Queso durante el embarazo:5 tips gratis

Queso durante el embarazo: 5 tips gratis. ¿Te encanta el queso pero no sabes si puedes comerlo durante el embarazo? No te preocupes, en este post te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre el queso durante el embarazo: qué tipos de queso puedes comer, cuáles debes evitar y por qué.

Queso durante el embarazo
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Previamente habíamos publicado post relacionados como: Queso Burrata Durante el Embarazo; Queso Gorgonzola y embarazo; ¿Sí al queso pecorino durante el embarazo?; Queso Grana Padano Durante el Embarazo. Como puedes notar, no somos ajenos al tema en lo absoluto y vamos por más.

El queso es un alimento muy nutritivo y beneficioso para la salud, especialmente para las mujeres embarazadas. El queso aporta calcio, proteínas, vitaminas y minerales que son esenciales para el desarrollo del bebé y para mantener los huesos y los dientes de la madre en buen estado. Además, el queso es una fuente de probióticos, que son bacterias beneficiosas que ayudan a regular la flora intestinal y a prevenir infecciones.

¿Es seguro?

Sin embargo, no todos los quesos son seguros durante el embarazo. Algunos quesos pueden contener una bacteria llamada listeria monocytogenes, que puede causar una enfermedad grave llamada listeriosis. La listeriosis puede provocar abortos espontáneos, partos prematuros o infecciones en el recién nacido. Por eso, es muy importante evitar los quesos que puedan estar contaminados con listeria.

Listeriosis

La listeriosis es una enfermedad grave que puede contraerse al consumir alimentos contaminados con la bacteria Listeria monocytogenes. Uno de los alimentos que puede estar contaminado es el queso, especialmente el queso fresco o blando elaborado con leche no pasteurizada. La listeria puede sobrevivir en la leche cruda y crecer en el queso durante su proceso de elaboración o almacenamiento. Algunos ejemplos de quesos que pueden estar contaminados son el queso fresco, el quesillo, el requesón o la ricotta.

Los síntomas de la listeriosis pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, dolor muscular y rigidez en el cuello. En algunos casos, la infección puede causar complicaciones graves como meningitis, septicemia o aborto espontáneo. Las personas con mayor riesgo de enfermarse por la listeria son las embarazadas, los adultos mayores y las personas con el sistema inmunitario debilitado.

Para prevenir la listeriosis, se recomienda evitar consumir quesos elaborados con leche no pasteurizada o que no indiquen en su etiqueta que están hechos con leche pasteurizada. También se debe lavar bien las frutas y verduras que puedan estar contaminadas y cocinar bien las carnes y los embutidos. Además, se debe mantener una buena higiene en la cocina y desinfectar las superficies y los utensilios que hayan estado en contacto con alimentos potencialmente contaminados.

La listeriosis es una enfermedad que se puede tratar con antibióticos si se diagnostica a tiempo. Por eso, si se sospecha que se ha consumido queso contaminado o si se presentan síntomas compatibles con la infección, se debe acudir al médico lo antes posible para recibir el tratamiento adecuado.

¿Cómo saber qué quesos son seguros y cuáles no?

¿Cómo saber qué quesos son seguros y cuáles no?
¿Cómo saber qué quesos son seguros y cuáles no?

La clave está en el proceso de pasteurización de la leche. La pasteurización es un tratamiento térmico que elimina las bacterias y otros microorganismos nocivos de la leche. Los quesos elaborados con leche pasteurizada son seguros para las embarazadas, mientras que los quesos elaborados con leche cruda pueden contener listeria.

En general, los quesos blandos o frescos tienen más riesgo de estar contaminados con listeria que los quesos duros o curados, ya que tienen más humedad y menos acidez. Sin embargo, el tipo de leche es más importante que el tipo de queso. Por eso, hay que leer siempre la etiqueta del queso y comprobar si está hecho con leche pasteurizada o no.

Puedes comer

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), estos son los quesos que puedes comer durante el embarazo, siempre y cuando estén hechos con leche pasteurizada:

Queso fresco

Los quesos frescos son aquellos que no se someten a ningún proceso de curación ni maduración. Se elaboran con leche pasteurizada (de vaca, oveja, cabra, búfala…) a la que se le añade cuajo para coagular las proteínas y separarlas del suero. El queso fresco se obtiene tras prensar la masa coagulada durante menos de 24 horas .

Los quesos frescos tienen un color blanco, una textura blanda y húmeda y un sabor suave y ligeramente ácido. Conservan gran parte del agua de la leche, por lo que tienen un menor contenido en grasas y calorías que los quesos curados o semicurados . Son una buena fuente de proteínas, calcio y fósforo, y se recomiendan para niños y deportistas.

Existen muchos tipos de quesos frescos según el origen de la leche, el proceso de elaboración o la adición de otros ingredientes como nata, sal o hierbas aromáticas. Algunos ejemplos son la burrata, el mascarpone, la ricota, el requesón, el queso de Burgos, el quark, la mozzarella o el feta . Los quesos frescos se pueden consumir solos o acompañados de frutas, mermeladas, miel o frutos secos. También se pueden utilizar para preparar ensaladas, cremas, salsas, postres o rellenos.

