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Maria Magdalena historia, biografía, vida, evangelio, biblia, amante-esposa. Sobre María Magdalena o María de Madgala se han dicho muchas cosas. Con los pocos elementos históricos de los que disponemos, vamos a bosquejar una biografía sobre ella.

Etimología

El nombre María (rebelde, princesa, la elegida), según vimos, Mariám, o Miriam. Magdalena[Μαγδαληνή: Magdalené, femenino de un derivado de Μαγδαλά –Magdalá- (término de origen caldeo) y que significaba la torre. Muy semejante a su vez con el hebreo מִגְדָּל, migddál y מִגְדָּלָה migadla, que significa torre (por su tamaño o altura), figurativamente lecho de flores, casa, flor, refugio.

En griego el nombre de la ciudad es Tarichaeae] porque provenía de Magdala, un pueblo en la orilla oeste del lago de Galilea, de pequeña importancia, que contaba con una flota pesquera y una importante industria de salazón.

Seguidora

Marcos 15:40 dice que ella estaba mirando de lejos (junto a María)[1] cuando falleció Jesús y, un versículo más adelante aclara que cuando él estaba en Galilea, le seguía y servía. Servir puede connotar servicio doméstico, anfitrión, amigo, administrar; figurativamente, maestro. O sea que María Magdalena era una seguidora de Jesús, quizás la seguidora femenina más importante.

En 15:47 dice que María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían; luego en 16:1 dice que ella junto a otras mujeres compraban especias aromáticas (perfumes) para embalsamar el cuerpo de Jesús.

Primera persona que encontró a Jesús resucitado

Y aún en el añadido del año 200 de la era cristiana a ese mismo libro, se reconoce que fue primero a ella a quien se le apareció el resucitado: véase si no 16: 9 donde además dice que a ella se le había expulsado siete demonios.

Mateo no añade nada diferente, en últimas al relato sobre María Magdalena, Lucas ni siquiera la menciona por su nombre. Pero quedamos intrigados, si era tan importante, ¿por qué el silencio?

Pasión y muerte de Jesús

El evangelio de Juan 19:25 menciona de últimas a María Magdalena dentro de las cuatro mujeres que estaban junto a la cruz del inmolado, pero más adelante confirma que efectivamente fue la primera persona a quien se le apareció el resucitado.

¿Por qué primero a ella y no a los varones, a los famosos discípulos? ¿Qué lazo más fuerte había entre ellos?
Por boca de los evangelios oficiales no sabemos más a ciencia cierta[2].

Algunos confundían a María Magdalena y a María de Betania, otros la asociaban con la mujer adúltera cuyos pecados fueron perdonados, pero solo son malos entendidos de quienes leen fuera de contexto los versículos. ¿Y qué dicen de María Magdalena los evangelios apócrifos?

Evangelios Apócrifos

Evangelio de María

En el Evangelio de María[3], según el fragmento copto berolinense, Pedro afirma:

«Mariam, hermana, nosotros sabemos que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado»

Luego de relatarles lo que presuntamente María Magdalena sabía, Pedro manifiesta incredulidad por no creer que la haya preferido a ellos para revelarle mensaje. Luego Leví le reposta: Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario.

Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros.

Evangelio de Felipe

El evangelio según Felipe habla así de María Magdalena: “la compañera [de Cristo es maría] Magdalena. [El Señor amaba a María] más que a [todos] los discípulos (y) la besó en la [boca repetidas] veces. Los demás […] le dijeron: « ¿Por qué [la quieres] más que a todos nosotros?»

El Salvador respondió y les dijo: « ¿A qué se debe el que no os quiera a vosotros tanto como a ella?»” cinco versículos más adelante añade: “El misterio del matrimonio [es] grande, pues [sin él] el mundo no existiría. La consistencia [del mundo depende del hombre], la consistencia [del hombre depende del] matrimonio. Reparad en la unión [sin mancha], pues tiene [un gran] poder. Su imagen radica en la polución [corporal].”[4]

Hipólito

Hipólito (170-235), obispo de Roma, en su comentario del Cantar de los Cantares, asemeja la búsqueda del novio por parte de la novia, la sulamita, a la que hará María Magdalena buscando a Jesús para embalsamarlo.

