Educación y dinero

Educación y dinero intentará resumir algunas ideas respecto a la capacitación formal impartida por el sistema educativo, respecto a cómo va en contravía de la adquisición de independencia financiera.

¿Cómo se hacen ricos los triunfadores de hoy en día?  Muchos de ellos obtienen independencia financiera con negocios propios. Otro segmento de personas consigue grandes flujos de dinero a través de redes de comercialización. Pero en general, se aplica la ley de Pareto o del 20/80. ¿Ha escuchado hablar de ella? De acuerdo con este principio, el 80% de todo aquello que vale la pena pertenece, lo consigue o lo crea el 20% o menos de las personas. ¿Y esto a que puede deberse? Hay muchas variables en juego pero hay una desencadenante y crucial que se llama educación. El sistema educativo tradicional fomenta la dependencia, el apego a unas normas vetustas y anquilosadas, restringe la creatividad, la imaginación y la investigación, coarta el liderazgo, incentiva la toma de decisiones en entornos sin riesgos (cuando vivir dignamente es ya de por sí una gran albur), planea mundo utópicos donde  los conocimientos sean cantidad de datos y los procesos de pensamiento sean operativos y esquemáticos. Lo anterior atenta contra la generación, no solo de ideas sino contra la gestación de iniciativas de negocios, contra la curiosidad innata del ser humano y  su afán de correr riesgos calculados en pos de mejorar su calidad de vida.

Los expertos en motivación y autosuperación saben y predican que las fortunas se forman en la mente de las personas. Y aún cuando nuestras mentes son “mandadas” por los medios masivos de comunicación, por las modas, por una ideología y no por el sujeto autodeterminante, la mente, como una gran computadora, ejecuta exactamente las instrucciones dadas. El cerebro necesita datos y alimentación, instrucciones para aprovechar las mejores oportunidades laborales, de inversión, de ahorro, para que elija la pareja más pertinente, para ser personas de influencia y obtener fortuna económica. ¿Hacia dónde pretendo ir? Que necesitamos zafarnos de los moldes tiesos de la educación tradicional que nos instrumentaliza e intenta formarnos como empleados, como personal con una cualificación dispuesto a seguir instrucciones. El desempleo cunde en el mundo occidental como un tumor fuera de control y miles (quizás millones) de personas en el orbe se siguen aferrando a una estabilidad económica casi que inexistente, que consiste en un buen trabajo hasta lograr una pensión y retirarse con una dignidad particular. Pero resulta que esto está solo al alcance de unos pocos y aun obteniendo un nombramiento no logran ser ricos ni independientes financieramente hablando. Es que esto hace parte de una actitud ante la vida, de los pensamientos que abunden en nuestras mentes, de la educación recibida.

Necesitamos programar pensamientos prósperos en nuestra mente, gérmenes de negocio, semillas de emprendimiento, incentivar la diferencia, la estructuración de proyectos, el hábito de leer más allá del pensum académico, de pensar y conjeturar soluciones a problemas que nos atañen. Educación y dinero pueden ir de la mano y deberían hacerlo por el bien de las nuevas generaciones. Fomentar el espíritu crítico y la argumentación, el hablar bien en público, el superar el temor al qué dirán, dar estímulo a la escritura y a la redacción, el emplear los computadores e internet como algo más que para asuntos operativos, para gestar conocimientos y nuevos espacios.

¿Qué pasaría si se dejara escoger a los estudiantes en escuelas y colegios las materias que les gustan (y en las cuales rinden) dejando de lado las que consideran sosas?* Que serían felices y adquirirían saberes específicos acordes con sus talentos e inclinaciones, lo que les permitiría orientarse profesionalmente hacia carreras o profesiones que en realidad les gusta y las cuales podrán llevar hasta sus últimas consecuencias. Pero no faltará quien objete esta sugerencia diciendo que esto es costoso y puede llevar al caos.

Definitivamente todo llevado al extremo crea problemas. Lo cual no cambia, de todas formas el eje de este artículo, que educación y dinero son directamente proporcionales en la calidad. Si logramos que en los procesos formativos nuestros calen las ideas de autodeterminación, manejo de inversiones, generación de empleo, creación de negocios, eso será lo que hagamos y transmitamos en nuestras acciones. Que la educación no constriña la creatividad ni la iniciativa, que al contrario, las potencialice.

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*¿Qué pasaría si existieran maestros convencidos de lo suyo, que transmitieran pasión hacia sus saberes y supieran estimular y motivar debidamente a sus alumnos hacia la adquisición de conocimientos y hacia la formación de un espíritu reflexivo y creador, hacia la tolerancia y respecto frente a todos los saberes?