Queso semicurado

Los quesos semi curados son aquellos que han pasado por un proceso de maduración de entre 30 días y tres meses, lo que les confiere un sabor equilibrado, ni tan suave como el queso fresco o tierno, ni tan fuerte como el queso curado o añejo.

Se elaboran principalmente con leche de oveja, aunque también pueden ser de vaca o de cabra, y se caracterizan por tener una pasta dura y una corteza natural y comestible. Algunos ejemplos de quesos semi curados son el manchego, el idiazábal, el mahón o el gouda. Son quesos que aportan proteínas de calidad, calcio, fósforo y vitamina D, pero también tienen un alto contenido en grasas y sodio, por lo que se recomienda consumirlos con moderación. Los quesos semi curados son ideales para acompañar con pan, frutos secos, mermeladas o miel, y también para gratinar o fundir en distintas recetas.

Queso curado

Los quesos curados son aquellos que han pasado por un proceso de maduración que les da un sabor más intenso y una textura más firme. Algunos ejemplos de quesos curados son el manchego, el parmesano, el gouda o el cheddar. Estos quesos se pueden disfrutar solos o acompañados de pan, frutos secos, mermeladas o vino. Los quesos curados son una fuente de proteínas, calcio y vitaminas, y también aportan un toque de sabor y aroma a cualquier plato.

Queso rallado

Los quesos rallados son aquellos que se cortan en trozos pequeños o se desmenuzan con un rallador o una máquina especial. Hay muchos tipos de quesos rallados, desde los más suaves y cremosos hasta los más fuertes y curados. Algunos de los más populares son el parmesano, el cheddar, el mozzarella, el emmental y el manchego.

Cada uno tiene sus propias características y usos culinarios. Por ejemplo, el parmesano es ideal para espolvorear sobre la pasta o la ensalada, el cheddar para fundir en una salsa o gratinar sobre una lasaña, el mozzarella para hacer una pizza o una ensalada caprese, el emmental para rellenar un sándwich o un croque monsieur y el manchego para acompañar un buen vino o un jamón ibérico. Los quesos rallados son muy versátiles y puedes usarlos para crear recetas deliciosas y originales.

Queso loncheado

Los quesos loncheados son quesos que se cortan en finas láminas para facilitar su consumo y su uso en diferentes recetas. Hay muchos tipos de quesos loncheados, desde los más clásicos como el queso curado, el queso gouda o el queso havarti, hasta los más originales como el queso cheddar, el queso monterrey jack o el queso provolone. 

Los quesos loncheados son muy versátiles y se pueden comer solos, en bocadillos, en ensaladas, en gratinados o en aperitivos como las piruletas de queso. Los quesos loncheados se elaboran con ingredientes 100% naturales y se conservan en envases prácticos y cómodos. Los quesos loncheados son una delicia para los amantes del queso y una forma fácil y rápida de disfrutar de su sabor y sus propiedades.

Queso fundido

Los quesos fundidos son aquellos que se elaboran a partir de otros quesos y se les añade un emulgente para que se derritan fácilmente y tengan una textura cremosa y suave. Algunos de los quesos fundidos más populares son la fontina, el gouda, el gruyere y el provolone, que puedes usar para hacer deliciosas fondues, raclettes, provoletas o quesadillas. 

También puedes encontrar quesos fundidos con otros ingredientes como chorizo, jamón o hierbas, que le dan un sabor extra y un toque diferente. Los quesos fundidos son perfectos para acompañar pan, nachos, verduras o carnes, y son ideales para compartir con amigos o familiares.

No debes comer, a evitar, prohibidos

Estos son los quesos que debes evitar durante el embarazo, si en la etiqueta no dice que están hechos con leche pasteurizada:

  • Quesos frescos o de pasta blanda (como el brie, el camembert o el roquefort).
  • Quesos curados o semicurados (como el parmesano, el manchego o el gouda).
  • Quesos azules (como el cabrales, el gorgonzola o el danés).
  • Quesos con moho (como el queso azul) aunque estén hechos con leche pasteurizada, ya que pueden contaminarse después del proceso de pasteurización.
  • Quesos artesanales o caseros si no sabes si están hechos con leche pasteurizada o no.

¿Qué es la leche pasteurizada?

Me parece importante señalar este concepto para terminar, pero no quiere decir que sea un tema menor, es tan solo por dimensionar completo el contexto de lo señalado.

Es un tipo de leche que ha sido sometida a un proceso térmico para eliminar los microorganismos que pueden causar enfermedades o alterar su calidad. 

La pasteurización consiste en calentar la leche a una temperatura de entre 72 y 85 °C durante unos segundos y luego enfriar rápidamente. Este tratamiento no afecta significativamente el valor nutritivo ni el sabor de la leche, pero sí mejora su seguridad y su conservación. La leche pasteurizada se puede consumir directamente o utilizar para elaborar otros productos lácteos como yogur, queso o mantequilla.

Conclusión: Queso durante el embarazo

Como ves, puedes disfrutar del queso durante el embarazo siempre que tengas en cuenta estas recomendaciones. El queso es un alimento delicioso y saludable que te aportará muchos beneficios a ti y a tu bebé. ¡No renuncies al placer del queso!

Leer también: ¿La leche es mala para el colesterol?; Leche y acido urico;

Recurso externo: wikipedia

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