Si bien parece confundirse entre María Magdalena y “las otras magdalenas”, enriquece el concepto con el de la nueva Eva, que recobra los derechos originales del hombre en el jardín (huerto) del Getsemaní.

En el siglo III empieza la confusión de las masas entre María Magdalena, la mujer adúltera y María de Betania[5].

Gregorio Magno

Pero quien desorientó al pueblo más enfáticamente respecto a la identidad de María Magdalena, fue nada más y nada menos que Gregorio Magno (540- 604)[6], el papa que dio nombre a la música gregoriana, cuando afirmó que todas ellas eran una sola.

Esto lo sostuvo en su homilía sobre el Evangelio de Lucas del día 14 de diciembre de 591 en la basílica de San Clemente, en Roma. Esta declaración echó abajo todo el fervor piadoso que despertaba la figura de María Magdalena entre los creyentes, por ser la primera persona que vio a Jesús resucitado.

Gregorio de Tours

Gregorio de Tours (538-594) sitúa a María Magdalena, en Éfeso, junto a María y Juan.

Gregorio de Antioquia

Gregorio de Antioquia (fallecido alrededor de 593) pone inclusive en boca de Jesús las siguientes palabras. “Sed las primeras apóstoles de los apóstoles. A fin de que Pedro (…) aprenda que hasta a las mujeres puedo escoger como apóstoles.”

Modesto

Modesto, patriarca de Jerusalén (631-634) habla de ella como «líder de las discípulas».

Beda el venerable

Beda el venerable (673-735) retoma aquello de la nueva Eva. Y es en su martirologio que figura por vez primera que se celebre una festividad religiosa en honor de María Magdalena, en Éfeso, un 22 de julio, alrededor del año 720.

Siglos IX-X-XIII

La devoción por María Magdalena creció en occidente durante los siglos IX y X hasta el punto que en ese siglo aparece en el canto “Quem queritis”, ¿a quién buscáis?, cantado en las ceremonias de pascua, donde la Magdalena es una de las portadoras de Mirra.

Las primeras oraciones destinadas a la misa del día de su santo celebradas el 22 de julio, aparecieron en Tours, en un manual sacramental del siglo IX, en san Martín, en Essen y Módena en el siglo X, y en Inglaterra, el imperio alemán y España, en el siglo XI.

La misa entera es pronunciada en el siglo XIII. Del mismo modo alrededor del siglo X ya había varios himnos a María Magdalena como beneficiaria de la piedad divina y modelo de penitencia.

Edad media

Durante el medievo María Magdalena es objeto de esculturas, altares y vidrieras. Algunos gremios la tomaron como patrona. Así los jardineros por la escena del Getsemaní; los perfumistas por los ungüentos aromáticos.

Pero eso no es todo, sobre su hipotética vida fácil también se hace patrona, sobre los oficios de lencería y de las instituciones de presos. Y como si fuera poco, debido a los largos rizos (de la María que enjuga los pies de Jesús) también los peluqueros la hacen su patrona[7].
Pero no nos dispersemos en el tiempo.

Siglo XV

Durante el siglo XV aparece María Magdalena como la novia de las bodas de Caná y se le achaca como novio a Juan: ver Sermo de Nupcijs de Juan Myrc. Ahora no faltará el despistado que diga que solo el novio podía intervenir en las cuestiones de vino para los invitados en la fiesta y que por tanto el novio sería EL MISMÍSIMO JESÚS…

Pero la María a la que alude, es una María rica, hermana de Lázaro y de Marta; resulta que Juan es invitado a seguir a Jesús y entonces dizque María se dedica a la vida licenciosa, para luego arrepentirse. Vaya culebrón de telenovela en pleno siglo XV.

La iglesia oficial la tenía entonces como santa, ejemplo e intercesora para todo cristiano.

Reforma

Zwinglio, reformador suizo estaba contra la intercesión de los santos, por artificioso y ridículo; tan convencido estaba que invitaba a destruir las imágenes. Calvino enfiló baterías contra la ignorancia que suponía identificar como la misma persona a María de Betania y a la pecadora de Lucas.

Viene la contrarreforma y con ella se afirmó aún más en el seno de la iglesia católica la intercesión de los santos y el culto a las imágenes para honrar y venerar mas no para adorar (eso decían los teólogos).

