienen por qué ser generalizadas para nadie. Si no aplica para usted, tal vez sea que este no es un post de psicología, ni de estudios realizados a una porción de la población para recordarles que no son muy especiales.

¿Por qué soy un fracasado miserable?

Reflexionar. Ser conscientes de uno mismo, creo yo, es todo un arte. Una disciplina diaria de sentarse a pensar que rayos estamos haciendo cada día, y que rayos sentimos con lo que hacemos, y porque rayos lo hacemos. (Buenas explicaciones desde 1997). Por mi parte, puedo decir, que tengo 2 pensamientos positivos frente a 6 negativos de mi persona. No es el mejor consejo del mundo, pero me ayuda a decirme las cosas en la cara, a afrontar que me equivoco, y aquí viene lo más importante: Buscar la solución, nunca eliminar algo de mi personalidad, sino transformarlo. (Sin embargo, soy alguien de extremos así que sigo en el proceso de no ser tan cruel conmigo misma).

Puede que nadie valore la sinceridad, pero usted debería

La sinceridad. Quizá cabía en el punto anterior, pero estos renglones no se llenan solos. De nada sirve meditar de la existencia si no hay total franqueza para reconocer que en ocasiones somos seres repulsivos. Los seres humanos damos asco y eso no es ningún secreto, porque simplemente envidiamos que alguien con las mismas capacidades sea mejor en algo que nosotros. Porque el fin justifica los medios. Porque somos corruptos en las cosas mínimas. Porque somos inestables, somos seres de momentos que reaccionan por impresionar… por ese que dirán. Porque nos encanta ser vistos pero nunca observados. Porque en el fondo algunos que tienen esa sinceridad que poco conviene saben que ciertas noches uno se siente asqueado de si mismo.

Desconfíe de todos

La prevención. Algunos sabrán que a veces soy desconfiada, y que siento en ocasiones que todos se quieren aprovechar, y de vez en cuando creo que muchos solo me dicen lo que quiero escuchar, y otras cosas más, porque yo vivo para estar prevenida con las personas y con las cosas. Es una especie de intranquilidad cuando algo va muy bien, porque nada nunca funciona tan bien. Es estar preocupantemente feliz, y tener muy cerca siempre el botón de autodestrucción. ¿Y eso para qué le sirve a alguien? (aparte de la sensual paranoia) porque uno puede estar preparado, es fácil visualizar la derrota y empezar a planear el siguiente golpe. Además, es ideal para quienes no improvisan bien.

No sea tan desgraciado

Ser condescendientes. Deje en paz a su prójimo. No por conveniencia, no por lastima, que no hayan motivos para tener consciencia social. Cuando uno es el que esta incomodo donde quiera que vaya y es el que muy pocas veces sabe que decir, tiene que comprender más fácil que cada quien vive como puede, y a su manera supera, avanza o se estanca. Sea condescendiente como alguna vez deseo que alguien lo fuera con usted, condescendiente con el que no puede y con aquellos considerados causas perdidas.

Y se acabó el momento sentimental.

En últimas todo esto esta patéticamente disfrazado de optimismo. Buscar ventajas de ser negativos es otra forma de ser positivo. Yo les vendí mi idea como pude, con estas habilidades que funcionan por gracia de Dios. Tal vez tanta basura intelectual provoca agotamiento, tal vez uno solo debe llegar a sus propias conclusiones probando un poco de negatividad y optimismo cada día, y no olvidar apreciar lo que sea que resulte del ensayo y error.

Así que adiós, Daniela fuera. Gracias por llegar hasta el final de esta extensa justificación de mis miserias. ¡Y no se olviden de pensar negativamente, al final queda gustando!.

Al-Borde

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