Teresa de Ávila escribió sobre la devoción a María Magdalena, a igual que Francisco de Sales. Luis XIII, en 1622, al derrotar en el campo de batalla a los calvinistas, corrió a dar gracias a María Magdalena. Su fervor por esta santa (así se expresan los católicos) le hizo dedicarle L´Eglise Royale de la Madeleine, la famosa Madeleine de París.

Continuidad del nombre

Pero hubo un par de casos notorios donde habría continuidad de su nombre. María Magdalena de Pazzi, nacida en 1566 como Catalina de Pazzi, monja carmelita de Florencia que toma el nombre de nuestro personaje central en este artículo que llegó a beata en 1626 por parte del papa Urbano VIII y a santa en 1669 por parte de Clemente IX.

Otra importante mujer religiosa tomó también el nombre de la susodicha: María Magdalena de Maetinengo, nacida en 1687 en Italia; ingresó al monasterio de Capuchinas, identificándose con María de Magdala. Fue canonizada por León XIII.

Priorato de Sión

Pues bien, fueron los relatos de los apócrifos gnósticos los que inspiraron relatos como los del priorato de Sión, donde se afirma de dicho grupo había permanecido oculto desde el siglo XI, teniendo como finalidad, casi exclusiva, sostener la línea de descendencia de Jesús de Nazaret y María Magdalena, quienes, para ellos, habían estado casados.

Otra de las tesis sostenidas por este grupo era que Jesús no había muerto en la cruz sino que lo había hecho mucho tiempo después. Recogiendo una tradición, afirman que María Magdalena fue a evangelizar La Provenza (Sureste de Francia) y que pasó sus últimos treinta años en una caverna en Los Alpes.

A Francia habría llegado con los hijos del matrimonio con Jesús, que presuntamente habría dado origen a la Dinastía merovingia de los reyes francos, cuyo descendiente moderno permanece oculto, en espera del complot político que le permita recuperar la corona de Francia.

Y por último, según el documental, “la tumba perdida de Jesús”, dirigida por James Cameron, efectivamente sí fueron esposos María Magdalena y Jesús puesto que están enterrados en una única tumba familiar y a su lado tienen el cadáver de un hijo de esta relación. Difiere en el anterior supuesto, en que según ellos María Magdalena habría regresado a morir a Jerusalén. [8]

¿Era María Magdalena realmente una prostituta?

La identificación de María Magdalena como una ex prostituta no tiene base bíblica. 

Lucas 7: 36-50, el texto principal que apoya esta representación errónea de María Magdalena, no menciona el nombre de la mujer que vino a Jesús para arrepentirse de sus pecados. 
Incluso la asociación de esa mujer con la prostitución está lejos de ser segura. 
Del mismo modo, el relato de Lucas sobre esta mujer no debe confundirse con un relato completamente sin relación narrado en Juan 12: 8. 

Los únicos elementos comunes son el ungüento que se vierte sobre los pies de Jesús y el cabello largo de cada mujer. 
Sin embargo, las diferencias superan en número a las similitudes. 

En Lucas, el personaje principal es una mujer sin nombre; 
en Juan, la protagonista es María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. 
En ningún caso se puede equiparar a estas mujeres con María Magdalena, quien siempre se identifica por su nombre completo. 

Además, en Lucas, la mujer vino a expresar su arrepentimiento; 
en Juan, María ungió el cuerpo de Jesús en previsión de su muerte inminente. 
En Lucas, todo el evento tiene lugar en la casa de uno de los fariseos, a quien Jesús finalmente reprocha por no ser un buen anfitrión; en Juan, el evento tiene lugar en la casa de los amigos de Jesús, Marta, María y Lázaro, quienes le ofrecieron una cena y una afable compañía.

Desde el 16 º siglo después, varios intérpretes, tanto protestante como católica, argumentaron que la mujer pecadora de Lucas 7, María, la hermana de Marta, y María Magdalena eran tres personalidades distintas. 
Esta interpretación fue finalmente adoptada oficialmente en el Concilio Vaticano II de la Iglesia Católica. 

Aunque la imagen de María Magdalena como una ex prostituta sigue siendo popular entre los feligreses promedio, especialmente en la Iglesia Católica Romana, este punto de vista no es aceptado por ningún erudito bíblico de buena reputación en la actualidad.

¿Estaba María Magdalena realmente casada con Jesús?

La relación especial de María con Jesús es un tema prominente en varios escritos gnósticos examinados anteriormente, pero la idea de que ella estaba casada con Jesús generalmente se deriva de algunas referencias que se encuentran en el Evangelio de Felipe . 

Esta escritura gnóstica de finales del siglo III ha captado mucha atención pública después de la publicación del Código Da Vinci de Dan Brown , que afirma que Jesús estaba casado con María Magdalena y tenía un hijo con ella. 

Brown también alega que la Iglesia quería encubrir este secreto para proteger la divinidad de Jesús. 

El Evangelio de Felipe contiene dos elementos en los que se basa la teoría del matrimonio entre Jesús y María Magdalena. 
Primero, María es llamada la compañera del Señor y descrita como una persona que siempre caminó con él. 
Sin embargo, cabe señalar que el término copto utilizado aquí no significa un cónyuge, sino un compañero o un asociado. 

En segundo lugar, María Magdalena es retratada como la mujer a quien Cristo amaba más que a los otros discípulos y solía besarla, presumiblemente en la boca. 
Sin embargo, no hay razón para suponer que el amor de Jesús por María fuera un tipo de amor diferente, como el amor erótico, al amor que tenía por otros discípulos. 

Los discípulos no se quejan de que Jesús amaba a María de manera diferente a ellos, sino solo de que la amaba más que a ellos. 
Por tanto, el punto de disputa no es el tipo, sino el grado de su amor por María. 

También, un beso en la boca era una práctica gnóstica común, que probablemente ha dado forma a la formulación del texto. 

El hecho de que eEl Evangelio de Felipe fue compuesto más de dos siglos después de la composición de los escritos que pasaron a formar parte del Nuevo Testamento debilita aún más cualquier posible contribución que este texto pudiera ofrecer a nuestros intentos de reconstruir la vida, y especialmente el estado civil, del Jesús terrenal .

Nuestras fuentes principales aquí siguen siendo los cuatro evangelios bíblicos, que no muestran ninguna indicación de que María Magdalena y Jesús estuvieran casados. 
De hecho, no contienen ningún indicio de que Jesús alguna vez estuvo casado. 
Los demás miembros de su familia (madre, hermanos y hermanas) se mencionan más de una vez, pero nunca una esposa. 
Además, no hay indicios de que Jesús haya enviudado. 

Aunque el matrimonio era común entre los judíos, siempre había individuos que permanecían solteros, como los esenios, Juan el Bautista y tal vez Pablo. 

También se debe enfatizar que si Jesús hubiera estado casado y hubiera tenido hijos, esto de ninguna manera habría puesto en peligro su divinidad. 

El sexo y la eventual descendencia no serían contaminantes, ya que Jesús tenía al matrimonio en alta estima y amaba a los niños. 
De ser así, la única explicación plausible del silencio de las fuentes con respecto a su eventual cónyuge es que no tuvo ninguno.

¿Podría considerarse a María Magdalena apóstol?

La cuestión de si una persona podría ser considerada apóstol está directamente relacionada con la cuestión de los criterios para el apostolado.

En el Nuevo Testamento, podemos identificar al menos dos puntos de vista diferentes con respecto a los requisitos previos apostólicos. Según Lucas (Hechos 1: 21-22), un apóstol es una persona (a) que ha acompañado a Jesús durante su ministerio terrenal, y (b) que se ha convertido en testigo de su resurrección.

Según Pablo (Gálatas 1: 11-19; 1 Corintios 9: 1; 15: 3-11), quien él mismo no cumplió con la primera condición de Lucas pero sin embargo enfatizó repetidamente su propia posición apostólica, un apóstol es una persona (a) que ha sido testigo de una aparición del Cristo resucitado, y (b) ha recibido un llamado o comisión divina para proclamar el mensaje de Cristo.

María Magdalena cumple con todos estos criterios, tanto los de Lucas como los de Pablo, por lo que podría considerarse apóstol. Los tres evangelios sinópticos confirman que ella acompañó a Jesús durante su ministerio terrenal.

Los cuatro evangelios están de acuerdo unánimemente en que ella estaba entre las mujeres que descubrieron la tumba vacía y recibieron el mensaje angelical sobre la resurrección de Jesús. Mateo y Juan también agregan que ella ha sido testigo de la aparición del Cristo resucitado y recibió una comisión para proclamar la noticia de su resurrección a sus discípulos.

Finalmente, Juan informa que ella cumplió con esta tarea al declarar a los discípulos: “¡He visto al Señor!” Por lo tanto, no es sorprendente que algunos cristianos primitivos, como Hipólito, obispo y mártir de Roma que murió alrededor del año 235, dieran a María Magdalena el título de “apóstol de los apóstoles”.
Sin embargo, en el Nuevo Testamento nunca se la llama apóstol.

Además, el Evangelio de Lucas revela que ya en el primer siglo, algunos círculos cristianos no solo consideraron a Pedro como el primer testigo de las apariciones de Jesús después de la resurrección, sino que también borraron por completo el nombre de María de la lista de aquellos que han visto a Jesús resucitado.

Una confirmación de esta tendencia se puede encontrar en 1 Cor 15: 3-7, donde Pablo cita una tradición muy antigua que le fue entregada de que Jesús se apareció primero a Pedro, luego a los doce, luego a quinientos hermanos, luego a Santiago, y luego a todos los apóstoles. En esta lista de testigos autorizados de la resurrección, no se menciona a María Magdalena.

Esta propensión se ha explicado con frecuencia como un intento cristiano primitivo de dar credibilidad a la resurrección de Jesús mencionando solo testigos varones. Esto se debe a que en el primer siglo, según el argumento, el testimonio de mujeres no era legalmente vinculante y podía ser fácilmente desestimado en los tribunales. Sin embargo, también es posible otra explicación.

Si presenciar la resurrección de Jesús fue uno de los criterios más importantes para el apostolado, la diferencia antes mencionada entre su relato de las apariciones de Jesús después de la resurrección y los relatos de otros evangelistas podría tomarse como evidencia de una lucha inicial por la autoridad entre Pedro y María.

Los primeros escritos cristianos no bíblicos, a pesar de que son posteriores al Nuevo Testamento y con frecuencia revelan influencias gnósticas, ofrecen un apoyo adicional a esta reconstrucción de la historia cristiana primitiva.

Ver también: Maria madre de jesus

Notas

[1] Es mencionada primero la Magdalena, suponemos que tenía alguna prioridad dentro de las mujeres
[2] Solo 14 versículos la mencionan por nombre propio en el Nuevo Testamento.
[3] Data aproximadamente del siglo II de la era cristiana.

[4] En el Evangelio de Pedro aparece como una discípula del Señor; en la Pistis Sophia como la heredera de la luz mientras que en El Diálogo Del Salvador se dice que era “quien revela la grandeza del revelador”.
En el Evangelio de Tomás Pedro pide alejar a María Magdalena de ellos porque según él las mujeres no son dignas de la vida.

[5] Juan Crisóstomo (347-407) le dedicó una de sus homilías sobre el evangelio de San Juan, la homilía 86, aun a pesar de considerar a la mujer con una espiritualidad menos desarrolla que los varones, reconoce que María Magdalena fue vital para difundir la noticia de la resurrección.
Agustín de Hipona (354-430)-véase su obra armonía de los evangelios- en cambio creía que María Magdalena amaba con más pasión a Jesús que las otras mujeres y por tanto esa era la razón de su mención en los evangelios.

[6] Afirmaba que las imágenes eran la biblia de los analfabetos.
[7] Sin mencionar que se hace patrona de las místicas. Para la muestra un botón: Catalina de Siena la «adoptó» como segunda madre y siguió su entrega y devoción religiosa.

[8] Bibliografía consultada:
Mary Magdalene, Saint. (2008). Encyclopædia Britannica. Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopædia Britannica.
MARY MAGDALENE, DIANE TREACY-COLE (2005). In Lindsay Jones (Editor in Chief), Encyclopedia of Religion, Second edition 2005. Thomson Gale, a part of The Thomson Corporation.
Fernández Enrique. María Magdalena. Editorial EDIMAT Libros S.A., Madrid.

Otro recurso valioso, Wikipedia

Ediciones 2012-14-15-16-21